GUSTAV KLIMT
- ¿Nacimiento? Nacido el 14 de julio de 1862 en Baumgarten (Austria).
- ¿Muerte? Fallecido el 6 de febrero de 1918 en Viena (Austria).
- ¿Contexto? Jefe de filas del movimiento del modernismo y del simbolismo vienés.
- ¿Obras principales?
- Palas Atenea (1898).
- El Friso de Beethoven (1902).
- La Filosofía (1907).
- El beso (1907-1908).
- Dánae (1907-1908).
Gustav Klimt es uno de los miembros más importantes del modernismo que se desarrolla en Viena poco antes de 1900. Este movimiento, al que se denomina la Secesión vienesa en Austria, es el punto de inicio de una auténtica ola de cambio artístico en el país. Así, se considera que Klimt es un artista adelantado a su época.
Al principio de su carrera, se le conoce por sus decoraciones murales neoclásicas, pero rápidamente se aleja del estilo académico con el que alcanza su éxito para fundar junto a otros la Secesión vienesa. Sus obras incluyen pinturas sobre lienzo, frescos murales, dibujos y otros objetos de arte. Pero no solo se ciñe a esto, puesto que también es decorador, pintor de cartones para tapices y de cartones para mosaicos, ceramista y litógrafo. En sus obras, Gustav Klimt integra elementos sensuales y exóticos y toma como tema principal el cuerpo femenino, al que imprime un erotismo evidente. Su producción artística, innovadora y moderna, presenta toda una galería de personajes, de temas alegóricos, de desnudos, de retratos y de paisajes.
No obstante, el simbolismo sexual y la carga erótica de sus composiciones van más lejos de lo que la burguesía vienesa está dispuesta a aceptar, incluso si están presentadas en forma alegórica. Gustav Klimt, que se erige como el jefe de filas de la modernidad austriaca, choca a los conservadores, lo que genera fuertes polémicas, y recibe la admiración de una nueva generación de artistas de vanguardia. Su fama es tal que, actualmente, la mayoría de sus obras están consideradas piezas clave de la historia del arte.
BIOGRAFÍA
UN HIJO DE INMIGRANTE INSERTO EN EL ACADEMICISMO
Gustav Klimt nace el 14 de julio de 1862 en Baumgarten, en las afueras al lado de Viena. Es el segundo de los siete hijos de Ernst Klimt (1832-1892), originario de Bohemia (región de la actual República Checa), y de Anna Finster (1836-1915), originaria de Viena. Los tres hijos varones de la pareja, Gustav, Ernst y Georg, demuestran un talento artístico precoz con el que su padre, que es grabador de oro, está muy contento. Dado que las oportunidades laborales son escasas para los inmigrantes, Gustav Klimt vive en la pobreza durante toda su infancia.
Es un apasionado de la pintura, así que en 1876 se inscribe en la Escuela de Artes Decorativas del Museo Real e Imperial austriaco de Arte y de Industria en Viena para estudiar pintura arquitectónica. Al contrario que muchos jóvenes artistas, Klimt acepta los principios de su formación académica conservadora. En 1877, su hermano más pequeño, Ernst (1864-1892), que quiere ser grabador como su padre, también se inscribe en la Escuela de Artes Decorativas. Ambos hermanos y su nuevo compañero de clase, Franz Matsch (1861-1942), empiezan a trabajar juntos. En 1883, terminan su formación y participan en un taller común al que llaman «la Compañía de artistas». Gustav Klimt inicia su carrera profesional pintando frescos murales para grandes edificios públicos de la capital, lo que le permite vivir cómodamente.
Tras su condecoración con la Orden del Mérito a manos de Francisco José I en 1888 por su contribución artística en el Burgtheater de Viena, de estilo neoclásico, el artista viaja hasta Cracovia, Trieste, Venecia y Múnich. Cuando regresa, más prolífico que nunca, se convierte en miembro de la asociación de aristas de artes plásticas de Viena; también le proponen una cátedra de profesor en la Academia, aunque jamás será nombrado. Asimismo, conoce a su compañera y musa, Émilie Flöge (1874-1952), a la que encontramos en muchos de sus lienzos. Sin embargo, en 1892 se produce un giro drástico en la carrera de Gustav Klimt, cuando fallece su padre y, poco después, su hermano y socio, Ernst. Este último deja a cargo de su hermano mayor una esposa y una hija. Estas dos tragedias afectan a la visión artística de Gustav Klimt, que en seguida se dirige hacia un estilo más personal y menos académico.
