De qué trata este libro:
Con 370 páginas, y más de 900 referencias bibliográficas, el presente texto es un tratado científico-práctico sobre la hambruna terapéutica. Específicamente, lapsos controlados de total inedia (periodos de inanición voluntaria diseñados para restaurar al organismo a nivel celular), seguidos de nutrición específica. La nutrición celular, en definitiva, es la clave de todo. Es necesaria, sin embargo, una distinción semántica fundamental: Definimos aquí como ayuno profundo la cantidad suficiente de inanición como para agotar las reservas de glucógeno hepático y muscular, inducir la beta-oxidación de los ácidos grasos de reserva (los michelines o grasa visceral) e iniciar la autofagia regenerativa . Estos procesos, no ocurren por lo general antes de 48 a 72 horas de total inedia. Para los propósitos de este libro, todas las formas sub-totales de restricción calórica (si bien tienen un grado bien establecido de utilidad) se consideran más bien como Alimentación en Periodos Restringidos (TRE) o alimentación intermitente .
Su objetivo de largo plazo es:
Una reducción aproximada del 80% en el riesgo de padecer cáncer, una reducción del 50% en el riesgo de padecer infartos o ACV, y un 10 a 15% de incremento en la longevidad máxima, con el agregado de al menos una década de productividad juvenil. No es para perder peso rápido (aunque sí podría perdérselo) sino para optimizar la salud gracias a la restauración metabólica. El libro está pues orientado hacia la longevidad saludable. Es en definitiva, un manual de operaciones para seres humanos responsables, con la resolución de tomar las riendas de su salud física y psíquica. Irónicamente, gastamos fortunas tratando de administrar la miseria fisiológica en que nos colocamos a nosotros mismos. Es contradictorio vivir glotonamente una vida sedentaria y luego pasar el último tercio de la vida en estado deplorable, con discapacidad fisiológica e intelectual.
Habiendo dejado claro lo anterior, el presente texto no puede en ningún caso ser tomado como instrumento diagnóstico ni consejo terapéutico alguno. El diagnóstico y tratamiento de las enfermedades debe ser confiado a profesionales competentes y debidamente autorizados para ejercer por las autoridades reguladoras. Tu salud es tu responsabilidad.
En el área de la antropología médica y nutricional, mi experiencia proviene directamente de investigaciones de terreno con los pueblos del Ártico (ver imágenes en las páginas siguientes), tanto como de experimentación básica en anfibios ( Ambistoma mexicanum ) y roedores ( Cavia porcellus ). Más allá de esto, nuestra experiencia personal y profesional con la restricción calórica en humanos está además validada por un inmenso cuerpo de conocimientos disponibles en la literatura científica contemporánea. Comencemos.
TABLA DE CONTENIDOS
Cavernícolas en auto, tomando café.
Supervivencia y fertilidad, inductore s primarios.
Autofagia Regenerativ a
Colágeno, elastina y regeneración de la piel.
Por ejercicio intenso, se genera autofagia en CASA
Inducción de la autofagia en el cáncer.
Supresión tumoral por autofagia.
Una espada de doble filo.
Sobre la enfermedad de Parkinson
Ayuno Terapéutico
Replume inducido.
Des-ayuno.
Modalidades de restricción intermitente y crónica.
Trabajo físico durante el ayuno prolongado.
La crucial limpieza del intestino.
Restricción calórica crónica para la longevidad.
Hambruna experimental.
Amor, hambre y trabajo en Biosfera 2.
Una experiencia personal con el ayuno prolongado.
Retorno a la nutrición
Superalimentos.
Hígado, seso, tuétanos, riñón, mollejas.
Grasa, músculos, tendones, sangre.
Nueces, pistachos, almendras, piñones, sésamo.
Yogurt. Verduras crucíferas.
Obteniendo sulforafane en la dieta.
Suplementación con nutracéuticos en C.R.O.N.
Una dieta humana perfecta.
La venganza de las plantas.
Miméticos de restricción calórica
5 nutracéuticos inductores de autofagia.
Inducción de la autofagia con EGCG.
Restauración metabólica
Entre la cetosis y la glucosis…
Rehabilitación del metabolismo energético.
Perfusión tisular de O, respiración mitocondrial
y la real causa primaria de la "presión alta".
La hipertensión arterial es una necesidad fisiológica
compensatoria.
Toda tensión arterial > 115/75 debe ser corregida.
La eclampsia, modelo de hipertensión compensatoria.
Resolver la hipertensión compensatoria requiere una regener ación mitocondrial.
Superando el límite de Hayflick.
Regeneración de la dermis.
Corrigiendo la piel flácida y las arrugas.
Estímulo Muscular
La dosis mínima efectiva.
Mitocondriogénesis.
“I want it all, and I want it now.”
Músculos, sangre y energía.
IMC y circunferencia de la cintura como indicadores predictivos.
Cómo “meter en cintura” tu IMC.
Una sugerencia amistosa.
Encendiendo la grasa parda.
Perspectiva científica de “meditación termogénica”.
Ketomanía.
Déficit calórico, cetogénesis y ratio cetónico.
El objetivo es la cetonemia, no la cetonuria.
Imprescindible, pero insuficiente.
El objetivo es la cetonemia, no la cetonuria.
Nota sobre Triglicéridos de Cadena Media:
Nota sobre Índice Glucémico:
La grasa de la tierra.
Beneficios objetivos del aceite de coco.
Anormalidades en la cardiolipina
Ayuno y cetosis cíclica en la prevención del cáncer.
Oxígeno, cetonas y vitaminas:
la solución al enigma Inuit.
¿Se puede matar de hambre a un tumor?
Venenos respiratorios, y otras toxinas ambientales.
Especies reactivas del oxígeno: el enemigo interior
Ayuno Como Práctica Espiritual.
Un yogui que vivía del aire.
Comentarios terapéuticos sobre el ayuno.
Estudio sobre restricción calórica en 1400 sujetos.
Contraindicaciones.
Referencias.
Cavernícolas en auto, tomando café.
Las diez últimas décadas han acentuado el extrañamiento biológico entre humanos y mamíferos más que en los 2.000.000 de años desde que emergiera el Homo erectus. Aun considerando la creciente influencia de la tecnología neolítica y la cada vez más compleja cultura humana hacia el final de ese período, hasta antes de la revolución industrial (1760-1840) las influencias climáticas, físicas y bioquímicas que impactaban sobre el Homo sapiens sapiens seguían estando dentro del espectro de experiencia vital de todos los mamíferos. En una palabra, nuestro ambiente era congruente con nuestro diseño genético. Procurarnos el alimento estacionalmente disponible requería intensos y sostenidos esfuerzos físicos. Los ritmos circadianos, lunares y circanuales imponían su influencia sobre el organismo humano por vía neuroendocrina, dictando la contracción y expansión de su actividad. Conseguir pues protección y sustento requirió siempre arduos esfuerzos individuales y grupales, muchas veces infructuosos. En contraste, los humanos modernos no solo casi no requieren trabajo físico para acceder a inmensas cantidades de nutrientes de la peor clase, sino que lo hacen a intervalos fijos, planificados e inalterables.