Fernando Garcés Blázquez - La historia de España sin los trozos aburridos

Desde Atapuerca hasta el rescate bancario, este libro es un paseo por la historia de España sin los trozos aburridos, un recorrido por los siglos de historia de nuestro país a través de anécdotas divertidas e iluminadoras, que proporcionan al lector una amplia panorámica de la historia España. Descubriremos qué hizo llorar a Julio César en Cádiz, si El Cid fue en realidad el héroe que la épica medieval pregonaba, qué famoso rey instauró la tradición de las Tapas, por qué en Samarcanda, capital de Uzbekistán, hay un barrio llamado Madrid, o qué fraile español inspiró a Galileo.

Un recorrido por siglos de historia recreada con humor, ligereza y entretenimiento.

Fernando Garcés Blázquez

ePub r1.1

Titivillus 08.03.17

Título original: La historia de España sin los trozos aburridos

Fernando Garcés Blázquez, 2013

Editor digital: Titivillus

ePub base r1.2

A mis sobrinas y sobrinos,

a quienes deseo una historia mejor

que la de sus padres y abuelos.

AGRADECIMIENTOS

La palabra oportuno surge en español hacia 1440 a partir del latín opportunus, término formado por op («hacia») y portus («puerto»), con el sentido de bien situado. Para que un libro llegue a puerto —la librería y, desde allí, la casa del lector— es necesario que muchas personas se crucen oportunamente con el autor. Dicho cruce nunca es fácil, y menos en los tiempos actuales, marcados por las prisas constantes. En consecuencia, es motivo de doble reconocimiento agradecer a dichas personas su ayuda. Primero, por la labor realizada, y segundo, por el esfuerzo que conlleva encontrar tiempo para esa labor.

En primer lugar, como en mis anteriores libros, mi gratitud a Inma Machí, que siempre ha estado allí, releyendo o sencillamente sufriendo mis horas y horas de reclusión delante del ordenador.

Luego, al equipo de Ariel, por la confianza depositada en mí y el trato cordial. Un agradecimiento especial a M.ª Esther Uzal por su buen ojo y atinado criterio.

También quiero recordar a los amigos que me aconsejaron sobre partes del libro: Inmaculada Pertusa, Cristóbal Úbeda, Julio Moreno, Maribel Gilsanz, Luis Pascual Cordero, Juan Carlos Gardeta y Tomás Vicente.

A todos vosotros, un sincero reconocimiento.

PRÓLOGO

La Leyenda Negra, los debates sobre las «Dos Españas», la dificultad para definir qué es ser español, el fracaso de gobierno tras gobierno, los datos económicos, casi siempre de índole pesimista… ¿Y si resulta que existe otra historia mucho menos sombría de lo que nos han hecho creer?

No hay duda: la historia —nuestra historia— es dura pero endiabladamente divertida. ¿Qué otro país sino España podría vanagloriarse de llamar a una revolución La Gorda o de tener una reina —Isabel II— que, ante la advertencia de uno de sus consejeros de que cruzando la frontera renuncia al laurel de la gloria, responde: «Mira, Pepe, la gloria para los que mueren inocentes y el laurel para echarlo a la pepitoria»?

Cierto, la historia hay que tomársela en serio, pero serio es también el humor. Los profesores veteranos saben que ningún estudiante se queja de una clase amena. Muy al contrario, es entonces cuando más aprenden. Por otro lado, la seriedad raramente logra cambiar los acontecimientos por mucho que lo queramos. En cambio, el humor predispone al cambio. Y por humor aquí entendemos tanto la anécdota divertida como aquella que encierra una paradoja iluminadora. Es así como el humor ayuda a mirar a las cosas desde otra perspectiva, las actualiza, las cuestiona, las despierta…

Además, para comprender la sociedad en que vivimos y la de nuestros antepasados también hay que saber deleitarse como ellos. Un deleite que, muchas veces, era proporcionado por la capacidad de sacar la puntilla a lo que sucedía, bien fuera para no llorar o, tal vez, por simple predisposición natural al humor. Sea como sea, nada parece demostrar que el humor y la historia sean incompatibles.

De hecho, y aunque fuera en forma de relieves marginales en las iglesias o de notas de un libro prohibido, el humor siempre ha acompañado a la historia de la humanidad y, desde luego, a la de España. Lo encontramos ya en Marcial, uno de los primeros hispanos que triunfó en la antigua Roma gracias a su dominio del epigrama satírico. Lo reencontramos en El Libro de buen amor —una de las cumbres literarias españolas de cualquier tiempo y no sólo de la Edad Media— y lo seguiremos encontrando en los siguientes siglos hasta llegar a nuestros días.

Entre los profesores que mejor han sabido salpicar sus clases con buenas dosis de humor está Antonio Machado, quien, para deleite de sus estudiantes, se inventó el personaje —o máscara— de Juan de Mairena. En una de las clases dijo:

Dios no se tomó el trabajo de hacer nada, porque nada tenía que hacer antes de su creación definitiva. Lo que pasó fue que Dios vio el Caos, lo encontró bien y dijo: «Te llamaremos mundo». Eso fue todo.

Pero fue mucho más que todo: fue el principio. ¡El de España también!

PREHISTORIA

El ayer insospechado…

Nunca el pasado de España ha cambiado tanto gracias al futuro… Las recientes ciencias de la paleontología y la arqueología no dejan de sorprender a los especialistas con descubrimientos que, hace sólo unas décadas, habrían sido inimaginables o muy cuestionados. No obstante, paradojas del presente, esta serie de asombrosos hallazgos sigue siendo poco conocida por el gran público. La crisis, el fútbol o las celebridades parecen eclipsar cualquier otra noticia. Ahora bien, ¿qué sabríamos si reuniéramos los titulares aparecidos en la prensa española en los últimos seis años, es decir, en pleno siglo XXI?…

El terrible «Pepito»

En Fuentes de Magaña, uno de los municipios más despoblados de Soria, se puede ver, desde finales de 2012, la maqueta de dinosaurio más grande del mundo. Hoy apenas hay medio centenar de personas. En el pasado, por aquí deambularon gran variedad de dinosaurios. La iniciativa de la maqueta pretende frenar el abandono del pueblo mediante el llamado «turismo paleontológico», cuyo principal reclamo son las llamadas «icnitas», las huellas que indican la actividad de un animal del pasado, en especial, las de dinosaurios. En nuestro país, la ruta de las icnitas, además de a Soria, nos lleva también por La Rioja, Burgos, Asturias y Teruel. El hallazgo de icnitas siempre es motivo de gran alegría, pero aún lo es más si se desentierran huesos, y, en especial, cuando corresponden a una especie única en el mundo…

Huellas del Apóstol ¿o?…

La primera huella de La Rioja no es humana, sino de un dinosaurio con patas de tres dedos que pasó hace millones de años por el actual yacimiento de Los Cayos, a tres kilómetros del centro urbano de Cornago. Junto a sus huellas, las más importantes de La Rioja, se han conservado muchos otros restos de aquellos remotos tiempos. Los pastores solían imaginar fabulosas leyendas con estas señales. Las huellas de Los Cayos, por ejemplo, se atribuyeron a las pisadas del caballo del Apóstol Santiago o un gigantesco león…

En el año 2007, Cuenca fue noticia cuando las obras del trazado Madrid-Valencia del AVE, a la altura de Fuentes, propiciaron un hallazgo fortuito que, desde entonces, ha entusiasmado a los paleontólogos: la colección de restos de dinosaurios más importante de la Península Ibérica (un periodista habló de «La Atapuerca de los dinosaurios»). Lo mejor aún estaba por llegar…