• Quejarse

Jona Oberski - Infancia

Aquí puedes leer online Jona Oberski - Infancia texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Género: Detective y thriller. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Jona Oberski Infancia

Infancia: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Infancia" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Tres años en la vida de un niño judío plasman de forma concisa e intensa lo que significó para tantos seres la ascensión al poder del nazismo, la aparición de los primeros signos del racismo, la marginación social, el enajenamiento y, finalmente, la pérdida de los derechos básicos y de los seres queridos en los campos de concentración y de exterminio.

Jona Oberski: otros libros del autor


¿Quién escribió Infancia? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Infancia — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Infancia " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Tres años en la vida de un niño judío plasman de forma concisa e intensa lo que - photo 1

Tres años en la vida de un niño judío plasman de forma concisa e intensa lo que significó para tantos seres la ascensión al poder del nazismo, la aparición de los primeros signos del racismo, la marginación social, el enajenamiento y, finalmente, la pérdida de los derechos básicos y de los seres queridos en los campos de concentración y de exterminio.

Jona Oberski Infancia ePub r11 Maki 291114 Título original Kinderjaren - photo 2

Jona Oberski

Infancia

ePub r1.1

Maki 29.11.14

Título original: Kinderjaren

Jona Oberski, 1978

Traducción: Jan Schalekamp

Editor digital: Maki

Revisión y corrección: ifilzm

ePub base r1.2

gras in een blauwe theepot apart tussen het groeiend uitbloeiend doorlevend - photo 3

gras, in een blauwe theepot,

apart, tussen het groeiend

uitbloeiend, doorlevend gras gezet

(hierba en una tetera azul,

aparte, entre la hierba que crece,

se marchita y sigue viviendo)

JUDITH HERZBERG

Beemdgras en zachte dravik

(Espiguilla y avena tierna)

Error

No te asustes, todo va bien, estoy a tu lado.

La mano que se posó sobre mi mejilla era la de mi madre, cuya cara estaba muy cerca de la mía. Casi no podía verla.

Cuchicheaba y me acariciaba la coronilla. Estaba oscuro. Las paredes eran de madera. Había un olor extraño. Se percibía un rumor, como si hubiera más gente. Mi madre me levantó la cabeza y la hizo reposar sobre su brazo. Me apretó contra su cuerpo. Me besó en la mejilla.

Le pregunté dónde estaba mi padre.

—Se ha cometido un error, pero todo se arreglará. El viaje sólo durará un par de días, y nos acompañan otras muchas personas. Pronto volveremos a casa y papá estará allí esperándonos. Pero se han equivocado, y por eso tenemos que permanecer aquí un par de días, igual que cuando días atrás nos quedamos en casa de Trude. Te acuerdas de eso, ¿no? Trude había preparado coliflor, y cuando la puso en tu platito no te la comiste, porque no te gusta la coliflor. Quiso hacerte creer que los niños vienen de una coliflor, pero tú sabes que nacen del vientre de sus madres. Tú has salido de mi vientre, lo sabes, ¿no? Has visto las fotos en casa, has visto cómo saliste de mi vientre y cómo bebías la leche de mi pecho y cómo te bañaba. ¿Te acuerdas?

»Ayer, papá tuvo que salir de casa temprano para ir a la oficina. Entonces vinieron a buscarnos, pero tú estabas medio dormido. ¿Te acuerdas aún? Anduvimos un buen trecho. Yo dejé una nota para papá, porque se trataba de un error; en realidad no era necesario que fuésemos con ellos. Le darán la nota a papá y dentro de unos días volveremos a casa. Aquí hay mucha más gente y también hay niños, de forma que no te aburrirás. No hemos traído muchos juguetes porque tuvimos que salir deprisa. Ni siquiera me dio tiempo de avisar a la vecina. Menos mal que luego encontramos a muchos conocidos. ¿Te acuerdas? Aquel simpático señor L , que te gastaba bromitas. Él también prometió avisar a papá. A estas alturas, ya hará tiempo que lo habrá hecho. Quizá mañana, cuando amanezca, recibamos una carta suya.

»Aquí hay más gente, por eso hemos de hablar en voz baja. Si no, los despertaríamos, y aquí todos están cansados. Tú también, ¿no? En el tren te pasaste todo el tiempo durmiendo. ¿Te acuerdas del tren? Claro que no, mi tesoro, tenías demasiado sueño.

»Es un poco tonto que se hayan equivocado, pero en un par de días estaremos otra vez en casa.

Alguien hizo «chiiist». Mi madre susurraba tan cerca de mi oído que me hacía cosquillas.

