Stone - Secretos de ultratumba

Viaje más allá
de la tumba

E xisten tres mundos, uno visible y dos invisibles. Sin embargo el ámbito que no se ve es tan real y tangible como el que se ve. Estas tres dimensiones se describen en el siguiente pasaje:

Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y bajo la tierra.

—FILIPENSES 2:10

“Los que están en la tierra” son los seres humanos que viven. “Los que están en los cielos” incluye a Dios, Cristo y los ángeles. “Los que están bajo la tierra”, incluye las cámaras donde los ángeles caídos están atados en oscuridad, mientras esperan el día de su juicio (2 P 2:4). Según el Nuevo Testamento, también las almas y los espíritus de los hombres y mujeres que murieron están reservados, algunos en una zona especial del cielo y otros en cámaras ubicadas bajo tierra.

La ubicación de quienes ya residen en el cielo es identificada por el apóstol Pablo como un paraíso celestial, al cual se refiere en 2 Corintios 12:1-4. Lo opuesto son las cámaras de retención, conocidas como la tierra de las almas impías que partieron, están ubicadas bajo la tierra, muy profundamente debajo de la corteza de las montañas, e incluyen una serie de grandes cavernas y cuevas adonde son llevadas las almas y espíritus de los impíos inmediatamente después de su muerte física en la tierra. (Vea Números 16:30-33; Lucas 16:23-31).

Moisés registró que “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn 1:1). Antes de que Dios creara a Adán y Eva en el Jardín del Edén, los ángeles preexistían con Dios y observaban las actividades de la Creación a medida que el Todopoderoso la llamaba a la existencia (Job 38:4-7). Algunos eruditos señalan que en Génesis 1:1, la palabra hebrea para “creó”, que es “bara”, indicaba que los cielos y la tierra fueron formados en una condición perfecta.

Sin embargo, en Génesis 1:2 leemos que “la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo”. La oscuridad está sobre el “abismo”. La palabra hebrea para “abismo” es tejóm y alude a las cámaras subterráneas bajo la tierra donde se almacenan las aguas. Este caos aparente que vemos en el versículo 2 ha sido identificado por algunos estudiantes como el tiempo de la caída de Satanás y sus ángeles desde el cielo (Is 14:12-15; Lc 10:18; Ap 12:7-10), que produjo un suceso caótico en la tierra.

Así, entre las misteriosas y desconocidas “eras pasadas” de Génesis 1:1, y la caída de Satanás de Génesis 1:2, la expulsión de Satanás del cielo a la tierra golpeó al planeta como un rayo (Lucas 10:18), y, como algunos sugieren, ése fue el tiempo en que Dios creó un lugar llamado infierno en el centro de la tierra. Está claro que el infierno no fue creado para el hombre, sino que originalmente fue sólo para Satanás y sus ángeles rebeldes. Leemos en Mateo 25:41:

Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Aunque los detalles de la expulsión de Satanás del cielo y la creación del infierno permanecen un poco en el misterio, las aguas que cubrían la tierra en Génesis 1:2 se cree que eran las aguas que enfriaron el planeta después de que cámara tras cámara del infierno fue formada en el centro de la tierra. Curiosamente, hay científicos que creen que la tierra fue en un tiempo una bola de fuego que finalmente se enfrió (con agua) y constituyó el planeta que ahora habitamos. La diferencia entre lo que estoy compartiendo y la teoría científica de “desarrollo gradual del planeta” es el elemento tiempo. Los científicos creen que el proceso de formación tomó miles de millones de años. Sin embargo, aunque en eras pasadas la creación original de Génesis 1 puede haber ocurrido hace millones de años, el marco de tiempo registrado desde Génesis 1:3 en adelante —donde Dios crea la luz, las plantas y al hombre— fue de apenas un poco más de seis mil años atrás según la teología tradicional. En cuanto a si el infierno fue preparado antes de la caída de Satanás (Gn 1:1) o después (Gn 1:2), la Escritura y la ciencia concuerdan en estos hechos: existen distintos niveles bajo la tierra, y el centro de la tierra es fuego.

A través de toda la Biblia hay cinco diferentes palabras usadas para identificar el área que yo llamo infierno. Estas palabras son:

Seol: una palabra hebrea del Antiguo Testamento

Hades: una palabra griega del Nuevo Testamento

Gehenna: una palabra griega del Nuevo Testamento

Tártaro: una palabra griega del Nuevo Testamento

Abismo: una palabra griega del Nuevo Testamento

La palabra Seol se usa sesenta y cinco veces en el Antiguo Testamento. Se traduce como infierno treinta y un veces en la Biblia, treinta y un veces como la palabra sepulcro, y tres veces se traduce como la palabra inglesa pit (pozo). La palabra Hades se traduce como infierno diez veces en el Nuevo Testamento. También se halla en 1 Corintios 15:55, donde la palabra inglesa es “sepulcro” (grave). La única excepción es Apocalipsis 6:8: el caballo amarillo es muerte, y el infierno (Hades) lo sigue.

Por definición, la palabra Hades es “región de los espíritus de los muertos perdidos, pero incluyendo los de los muertos bienaventurados en los tiempos anteriores a la ascensión de Cristo”.

Los padres de la Iglesia primitiva se refirieron al Hades. Un padre anteniceno comentó:

Este es el compartimento de tormento del Seol-Hades donde las almas impías han ido siempre e irán hasta el final del Milenio…El Hades es un lugar del sistema creado, tosco, un lugar bajo la tierra, en el cual la luz del mundo no brilla; y como el sol no brilla en este lugar, necesariamente debe haber perpetua oscuridad allí.

La tercera palabra, tartaroo, es una palabra griega traducida como infierno y que se halla sólo en un lugar:

Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio……

—2 PEDRO 2:4

El Tártaro fue considerado en la mitología griega tanto un espíritu como una deidad, y el lugar de una caverna inferior al Hades en la cual están confinados la mayoría de los espíritus malvados. Se creía que era el primer lugar creado en las regiones del infierno, ya que los ángeles pecaron siglos antes de que Adán fuera creado y pecara. Pedro revela que ésta es la prisión de los ángeles caídos.

Así como en el futuro Satanás será arrojado al abismo, y tiene asignado un lugar del infierno para evitar que escape durante mil años (Ap 20:3), también esos ángeles que se rebelaron contra Dios durante la caída de Lucifer y los que se corrompieron en los días de Noé produciendo la prole de gigantes (Gn 6:4), ahora están encadenados en pozos de oscuridad en las partes más bajas de la tierra. No existe indicio de que almas humanas se encuentren en esta región, sólo los ángeles caídos. Judas escribió:

Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.

—JUDAS 6

La siguiente palabra que revela otra caverna bajo la tierra es el vocablo griego ábusos, que se traduce al inglés como abyss (abismo). Esta palabra se halla nueve veces en el Nuevo Testamento y se traduce en el libro de Apocalipsis como “el pozo del abismo” (Ap 9:1-2, 11; 11:7; 17:8; 20:1, 3). Esta palabra alude a un área no especificada bajo la tierra que es un gran vacío, una cavidad vacía que no puede ser medida. Este lugar era conocido por el espíritu maligno que Cristo enfrentó durante su ministerio. En una ocasión, Cristo expulsó una gran hueste de demonios de un hombre, y el principal espíritu maligno pidió no ser confinado al “abismo” (Lc 8:31). La King James Version dice “profundidades” (deep), pero la palabra griega es