Aquí tenemos un libro que demuestra cómo la teoría y la práctica se interrelacionan mutuamente, que a su vez es fácil de leer para los principiantes y está presentado con una narrativa muy placentera. Trotsky da al mismo tiempo lecciones básicas de teoría revolucionaria, política y organización, junto con una educación básica en la historia de la más grande conquista jamás lograda por la clase obrera. Y cuando tantos, que se reclaman revolucionarios, desde hace mucho tiempo están enterrando ansiosamente la Revolución Rusa y todo lo que ésta significa, esta defensa hecha por un exponente excepcional permanece tan clara y convincente como en el día que fue escrita.
Leon Trotsky
Cómo hicimos la Revolución Rusa
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Titivillus 02.07.15
Leon Trotsky, 1918
Prólogo: Al Richardson
Editor digital: Titivillus
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Presentación
L eón Trotsky escribió este libro en 1918, poco después de la conquista del poder de la clase trabajadora rusa que creó el primer Estado obrero, y poco antes de vencer con el Ejército Rojo a los ejércitos conjuntos del viejo régimen, la burguesía y las potencias extranjeras en la guerra civil.
Los grandes obstáculos a los que se enfrentó la revolución, especialmente el desarrollo atrasado de Rusia y las enormes penurias de la población agudizadas por la Primera Guerra Mundial (1914-1918), hacían mucho más acuciante la extensión de la revolución hacia Europa, en particular a Alemania. El Tratado de Paz de Brest Litovsk con el que termina este libro —con el que el naciente Estado obrero se verá obligado a hacer importantes concesiones para lograr la paz—, era justamente reflejo de esta situación interna tan difícil y de la conciencia del Partido Bolchevique de la necesidad de darle tiempo al proletariado alemán para desarrollar su revolución. A este proletariado dirige Trotsky este trabajo, acercándole la grandiosa experiencia que las clases trabajadoras rusas estaban viviendo aún en ese mismo momento.
Más de sesenta años de dominio del stalinismo desvirtuaron y distorsionaron ampliamente las enseñanzas de la Revolución Rusa. La burocratización de la URSS, la falsa identificación del stalinismo con el socialismo, y finalmente la descomposición de los estados obreros, alimentaron el triunfalismo del imperialismo que decretó el «fin del comunismo» en los 90. A la par, numerosos intelectuales dieron por muerta a la clase obrera y reforzaron la idea de la desaparición de la revolución socialista como perspectiva de emancipación de los explotados y oprimidos del mundo.
En la actualidad, vemos como los imperialismos, en su decadencia, combinan democracias burguesas cada vez más degradadas con una ofensiva guerrerista y represiva, a la vez que agudizan al extremo las desigualdades sociales. Frente a esto, la clase trabajadora vive un lento, pero sostenido, proceso de recomposición.
En este camino, es imprescindible retomar la perspectiva de la revolución como horizonte para las nuevas generaciones de trabajadores y jóvenes.
El objetivo del CEIP León Trotsky con la reedición de este libro —agotado en nuestro país— es brindar un nuevo aporte a estas generaciones, para que sus luchas no «partan desde cero» adoptando y recreando las tradiciones dejadas por las anteriores revoluciones y los revolucionarios, tomando lo mejor de las lecciones tácticas y estratégicas. Difundir la idea de revolución socialista y de la necesidad de un partido revolucionario a través de uno de sus dirigentes más experimentados y uno de sus mejores propagandistas, creemos que es un buen homenaje para León Trotsky en el 65.º aniversario de su asesinato a manos de un agente de Stalin.
A la edición original, le hemos incorporado un artículo —a modo de prólogo— del recientemente fallecido historiador marxista e investigador del movimiento trotskista, Al Richardson, gran colaborador del CEIP «León Trotsky» donde reivindica la importancia de este libro: «El mismo incluye síntesis teóricas increíblemente concentradas de temas tales como la superioridad del poder soviético sobre la democracia burguesa, por qué la conciencia de la clase obrera se desarrolla tan rápidamente en situaciones de crisis, la necesidad de la insurrección armada para derrocar el viejo orden, y cómo un partido revolucionario gana a la mayoría para esta insurrección planteando a los líderes reformistas la consigna del poder para la clase obrera. Estos temas son los que le dan al libro un valor permanente».
Esta edición fue realizada en base a la publicada por Ediciones del Siglo, Bs. As., 1973. Incorporamos algunas correcciones, cotejado con distintas ediciones que aparecen bajo otros títulos: Cómo hicimos la Revolución de Octubre o El triunfo del bolchevismo. Hemos agregado una importante cantidad de notas, así como fotos y mapas para facilitar la lectura y permitir una apreciación más completa de ella.
Los editores
Un clásico olvidado
«La historia de la revolución rusa hasta Brest-Litovsk» de León Trotsky por Al Richardson
L a historia de la Revolución Rusa hasta Brest-Litovsk, de León Trotsky, fue publicada en el verano de 1918». Es difícil dar cuenta de la razón por la cual dicho trabajo ha sido olvidado desde entonces.
Una razón quizás sea que dicho trabajo pronto fue eclipsado en alcance y extensión por la obra clásica de Trotsky, Historia de la Revolución Rusa. Comparándolo con éste último sólo parecería «una breve idea general de la historia soviética». Sólo cuando analizamos las circunstancias en las cuales fue escrito queda claro cuál fue exactamente esa «necesidad» primordial, que Trotsky ya había discutido con Lenin antes de ir a la conferencia de Brest.
Lenin y Trotsky jamás creyeron en «el socialismo en un solo país». No tenían expectativas en que la revolución sobreviviera si no se extendía a otros países, y el libro termina con la esperanza de que «el cerco imperialista que nos está ahogando se rompa por la acción de una revolución proletaria». La verdad es siempre la primera víctima en una guerra, y en el momento de Brest-Litovsk la guerra mundial ya llevaba más de tres años. La simpatía por la revolución que sentía la clase obrera en el extranjero sólo podía ser aprovechada corriendo la cortina de la propaganda de los tiempos de guerra que rodeaban a la Unión Soviética, con una clara explicación de sus causas y objetivos. A menos que estos sean entendidos, no sería posible para otros imitar el ejemplo ruso.
En gran parte la oposición a la Primera Guerra Mundial de la clase obrera a nivel internacional tenía una base pacifista confusa, envuelta en vagos sentimientos democráticos. La primera necesidad de Trotsky era explicar a la clase obrera en el resto del mundo por qué había sido necesario para los bolcheviques recurrir a la revolución armada, y por lo tanto usar la fuerza para disolver la Asamblea Constituyente. Kautsky, casi Inmediatamente denunció la disolución de la Constituyente, y Kerensky estaba por aparecer ante la Conferencia del Partido Laborista en junio de 1918 para atacar el derrocamiento del Gobierno Provisional».
La segunda necesidad fue explicar por qué el gobierno ruso se había visto obligado a retirarse de la guerra y negociar sólo una paz en términos tan perjudiciales con la fuerza más reaccionaria en Europa, el gobierno imperial alemán. Había muchos revolucionarios, tanto en Rusia como en el exterior, que se oponían tenazmente a la firma de la paz de Brest