—Ahora duérmete. Me quedaré a tu lado. Mañana iremos a echar un vistazo a nuestro campamento y en un par de días regresaremos a casa, con papá.

Me dio un beso. El aire que entraba por mi nariz estaba frío. Debajo de la manta también hacía frío.

El segundo día llegó una carta de mi padre y el cuarto recibimos un pequeño paquete. Cada día, yo preguntaba si ya íbamos a volver a casa. Pero ella me decía siempre que lo haríamos en un par de días.

Una semana después volvimos a casa. Algunos salieron con nosotros, pero la mayoría se quedó allí.

Mi padre estaba esperándonos.

Nos besó, y mi madre y él lloraron.

El arlequín

Tú sabes muy bien quedarte con los ojos cerrados —me dijo mi madre—, así que ciérralos con fuerza. Te llevaré en brazos y los abrirás cuando te lo diga. ¿De acuerdo?

Cerré los ojos. A través de los párpados cerrados podía ver la luz encendida de mi cuarto, desde donde oía a mi padre.

—¿Ya podemos entrar? —preguntó mi madre.

Me levantó en sus brazos. Por un instante miré para ver lo que ocurría.

—No, tesoro mío, déjalos cerrados, me lo prometiste.

Me llevó a través de la casa. Y como mis ojos querían abrirse, me los tapé con la mano para impedírselo. Me di cuenta de que llegábamos a donde estaba mi padre.

—Ya puedes abrirlos.

En ese preciso instante mi padre y mi madre entonaron el Cumpleaños Feliz. Mi padre y mi madre me besaron en las mejillas y les devolví los besitos. Mi padre me cogió de los brazos de mi madre, que me miraba. Vi el reflejo de la lámpara en sus ojos oscuros. Sentí en mi mejilla la mejilla áspera de mi padre y el cosquilleo de sus pelos. Él tenía el pelo negro. El cabello de mi madre era rojo. Llevábamos puestos nuestros batines. El de mi padre era marrón claro. El de mi madre y el mío eran azul claro. Sobre la mesa había varios objetos de colores.

—¿No quieres abrir tus regalitos?

Miré a mi padre. Los colores de la mesa se reflejaban en sus ojos. Le di un beso en la nariz. Eso le hizo reír.

—¿No quieres ver tus regalitos más de cerca?

Fue a dejarme en el suelo, pero me encontraba muy bien en sus brazos. Continué aferrado a él, con un brazo alrededor de su cuello.

—Todo esto es para ti.

Mi madre me hizo una seña con la cabeza, me indicó la mesa y me dio un beso. Cogió de la mesa un pequeño paquete rojo, empezó a abrirlo y me preguntó si quería ayudarla. Mientras sostenía el paquete, intenté con una mano quitar el papel. Se desgarró.

—No importa, no es más que el envoltorio.

Mi padre me dejó en el suelo. Con las dos manos quité el papel. Apareció un muñeco plano, de madera y con cuerdecillas. Su cuerpo era marrón, rojo y amarillo. Su cara reía. Mi madre cogió una de las cuerdecillas y la levantó.

—Tira de aquí.

Con una mano me agarré al batín de mi padre y con la otra di un tirón a la cuerdecilla. Mi madre me ayudaba y el muñeco abría y cerraba sus pequeños brazos y piernas cuando yo tiraba de aquella cuerdecilla y la soltaba.

—Colgaremos el arlequín encima de tu cama. Aquí lo tienes, tesoro mío, cógelo con las dos manos.

Lo cogí y me divertí mucho con mi muñeco. Mi padre rodeaba los hombros de mi madre con un brazo, y todos juntos mirábamos bailar al pequeño arlequín. Me reía mucho cada vez que separaba las piernecillas. Ellos también reían.

—Hay muchos más regalitos. Mira.

Yo contemplaba el arlequín que sostenía en las manos.

—Tiene demasiadas cosas a la vez, es mejor dárselas más tarde —dijo mi padre.

Me cogió por la cintura con sus grandes manos y volé por los aires, riendo con ganas. Entonces me subió sobre sus hombros; se inclinaba mucho cuando pasábamos por debajo de los dinteles, y ¡paf!, me dejó caer sobre la enorme cama que compartía con mi madre. Me metí debajo de las mantas azul claro. Mi padre y mi madre tomaron el té en la cama. Mi pequeño arlequín nos hizo reír mucho.

Luego me dieron los demás regalitos.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Infancia»

Mira libros similares a Infancia. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Infancia»

Discusión, reseñas del libro Infancia y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.