ANARKHOS
Colección dirigida por
Juan Manuel González Otero
e Ignacio Pablo Rico Gustavino
Hans-Hermann Hoppe
MONARQUÍA,
DEMOCRACIA
Y ORDEN NATURAL
Una visión austriaca de la era americana
Segunda edición
Traducción de Jerónimo Molina
© 2012 UNIÓN EDITORIAL, S.A. (Segunda Edición)
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ISBN (página libro): 978-84-7209-599-1
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Índice
PRESENTACIÓN
Me complace presentar a los lectores de habla española la segunda edición del libro del profesor Hans-Hermann Hoppe que hemos publicado con el título de Monarquía, democracia y orden natural .
Han transcurrido ocho años ya desde que este libro viera la luz, casi «a hurtadillas», en nuestro país, de la mano de Ediciones Gondo y desde entonces no ha dejado de surtir su efecto de verdadera «dinamita intelectual» en contra de aquellos enemigos de la libertad que, desde todos los ámbitos, siempre la acechan.
Prepárese pues el lector a iniciar un libro que es todo un desafío y estímulo y que en ninguna de sus páginas le dejará indiferente.
Jesús Huerta de Soto
Catedrático de Economía Política
Universidad Rey Juan Carlos
PRÓLOGO
La mentalidad política, la visión de lo político que de ella se deduce y también las doctrinas e ideologías vigentes en una época histórica deben contemplarse en su relación existencial con la forma política, vieja categoría historiográfica referida a la ordenación concreta del vivir político de una comunidad. En ese orden geopolítico y cliopolítico singular vienen trenzados los elementos políticos sustantivos de la convivencia humana: los modos del mando y la obediencia políticos; la regulación de lo público y lo privado; la designación de amigos y enemigos. También la representación política, una cierta idea del derecho —ligada al Bien común— y los expedientes de solución y neutralización de conflictos —condicionados por el empleo, como ultima ratio legis , de una fuerza reactiva cuya legitimidad se presupone—. Puesto que toda asociación humana está proyectada en la historia, la política tiene, en último análisis, una dimensión narrativa . La política es pues, en este sentido, la actualización permanente del hecho político-fundacional, nunca exento de violencias. El recuerdo de los Patrum Patriae o los Foundig Fathers está siempre presente, acompañando a las generaciones, en las divisorias históricas. Su herencia es vindicada o impugnada según las necesidades de la élite o partido discrepante. A la imagen especular que de todo ello nos ofrecen contemporáneamente la sociología, la filosofía o la ciencia políticas se la suele denominar «cultura política».
Liberalismo y pensamiento estatal
Ahora bien, esta suele ser, al menos en Europa, una visión determinada radicalmente por la concepción excluyente de la política como actividad estatal. Se diría, a juzgar por cierta literatura, a la sazón vastísima, que no hay más politicidad que la conformada por el Estado. Suelen quedar así fuera del razonamiento académico que se estila entre los meridianos de Lisboa y Berlín tres realidades políticas del máximo interés: el Common Wealth como forma política; las constelaciones espaciales futuras que ya apuntan en algunas regiones de la tierra ( Grossräume ), a pesar incluso de las formas políticas de compensación, retardatarias de los procesos históricos (Unión Europea); y, por último, la idea de un «Anarquismo de la propiedad privada» u Orden natural , según reza en el título de este libro. Estos olvidos explican, tal vez, la frecuencia con que la visión liberal de lo político, consubstancial a la tradición occidental , aparece desvirtuada o reducida interesadamente a una supuesta escolástica económica.
El liberalismo no se agota en la visión que de él han ofrecido sus críticos, desde Sismondi [1773-1842] hasta las versiones actualizadas o disimuladas del neokeynesianismo, pasando por la Escuela histórica alemana, confundiendo generalmente el paradigma cataláctico con la tópica de la Economía neoclásica .
