Henry David Thoreau - Un paseo invernal
Aquí puedes leer online Henry David Thoreau - Un paseo invernal texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1863, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:Un paseo invernal
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:1863
- Índice:4 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Un paseo invernal: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Un paseo invernal" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Henry David Thoreau: otros libros del autor
¿Quién escribió Un paseo invernal? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.
Un paseo invernal — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Un paseo invernal " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Un paseo invernal relata una caminata inolvidable por el corazón de los Grandes Fríos hacia la primavera de la existencia. «En la profundidad del bosque, completamente solos, mientras el viento sacude la nieve de los árboles y dejamos detrás las únicas huellas humanas, vemos que nuestras reflexiones son mucho más variadas que las de la vida de las ciudades. Los paros y trepatroncos son una compañía más inspiradora que la de los estadistas y los filósofos, y regresaremos a esta última como quien vuelve a una compañía más vulgar. En este pequeño valle solitario, con su arroyuelo que fluye por la ladera, el hielo estriado y los cristales de todos los matices, donde los abetos y pinabetes se elevan a ambos lados, y los juncos y la avena silvestre crecen en medio del riachuelo, nuestra vida es más serena y digna de contemplar».
Henry David Thoreau
ePub r2.0
Titivillus 25.05.16
Título original: A Winter Walk
Henry David Thoreau, 1863
Traducción: Silvia Komet
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
HENRY DAVID THOREAU (Concord (EE. UU.), 1817 - Ibídem, 1862). Escritor y ensayista estadounidense. Nacido en el seno de una familia modesta, se graduó en Harvard en 1837 y volvió a Concord, donde inició una profunda amistad con el escritor Ralph Waldo Emerson y entró en contacto con otros pensadores trascendentalistas. En 1845 se estableció en una pequeña cabaña que él mismo construyó cerca del pantano de Walden a fin de simplificar su vida y dedicar todo el tiempo a la escritura y la observación de la naturaleza. En este período surgieron Una semana en los ríos Concord y Merrimack (1849), descripción de una excursión que diez años antes había realizado con su hermano, y, finalmente, Walden (1854), que tuvo una notable acogida.
En 1846, concluida su vida en el pantano, Thoreau se negó a pagar los impuestos que el gobierno le imponía, como protesta contra la esclavitud en América, motivo por el cual fue encarcelado; este episodio le llevó a escribir Desobediencia civil (1849), donde establecía la doctrina de la resistencia pasiva que habría de influir más tarde en figuras de la talla de Gandhi y Martin Luther King. Cercano a los postulados del trascendentalismo, su reformismo partía del individuo antes que de la colectividad, y defendía una forma de vida que privilegiara el contacto con la naturaleza.
[1] Los knistenaux (o cree) y los Costillas de Perro son dos tribus indias del Canadá. (N. de la T.)
El viento se filtra con un quedo murmullo a través de los postigos, o sopla con aterciopelada suavidad sobre las ventanas. De vez en cuando, suspira como un céfiro de verano agitando las hojas durante toda la santa noche. El ratón de campo se ha dormido en su abrigado pasadizo subterráneo, el búho se ha instalado en un árbol hueco en la profundidad de los pantanos; el conejo, la ardilla y el zorro, todos se han puesto a cubierto. El perro guardián se ha tumbado tranquilo junto al hogar, y el ganado se ha quedado en silencio en el establo. La tierra misma se ha dormido, como si fuera su primer, y no su último sueño. Salvo algún ruido de la calle o la puerta de la casa de madera que chirría débilmente interrumpiendo el desconsuelo de la naturaleza en su funcionamiento nocturno, el único sonido despierto entre Venus y Marte nos advierte de una distante calidez interior, un ánimo y fraternidad divinos, donde los dioses se reúnen, pero que resulta desolador para los hombres. Sin embargo, mientras duerme la tierra, el aire está despierto y se ha llenado de ligerísimos copos que caen, como si reinara una Ceres boreal y arrojara su grano plateado sobre todos los campos.
Dormimos, y al final despertamos a la inmóvil realidad de una mañana de invierno. La nieve yace tibia como el algodón y se acumula sobre el alféizar de la ventana; el marco hinchado y los cristales helados reciben una luz débil e íntima que realza la acogedora comodidad interior. La quietud de la mañana es impresionante. El suelo cruje bajo nuestros pies cuando nos acercamos a la ventana a mirar un claro sobre los campos. Vemos los techos bajo el peso de la nieve. De los aleros y las cercas cuelgan estalactitas de hielo, y en el jardín se alzan estalagmitas que cubren su corazón oculto. Los árboles y los arbustos elevan sus brazos blancos al cielo; y donde había paredes y setos vemos formas fantásticas que retozan haciendo cabriolas por el sombreado paisaje, como si la Naturaleza hubiera esparcido sus diseños hechos durante la noche como modelos para el artista.
Abrimos la puerta en silencio, dejando que caiga dentro la nieve amontonada, y salimos a enfrentarnos con el aire cortante. Las estrellas ya han perdido parte de su brillo, y una niebla opaca y plúmbea bordea el horizonte. Una tenue luz bronceada sobre el este proclama la llegada del día, mientras el paisaje occidental aún permanece espectral y oscuro, envuelto en una tenebrosa luz tartárea, como si fuera un reino umbrío.
Se oyen sólo sonidos infernales: el canto de los gallos, el ladrido de los perros, hachazos contra la madera, el mugir de las vacas… todo parece venir del corral de Plutón, más allá de la laguna Estigia, no porque evoquen melancolía alguna, sino porque su bullicio crepuscular es demasiado solemne y misterioso para la tierra.
El rastro fresco de algún zorro o alguna nutria en el huerto nos recuerda que la noche está repleta de acontecimientos, y la naturaleza primitiva aún sigue en marcha dejando huellas en la nieve. Abrimos la verja y echamos a andar a paso vivo por el solitario camino; la nieve seca y quebradiza cruje bajo nuestros pies y nos estimula el chirrido agudo del trineo de madera que parte hacia el distante mercado, desde la puerta matinal del granjero donde ha permanecido todo el verano soñando entre las briznas de hierba y los rastrojos, mientras vemos de lejos la luz de la primera vela a través de las ventanas nevadas de la granja, como una pálida estrella que emite su rayo solitario o una severa virtud rezando sus maitines. Las volutas de humo de las chimeneas empiezan a ascender una tras otra entre los árboles y la nieve.
El humo perezoso se eleva serpenteante de alguna cañada profunda,
e intima poco a poco con el día
demorándose en su viaje hacia el cielo,
mientras el aire recio explora al alba.
Las espirales remolonas juguetean entre sí,
sin propósito cierto, con lentitud,
como el amo adormilado, ahí debajo, junto al hogar,
cuya mente tardía e indolente
aún no se ha lanzado a la corriente arrolladora
del nuevo día, y ahora navegan muy lejos.
El leñador va a paso certero
con intenciones de agitar el hacha matinal.
Pero primero, en el oscuro amanecer,
envía por doquier a su emisario,
el humo explorador, último peregrino,
que alza vuelo del techo en plena madrugada,
para sentir el aire helado e informar al día.
Y cuando aún flota agachado a ras del suelo,
sin reunir coraje para desatrancar la puerta,
ya ha bajado por el valle con el viento ligero,
y sobre la llanura despliega su espiral aventurera,
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «Un paseo invernal»
Mira libros similares a Un paseo invernal. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro Un paseo invernal y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.