• Quejarse

Erich Honecker - Notas de la cárcel

Aquí puedes leer online Erich Honecker - Notas de la cárcel texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1994, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Erich Honecker Notas de la cárcel
  • Libro:
    Notas de la cárcel
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    1994
  • Índice:
    5 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 100
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

Notas de la cárcel: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Notas de la cárcel" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Erich Honecker: otros libros del autor


¿Quién escribió Notas de la cárcel? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Notas de la cárcel — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Notas de la cárcel " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
ADVERTENCIAS PRELIMINARES

U N movimiento interior me empuja a poner sobre el papel ciertas cosas que aún recuerdo bien. Deseo también poner por escrito una serie de cuestiones que me agitan profundamente y hacer conocer mis opiniones sobre algunos acontecimientos concretos. No sé lo que haré con estas notas. Quizá un día pueda acomodarlas a las exigencias de la prosa… Escribo estas líneas en Moabit, en esta prisión que todavía conozco bien. La frecuenté en la época del nazismo, al igual que muchos comunistas, socialdemócratas y otros antifascistas. Desde 1933, jugó un papel muy particular en la represión a los adversarios del imperialismo alemán. Estas líneas serán quizá publicadas un día. Están destinadas a aquellos que quieren analizar seriamente el pasado. Todo lo contrario de los pretendidos «maestros de la historia».

Estos últimos sólo tienen un objetivo: cubrir de barro el socialismo y retardar cuanto sea posible el inevitable hundimiento del capitalismo.

No haré ninguna concesión a las ideologías y la «moral» que defienden la sociedad capitalista de la explotación. Los veinte millones de parados que la economía de libre mercado ha lanzado a la calle no lo permitirían. Esta situación ¿tiene salida? El socialismo era un orden social justo. Habíamos trazado sus grandes líneas y queríamos ir más lejos. Lo hemos perdido con el hundimiento de la RDA.

Se cantan los parabienes del capitalismo. Eso se paga bien hoy en día y no es sólo cosa de los políticos burgueses y los periodistas de derecha. Pese a ello nadie puede seriamente negar que la situación se ha vuelto extraordinariamente difícil para millones de obreros y empleados, científicos y artistas, aprueben o no estos la economía de mercado. Las inquietudes existenciales son generalizadas. Esto no puede continuar así y no lo hará… Pero el capitalismo no abrirá el camino a un mundo sin paro y miseria.

Lo he expresado ya varias veces y querría repetirlo otra vez: los acontecimientos que se produjeron en la RDA desde mi dimisión me han afectado en lo más profundo. Me afectó duramente el hundimiento de la RDA. Pero al igual que muchos compañeros probados, no he perdido por ello la fe en el socialismo. Se trata de la única alternativa para una sociedad humana y justa. Desde que el capitalismo existe, los comunistas pertenecen al campo de los perseguidos en esta tierra pero no al campo de los que no tienen futuro. Lo que realizamos para hacer vivir el socialismo sobre suelo alemán no se hizo en vano. Trabajamos con los partidos cristianodemócratas y liberales del Este, de los que diversos responsables se precipitaron rápidamente hacia las nuevas carteras ministeriales tras 1989. Actuamos durante cuarenta años en difíciles condiciones. Lo que se realizó jugará un papel en el futuro. Pienso en las relaciones de producción socialistas que ofrecían a todos un trabajo, una seguridad social digna de tal nombre, alojamientos a precios asequibles, fueran o no de cemento, guarderías, escuelas infantiles, clubes de jóvenes y una vida cultural y espiritual de alto nivel.

Existirá una sociedad que ofrecerá perspectivas que valoricen la existencia de todos: obreros y campesinos, científicos, técnicos, enseñantes, artistas, mujeres, jóvenes y ancianos. El capitalismo ha llegado a sus límites. Se le califica de «economía de mercado» porque se tiene vergüenza de su verdadera naturaleza. Su desaparición sigue siendo segura pese a las derrotas que hemos sufrido y los errores e insuficiencias que habríamos podido evitar… también pese a todas las traiciones de individuos cuya duplicidad ha sobrepasado todos los límites.

El mundo se ha vuelto completamente caótico y desorientado desde que el socialismo desapareció del suelo europeo. Autoproclamándose gendarmes del mundo, los Estados Unidos actúan a su gusto e imponen, aquí y allá, el «nuevo orden mundial» a golpe de bombas y misiles. Aunque hayan surgido de la nada numerosos «teóricos» que se reclaman de un marxismo renovado, aunque se hayan esforzado en hurtar el corazón mismo de la teoría marxista o en refutarla enteramente, los hechos permanecen tozudos. Hay leyes objetivas que deciden la evolución de las sociedades humanas. El capitalismo presenta una contradicción fundamental: la que opone el carácter social del trabajo y el carácter privado de la apropiación. Esta contradicción permanece pese a la capacidad del sistema capitalista de cambiar notablemente de apariencia en el curso de su desarrollo.

Sólo cuando se supere esta contradicción, cuando ya no sea el beneficio el que dirija el mundo, se crearán para cada individuo las condiciones de una vida verdaderamente humana. Se habla mucho de la «autorrealización» de cada uno. Ello no puede consistir evidentemente en la perspectiva de una situación en la que, debido a la utilización creciente y los progresos constantes de las tecnologías punteras, sólo del 10 % al 20 % de la población tenga un trabajo. Una sociedad nueva deberá encontrar a cada uno un sitio. Teniendo en cuenta todas esas evoluciones tecnológicas, pero también otras limitaciones. Esto significa en primer lugar un trabajo para cada uno. El capitalismo es incapaz de eso, es hoy más evidente que nunca. La misma carrera por los beneficios fija los límites del sistema capitalista. Existen pues razones sociales profundas y determinantes para que se abra el camino de una sociedad alternativa. Ésta será de naturaleza socialista, sean cuales sean las especificidades de su estructura y las modalidades de su organización concreta.

Es por eso que, desde un punto de vista histórico, mi juicio no es tan pesimista como aquel, comprensible, de la mayoría de los que fueron cogidos por sorpresa por el «cambio» de 1989. La cuestión social seguirá en el futuro en el centro de las controversias públicas en todos los países capitalistas. Algunos consagraron sus fuerzas a la realización de ese famoso «cambio» contrarrevolucionario. Creen aún hoy o por lo menos lo afirman, que actuaban para que las cosas fuesen mejor en la RDA.

Hoy estas personas deben enfrentarse a amargas realidades. Todos nosotros queríamos un socialismo que fuese aún mejor. Lo que se había alcanzado nunca nos bastó. Todos estos pequeños «reformadores» no lograron sino entregar el socialismo a sus enemigos porque prestaron oídos al gran «reformador»: en 6 años, éste logró desarmar al PCUS, del que era Secretario General, y llevar a la URSS a la aniquilación.

La RDA fue sacrificada en el altar de la «Casa Común Europea» por la cual Gorbachov luchaba con tanto ahínco. Fue el hecho más doloroso de mi existencia así como de la de numerosos camaradas. Estamos obligados hoy a reconocer que esto fue facilitado por nuestra actitud habitual ante Moscú, hecha ante todo de disciplina y respeto de la tradición. Ocurría lo mismo con aquellos que ya no tenían la voluntad de defender el socialismo. Y todo ello no fue finalmente posible sino porque corrientes enteras de nuestro Partido contribuyeron objetivamente a la eliminación del socialismo. Había entre ellos algunos traidores conscientes y declarados que se vanaglorian hoy de haber utilizado durante años sus contactos oficiales con la RFA para allanar el camino que llevaba a la anexión de la RDA.

LA DESAPARICIÓN DE UN AMIGO

L A desaparición de la RDA estaba incluida en el hundimiento de la comunidad de los Estados socialistas. Ésta se desarrolló en un contexto de cambios radicales de la política internacional. Ya no hay ninguna duda sobre esto desde que se actualizaron, sin duda parcialmente, los mapas en Washington, Bonn y Moscú. Primeramente, la dirección del Partido y el Estado soviéticos introdujo los conceptos de Perestroika y Glasnost que precedieron a estos cambios. Este «nuevo pensamiento» ignoraba la lucha de clases y la oposición Este-Oeste que resultaba sin embargo de contradicciones objetivas. Aún más: el adversario de ayer, que había amenazado a la Unión Soviética de muerte militar, se convirtió de pronto en amigo. Todo esto no tuvo lugar pacíficamente. Le siguió un profundo estremecimiento en todo el mundo. Sólo el esfuerzo común de fuerzas presentes en Moscú, Washington y Bonn permitió estas profundas transformaciones de la situación mundial. Esto quedó cada vez más claro con el paso del tiempo. La puesta en movimiento de estas fuerzas destruyó el equilibrio de fuerzas políticas y militares en vigor hasta entonces.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Notas de la cárcel»

Mira libros similares a Notas de la cárcel. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Notas de la cárcel»

Discusión, reseñas del libro Notas de la cárcel y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.