La más fantástica visión de nuestro pasado: ¿Fue visitada la Tierra por viajeros procedentes del espacio?
En una época desconocida, y en una lejana galaxia, inteligencias semejantes a las humanas habrían librado una gran batalla.
Los vencidos en aquella batalla huyeron en una nave espacial. Para despistar a sus enemigos, no aterrizaron en un planeta de condiciones óptimas, sino en otro menos adecuado donde, como demuestran los dibujos rupestres aducidos por Däniken, hubieron de llevar casco y aparatos de oxígeno durante algún tiempo.
Para protegerse, excavaron los grandes laberintos subterráneos, y además colocaron en otro planeta, el quinto del sistema solar, falsas instalaciones y emisoras. Los enemigos cayeron en la trampa y destruyeron brutalmente todo el planeta, cuyos restos son los asteroides que ahora vemos. Creyendo aniquilados a los vencidos, los vencedores regresaron a su galaxia.
Los vencidos habitaron en la tierra y dejaron aquí los restos de sus gigantescas obras…
Erich von Däniken
El oro de los dioses
ePub r1.0
XcUiDi 05.08.14
Título original: Aussaat und Kosmos
Erich von Däniken, 1974
Traducción: Eduardo Videla
Retoque de cubierta: XcUiDi
Editor digital: XcUiDi
ePub base r1.1
El título de propiedad de Juan Moricz * En las cuevas subterráneas del Ecuador * Salas semejantes a refugios antiaéreos, a 240 metros de profundidad * Radiaciones de origen desconocido * Extravagante jardín zoológico * La biblioteca metálica * ¿La primera escritura de la humanidad? * Amuleto del período mesolítico * Tabla de piedra con dinosaurio * ¿La cúpula más antigua de todos los tiempos? * Custodiada por indios salvajes * Relato sobre el tesoro del padre Crespi en Cuenca * Las esculturas de oro hablan * Serpientes ¿símbolos de viajes espaciales? * Falsas interpretaciones de la ciencia * Las pirámides tuvieron unos mismos constructores * La ciencia corrige un error: los incas conocían la escritura * Tres modelos de avión de oro * La esfera de oro de Cuenca y su molde en Estambul * El absurdo sistema de numeración de los incas * Obra maestra con una bomba * La opinión de un científico sobre los tesoros: «¡El descubrimiento más increíble después de Troya!» * Por qué falta exploración en Ecuador * En 1971, sensacional descubrimiento en el Perú: cuevas con compuertas de toneladas de peso * Lo que Pizarro no halló * Cuevas: habitación de nuestros primeros padres y arcas de tesoros * ¡Temas!
Se trata —en mi opinión— de la historia más increíble, la más inverosímil del siglo.
Me parecería una historia de ciencia-ficción si no lo hubiese visto y fotografiado yo mismo.
Lo que he visto no es ni sueño ni fantasía, es realidad. Bajo el continente sudamericano existe un gigantesco sistema de túneles, hondamente enclavado, de varios miles de kilómetros de extensión. ¿Quién lo construyó y cuándo? He ahí la incógnita. En Perú y Ecuador se consiguió recorrer cientos de kilómetros de estos túneles, pero esto no es más que el comienzo: el mundo lo ignora todo sobre ellos.
Con fecha 21 de julio de 1969, el argentino Juan Moricz depositó en la notaría del doctor Gustavo Falconi, de Guayaquil, una escritura legalizada, firmada por varios testigos (Fig. 1), que le reconocía ante el Estado de Ecuador y ante la posteridad como descubridor de este sistema de túneles. A continuación un extracto de las partes más relevantes de dicho documento:
Juan Moricz, ciudadano argentino por residencia, nacido en Hungría, pasaporte N.º 4 361 689 …
En la región oriental, provincia de Morona-Santiago, dentro de los límites de la República del Ecuador, he desacierto valiosos objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad. Los objetos consisten especialmente en láminas metálicas; contienen probablemente el resumen de la historia de una civilización extinguida, de la cual no teníamos hasta la fecha el menor indicio. Los objetos se encuentran diseminados en distintas cuevas y son de la más variada naturaleza.
He podido realizar el descubrimiento en circunstancias afortunadas…
En mi condición de científico investigué aspectos folklóricos, étnicos y lingüísticos de las tribus ecuatorianas…
Los objetos por mí encontrados presentan las siguientes características:
- Objetos de piedra y metal de distintos tamaños y colores.
- Láminas de metal grabadas con signos y escrituras. Se trata aquí de una verdadera biblioteca metálica que podría acaso contener un compendio de la historia de la humanidad, como asimismo revelar el origen del hombre o dar noticias acerca de una civilización extinguida.
El hecho del descubrimiento me ha constituido en propietario legal de las láminas grabadas y de los demás objetos, en conformidad al artículo 665 del Código Civil.
No obstante, siendo mi convicción que se trata de objetos de un valor cultural inimaginable que no fueron hallados en terrenos de mi propiedad, me permito hacer referencia al artículo 666, de acuerdo al cuál el patrimonio por mí descubierto, si bien seguiría de mi pertenencia, quedaría, sin embargo, sujeto al control del Estado.
Le ruego, Excmo. Sr. Presidente de la República, se digne designar una comisión científica que se encargue de verificar mi enunciado y disponer el control de los valores descubiertos…
Le señalaría a esta comisión la ubicación geográfica exacta y el sitio de la entrada, como asimismo los objetos que hasta la fecha he encontrado allí.
En junio de 1965, investigando con el concurso de indios peruanos, Moricz había dado con senderos subterráneos. Cauteloso por temperamento y escéptico como científico, guardó silencio durante tres años. Sólo después de haber recorrido muchos kilómetros de galerías y de haber encontrado valiosos objetos, solicitó, en la primavera de 1968, una audiencia al presidente Velasco Ibarra. Pero el presidente de un país en el cual casi todos sus antecesores habían sido derrocados antes de terminar su período, no tenía tiempo para recibir a este solitario con su fausta nueva. Los aduladores de palacio encontraron muy gentil al ansioso arqueólogo y, después de larga espera, le aseguraron que el presidente podría recibirlo dentro de algunos meses.
Moricz no consiguió audiencia hasta 1969. Amargado, se enclaustró en su laberinto subterráneo.
FIG. 1. En virtud de este documento notarial del 21 de julio de 1969, pasaron a propiedad de Juan Moricz los túneles recientemente descubiertos en el Ecuador. Moricz los colocó bajo control del Estado, allanando el camino para cualquier investigación.
F1G. 2. Erich von Däniken con el descubridor de los túneles, Juan Moricz, a la entrada del misterioso mundo subterráneo.
Conocí a Juan Moricz el 4 de marzo de 1972.
Durante dos días, su abogado, el doctor Mateo Peña, de Guayaquil, había tratado de localizarlo mediante telegramas y llamadas telefónicas. Me había instalado en su bufete, con suficiente lectura para entretenerme. Estaba algo nervioso, debo confesarlo, pues según todas las referencias, Moricz era un hombre difícilmente abordable. Al fin, un telegrama dio con él. Llamó por teléfono. ¡Y conocía mis libros! «¡Hablaré con usted!».