LA SECESIÓN VIENESA
En 1897, Gustav Klimt abandona la asociación de artistas de artes plásticas de Viena y se convierte en uno de los miembros fundadores y en uno de los presidentes de la Wiener Secession y del periódico que está asociado a esta, el Ver Sacrum (1897-1903). El gobierno austriaco respalda los esfuerzos del grupo y le concede un terreno público para construir una sala de exposiciones. El edificio lo construye el arquitecto Josef Maria Olbrich y se convierte en el emblema de la Secesión vienesa. En cuanto al símbolo de la asociación, no es otra que Palas Atenea, la diosa griega de las causas justas, de la sabiduría y de las artes, de la que Gustav Klimt pinta una versión definitiva en 1898.
En 1900, el artista expone en la casa de la Secesión el boceto de la Filosofía, junto a cuadros de paisajes. Se trata de un encargo del Ministerio de Educación que data de 1894, en el que se le pide que efectúe las pinturas del techo del vestíbulo de la Universidad de Viena. La obra, que presenta muchas alegorías femeninas con un carácter erótico, escandaliza a Viena, donde se habla de ofensa a las buenas costumbres. Sin embargo, el pintor recibe por ella una medalla de oro en la Exposición Universal de París.
En 1902, Klimt finaliza el Friso de Beethoven para la 14.a exposición de los secesionistas en Viena. Tres años más tarde, el artista se retira de la Secesión, que abandona definitivamente junto con algunos amigos en 1908.
LA ÉPOCA DORADA DEL PINTOR
El último periodo de la vida del pintor está marcado por la reacción positiva de la crítica hacia su obra y el éxito popular de su trabajo. Entonces, Gustav Klimt acude a Londres y a Florencia, pero también a Bruselas, donde colabora con otros artistas en el suntuoso Palacio Stoclet, residencia de un rico industrial belga. En ese momento, este palacio es uno de los mayores monumentos de estilo modernista. Este lugar es particularmente representativo del concepto de arte total: la arquitectura no se puede separar de la decoración exterior e interior, del mobiliario e, incluso, de los objetos cotidianos y de los jardines. El comedor está completamente recubierto por mosaicos que se crean siguiendo unos bocetos de Gustav Klimt —El árbol de la vida, La espera, El cumplimiento (1905-1909) — y que efectúa Leopold Forstner (1878-1936) en mármol, vidrio y piedras semipreciosas.
Entre 1907 y 1909, el artista finaliza las pinturas de la Universidad de Viena (la Filosofía, la Medicina y la Jurisprudencia) y las expone en Viena y en Berlín. No obstante, la Universidad las rechaza por su carácter demasiado erótico. En esta época, Gustav Klimt también pinta sus cuadros más famosos, como El beso, realizado entre 1907 y 1908. En 1911, su cuadro Muerte y vida obtiene el primer premio en la Exposición Internacional de Arte en Roma. Más adelante, se organizan exposiciones en Múnich, en Budapest, en Mannheim o incluso en Dresde. Asimismo, se convierte en miembro honorario de la Academia de Artes Decorativas de Viena, mientras por otro lado el Ministerio de Educación le niega una cátedra por cuarta vez.
El 11 de enero de 1918, Gustav Klimt sufre un accidente cerebrovascular en su apartamento vienés. Muere el 6 de febrero dejando muchas obras inacabadas.
CARACTERÍSTICAS
CUATRO CENTROS DE INTERÉS CLAVE
Cuando se elabora un inventario de las obras acabadas de Gustav Klimt, es decir, cuadros y pinturas monumentales en su mayor parte, salen a la luz cuatro temáticas claras: retratos de mujeres, alegorías, su visión de la humanidad y paisajes. Solo unos pocos lienzos se alejan de estas fuentes de inspiración: el Retrato del pianista Joseph Pembauer (1890), el Retrato del conde de Traun (1896) o Schubert al piano (1899). La razón es sencilla: estas obras se ejecutan en un periodo en el que Klimt todavía depende de los encargos de particulares para vivir. En efecto, el retrato masculino desaparece de su repertorio desde principios del siglo XX. Algunos historiadores del arte consideran que, en realidad, las representaciones masculinas que existen en varios de sus lienzos son autorretratos, como ocurre con El beso, por ejemplo. Sin embargo, el artista jamás esconde su desinterés hacia sí mismo: