Paul Feyerabend como filósofo de la naturaleza
Introducción de Helmut Heit y Eric Oberheim
«Alumno estudioso y muy interesado en las materias, cuyas dotes superan con mucho la media. A veces no se resiste a hacer comentarios impertinentes.» Esto anotaron los profesores del Instituto Masculino de Enseñanza Secundaria de Viena en el certificado escolar de Feyerabend del curso de 1939-1940. Otros harían más tarde observaciones similares sobre él. Pero, en opinión de los autores, Feyerabend lleva alguna pequeña ventaja a Karl Popper, Thomas Kuhn e Imre Lakatos, pues la reflexión filosófica sobre la ciencia no sigue en conjunto un buen camino. En este contexto vemos a Feyerabend dentro de la buena sociedad de los clásicos de la filosofía pospositivista de la ciencia. Pero de los citados «cuatro grandes» de la teoría de la ciencia del siglo XX , la impresión de ser un enemigo de la ciencia se ha concentrado especialmente en Feyerabend, primero como etiqueta más propia de los medios (Horgan, 1993), y luego, ya póstumamente, como ambivalente título honorífico (Preston, Munévar et al., 2000).
La presente Filosofía natural es, incluso respecto a la posible hostilidad de Feyerabend hacia la ciencia, particularmente capaz de arrojar nueva luz sobre su obra y su evolución filosófica. En lo que sigue ofreceremos en tres pasos una introducción a la lectura de este texto. Después de un breve recuerdo de la evolución filosófica de Feyerabend, reconstruiremos la historia de este libro y expondremos las razones de que se publique con treinta años de retraso (1). En segundo lugar, pondremos de relieve la particular importancia del manuscrito tanto para los estudiosos de Feyerabend como para comprender la evolución de nuestras concepciones de la naturaleza (2). En esta Filosofía natural, Feyerabend se muestra como intérprete del mundo intelectual griego y genealogista del racionalismo occidental. Este texto muestra así no solo una perspectiva fascinante de la historia de la filosofía natural, sino también aspectos hasta ahora poco considerados del pensamiento de Feyerabend. Al mismo tiempo, este trabajo de principios de la década de 1970 es un instrumento decisivo para comprender lo común y lo diferencial entre el primer y el último Feyerabend. Es el missing link que permite entender la radicalización posterior, la justificación que pueda caberle y su dimensión como un continuo en el pensamiento de Feyerabend. La tercera y última parte de esta introducción ofrecerá una síntesis de la estructura y el contenido de la Filosofía natural de Feyerabend (3).
1. H ISTORIA DE UN PROYECTO QUE NO ACABÓ DE REALIZARSE
La filosofía de Feyerabend siempre estuvo estrechamente vinculada a las discusiones científicas y filosóficas de su época, y no era rara la implicación directa de nuestro autor en estas discusiones, incluso en contactos personales. A finales de la década de 1940, cuando estudiaba en Viena con Felix Ehrenhaft y Victor Kraft, tuvo algunas revelaciones directas, en relación con el positivismo lógico del Círculo de Viena y sus problemas, que serían de suma importancia para la ulterior evolución de la filosofía internacional de la ciencia. En aquella época conoció a Ludwig Wittgenstein, que le ofreció un puesto en Cambridge. Como aquella oferta se desvaneciera con la temprana muerte de Wittgenstein, Feyerabend aceptó otra oferta: trabajar una temporada con Karl Popper en Londres. A principios de la década de 1950 se reunió repetidas veces con Niels Bohr y llegó a ser uno de los más prominentes filósofos críticos de la llamada interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica. En 1962 dio inicio junto con Thomas Kuhn, a la sazón colega suyo en la Universidad de Berkeley, al giro histórico en la filosofía de la ciencia, que desde entonces se ocuparía también, y cada vez más, de la historia y la sociología de las ciencias, en vez de considerar la ciencia solamente como un sistema lógico. A lo largo de la década de 1970 se significó como un decidido crítico, primero de la filosofía y la escuela de Karl Popper, y luego del racionalismo en un sentido más fundamental. El lema anything goes («todo vale») de su libro Contra el método (1975) causó escándalo dentro y fuera de la filosofía académica. Las obras que publicó a continuación, sobre todo La ciencia en una sociedad libre (1978), Wissenschaft als Kunst (La ciencia como arte, 1984) y Adiós a la razón (1987), fueron elementos importantes en la discusión general acerca de las posibilidades y los límites de las ciencias occidentales que promovieron las corrientes poscolonialistas, posmodernas y ecologistas del último tercio del siglo XX . El potencial y los límites de una concepción científica del mundo constituyen también el tema de su último libro, La conquista de la abundancia (1999), publicado póstumamente. La autobiografía de Feyerabend, titulada Matando el tiempo (1994) y muy digna de leerse, repasa su agitada vida en el centro de las discusiones contemporáneas. La Filosofía natural nos muestra ahora una faceta de Feyerabend hasta hoy poco conocida: la del filósofo de la naturaleza y teórico del origen de la filosofía en la antigüedad.