Murray N. Rothbard como pensador político
Rothbard ha desarrollado axiomáticamente su sistema a partir de los postulados de la no agresión y de la propiedad privada, deducidos originariamente de una concepción realista del Derecho natural. El Estado, opuesto polarmente a la sociedad anarquista, debía ser a su juicio erradicado. Sin embargo, no puede decirse que el antiestatis mo rothbardiano sea necesariamente antipolítico, al menos desde el punto de vista de la estrategia revolucionaria liberal. En todo caso, convendría recordar ahora que ha habido antiestatismos políticos , es decir, no negadores de la centralidad de la política , y será sucedido por ordenaciones de los elementos básicos de la convivencia política desconocidas hasta ahora.
La filosofía política de Hans-Hermann Hoppe
El análisis en profundidad de estos asuntos, en el que las contribuciones de los saberes político y económico resultan imprescindibles por igual, se va abriendo camino en el pensamiento contemporáneo. De ahí el interés que tiene la publicación en España de los trabajos de Hoppe agrupados en su libro Monarquía, Democracia y Orden natural . La obra de Hoppe, economista alemán afincado en los Estados Unidos, en donde imparte clases de Economía política en la Universidad de Nevada-Las Vegas, no desmerece de las enseñanzas de sus dos maestros, Mises y Rothbard. Vale la pena que reparen en estas páginas los juristas y politólogos de formación europea. También cualquier persona preocupada como «ciudadano-contribuyente» por el derrotero de la política contemporánea, objeto que Hoppe examina siempre desde perspectivas insólitas para los lectores habituados a las categorías políticas estatales. Sin embargo, no puede decirse que al autor le resulten ajenas estas últimas. De hecho las ha estudiado con gran aprovechamiento, de ahí que sus planteamientos, particularmente los relativos al fenómeno bélico y a la destrucción del orden interestatal europeo — Jus gentium europaeum — a partir de la I Guerra Mundial coincidan con los de cualquier escritor de la tradición del realismo político, entendida en un sentido amplio: Carl Schmitt, Raymond Aron [1905-1983], Bertrand de Jouvenel [1903-1987] o Gianfranco Miglio [1918-2001] .
Con este libro pretende su autor ofrecer algunos de los argumentos definitivos en contra de la política estatista y sus consecuencias de todo orden: económicas y éticas particularmente —explotación fiscal y exclusión del derecho de autodefensa—, pero también culturales, pues el estatismo, que altera la preferencia temporal de los individuos, opera en su opinión como un elemento descivilizador. El Estado, en último análisis, es para Hoppe el gran corruptor.
Crítica de la mitología política del siglo XX
Por otro lado, al recorrer las vías incoadas por sus maestros, Hoppe aspira a introducir algunas rectificaciones en la benévola visión que estos tenían de la forma de gobierno democrática. Demostrará además, indirectamente, la potencia científica del método deductivo (teoría social a priori ), que para evitar confusiones sería preferible denominar, con Eugen Böhm-Bawerk [1851-1914], axiomático . «Me gustaría fomentar y desarrollar —escribe Hoppe en su introducción— la tradición de una gran teoría social, abarcadora de la Economía política, la Filosofía política y la Historia». El resultado es la revisión sistemática de tres grandes mitos del siglo XX: a) la presunción de la bondad del proceso que, iniciado con la Revolución francesa, culminó después de la I Guerra Mundial con la liquidación del principio monárquico; b) la presunción de que la forma de gobierno democrático constituye la fórmula óptima de gobierno y c), la presunción de la legitimidad de la forma política estatal. El autor desmonta sistemáticamente estas creencias y profundiza en la concepción del gobierno como objeto de apropiación dominical. Ello le permite elaborar una sugestiva teoría de las formas de gobierno, pues, más allá de las clasificaciones tradicionales , desde el punto de vista de la propiedad los gobiernos pueden ser «privados» o «públicos».
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