Mientras escribía su obra capital Contra el método, aparecida por primera vez como libro, y en inglés, en 1975, Paul Feyerabend trabajaba paralelamente, en alemán, en una Filosofía natural concebida como una vasta obra general. Originariamente la planeó como una obra en tres tomos en la que reconstruiría la historia de las concepciones humanas de la naturaleza desde sus primeras expresiones en las más antiguas pinturas rupestres del Paleolítico hasta sus manifestaciones en las discusiones contemporáneas sobre la física atómica. El trabajo tenía por título Introducción a la filosofía natural. Pero como el trabajo es, más que una introducción al tema, una investigación independiente de Feyerabend en la que lleva a cabo una reconstrucción histórica de la situación actual, hemos prescindido para su publicación de esa restricción, que puede inducir a error. En aquel tiempo, el proyecto no llegó a cumplirse; a finales de la década de 1970 era ya algo desconocido, y hasta el propio Feyerabend se olvidó de él. Durante un tiempo, el título figuró en listas bibliográficas, mas volvió a desaparecer. Feyerabend no dice en su autobiografía ni una palabra sobre la Filosofía natural. Solo en algunos pasajes aislados se encontrarían más tarde alusiones al proyecto. Así, Feyerabend dice estar trabajando en una Introducción a la filosofía natural en una carta a Hans Albert (cf. Baum, 1997, p. 133). Pero el editor de la correspondencia de Feyerabend toma esta declaración más que nada como una muestra de la notoria inexactitud de los datos biográficos y bibliográficos de Feyerabend: «Muchos proyectos no llegaron a realizarse; y cuando se dice que un trabajo se halla en prensa, ello no significa que en verdad vaya a aparecer. Así, por ejemplo, una obra sobre filosofía natural planeada para su edición por la Wissenschaftliche Buchgesellschaft nunca apareció» (Baum, 1997, p. 8). Baum nada sabe de la existencia de esta obra, que cuando se concibió se decía que iba a aparecer no en Darmstadt, sino en Brunswick publicada por la editorial Vieweg.
Ello nos tuvo un tanto desconcertados, hasta que unas indagaciones en el Archivo Filosófico de la Universidad de Constanza sacaron a la luz aquel trabajo inacabado de Feyerabend. Resultó que Spinner iba a ser el editor de los tres tomos, en lo cual había invertido ya una cantidad considerable de tiempo y de trabajo. Spinner puso gentilmente a nuestra disposición tanto aquellos trabajos previos como una segunda versión, más detallada, del texto mecanografiado, que sumaba un total de 305 páginas y había sido ampliada con un sexto capítulo. Este sexto capítulo esboza la evolución de la filosofía natural desde Aristóteles hasta Bohr. Los distintos capítulos están redactados con desigual esmero, pero juntos representan una argumentación continua e internamente ramificada que, a diferencia de la fragmentaria