Annotation
Estos escritos habían sido concebidos en su origen como reseñas de todos aquellos libros que por norma general no tienen cabida en los diarios ni en los suplementos especializados, pero la autora pronto se apartó de su intención inicial para actuar con mucha mayor libertad y llegar a algo más propio e inclasificable.
Wislawa Szymborska
LECTURAS NO OBLIGATORIAS: PROSAS
FB2 Enhancer
Título original: Lektury nadobowiązkowe
© Wislawa Szymborska, 1992
© Prólogo y traducción: Manel Bellmunt Serrano
Revisión traducción del polaco: Karolina Todorowa
© Ediciones Alfabia, 2009
1ª edición, noviembre 2009
Diseño de colección: Paradigma FCM
ISBN: 978-84-937348-4-8
Depósito legal: SE-619-2012
LA PROSA DE SZYMBORSKA: ENTRE EL HUMANISMO Y LA IRONÍA
«El poeta, si es poeta de verdad, siempre tiene que repetirse no sé».
WISŁAWA SZYMBORSKA
Cuando la Academia sueca concedió el 3 de octubre de 1996 el Premio Nobel de Literatura a Wisława Szymborska (Kórnik, 1923), en nuestro país, solo unos pocos conocían su obra poética y se encontraban en disposición de enumerar los méritos que le habían hecho acreedora de tal galardón. Así que cuando la noticia se dio a conocer, la mayoría se encogió de hombros y trató de recabar información sobre esa autora polaca llamada Wisława Szymborska. Era, dicho sea de paso, una reacción del todo normal: en España solo se habían publicado por entonces algunos poemas de Szymborska en una antología de Fernando Presa Goncomo Alemania, Inglaterra o Francia la obra de Szymborska ya era conocida y la concesión de dicho galardón no comportó sorpresa alguna. Algo más de una década después, sus poemarios aparecen casi anualmente en las librerías de nuestro país y el aficionado a la poesía conoce su obra. Es posible, incluso, que haya memorizado alguno de sus poemas («Cuando pronuncio la palabra Futuro / la primera sílaba pertenece ya al pasado / Cuando pronuncio la palabra Silencio / lo destruyo...»). Para el resto, es decir, para todos aquellos que desdeñan el improductivo placer de leer poesía, el suyo no es más que otro impronunciable nombre que, de vez en cuando, aparece en los periódicos.
Quienes conocen la obra poética de Szymborska no escatiman adjetivos para elevarla al Olimpo de la lírica contemporánea; y lo cierto es que tienen motivos para hacerlo. La suya es una poesía sencilla en apariencia, que adopta un tono intimista, casi confesional, y que trata de tender un puente entre el autor y el lector, un nexo de unión en donde ambos puedan compartir sus vivencias, sus experiencias, sus referentes culturales y sus historias. No es una poesía destinada a las élites de la lírica (aunque su obra también está dotada de diferentes niveles), sino un punto de encuentro para gente corriente. Szymborska, gracias a la gran versatilidad de contenidos presentes en su obra, nos muestra la inexistencia de temas inherentemente poéticos. Todo es poesía y todo es poetizable, aunque algunos se lleven las manos a la cabeza. Y en el centro mano, «el más pasmoso y absurdo eslabón de la cadena biológica evolutiva». Pero no nos engañemos. La suya no es una visión pesimista de la existencia; justo lo contrario. Para Szymborska, el que estemos aquí y ahora constituye un hecho extraordinario, de una importancia capital, que debe ser subrayado y entendido. No hay pesimismo en su obra, y en su lugar se erige un humor refinado y cáustico. «Todos mis poemas nacen del amor», dirá la poetisa, pues toda creación poética «es en el fondo una forma de amor hacia el mundo». Y el fundamento y la aspiración última de esta poesía es, paradójicamente, la llegada al conocimiento máximo, es decir, el de quien sabe que no sabe. «El poeta, si es poeta de verdad, siempre tiene que repetirse no sé». Así lo expresó la propia Szymborska en la ceremonia de entrega del Premio Nobel.
Todos sus poemas anhelan llegar a una revelación, tratan de encontrar una respuesta. Pero cuando aparentemente la consigue, la duda se apodera de ella y toma conciencia entonces de que esa verdad, si realmente lo es, no durará más que un instante... algo fugaz que devendrá insuficiente. Pero el libro que quiero presentarles no es una antología de sus poemas, y con razón se preguntará el lector por qué hago referencia a su poesía. Las razones son múltiples, pero únicamente referiré dos: en primer lugar, los temas tratados en este volumen de prosas son, en su mayoría, los mismos a los que alude su poesía y, en segundo lugar, para comprender la dimensión moral y ética de la auarte. Y esa visión del arte coincide tanto en su obra poética como en su prosa, y podríamos definirla como un humanismo revestido de ironía.
Lecturas no obligatorias es una recopilación de textos aparecidos durante décadas primeramente en Zycie Literackie, un conocido semanario polaco de literatura y cultura, y, más tarde, en otras revistas como Pismo u Odra. A partir de 1993, estas breves piezas en prosa se publicaron en Gazeta Wyborcza, un importante periódico polaco nacido en 1989. Como la misma autora explica en un breve prefacio, sus columnas no son reseñas literarias, sino comentarios a obras que normalmente no acaparan la atención del crítico. Obras que pasan desapercibidas, pero que más tarde se convierten en éxitos de ventas. En ocasiones, Szymborska se olvida ex profeso de las obligaciones del articulista y divaga sobre temas que guardan poca o ninguna relación con el libro. Rara vez se centra exclusivamente en la obra en cuestión, sus características formales o su calidad literaria, pero siempre arroja una valoración crítica —a veces sutil; otras, despiadada— sobre el asunto en cuestión. Esas opiniones son las que nos brindan la oportunidad de conocerla mejor. Sin embargo, no caeremos en el error de identificarla plenamente con lo expuesto en los artículos: hay algo de ficción también en ellos. Además, esa ironía de la que magistralmente se sirve ya se encarga de desdibujar el perfil de la autora. En el fondo, sus artículos no son más que un pretexto para adentrarse en el camde escribir». El lector pronto se dará cuenta de la realidad que subyace bajo esa aseveración, y de que la autora polaca utiliza el lenguaje con maestría y precisión también en prosa. Hay artículos sobre biología, arqueología, historia, geología, botánica, psiquiatría, gastronomía... Pero en todos ellos se aprecia a trasluz el lado más humanista de Szymborska, un humanismo recubierto de ironía. Mordemos y saboreamos sus artículos, y cuanto más lo hacemos, más clara se nos antoja la irrealidad de lo aparente. Pues, para la autora, el ser humano es simultáneamente una criatura pensante y un primate, capaz de lo maravilloso y lo abominable. Y ambos lados se tornan translúcidos a través de un lenguaje sencillo, pero preciso, como firmaría el mismo Joseph Brodsky. El humanismo de Szymborska destaca por su marcado anti-antropocentrismo (he ahí parte de la ironía), dado que niega que seamos la culminación del mundo animal y que este nos pertenezca. ¿Por qué no nacemos sabiendo componer un soneto decente? ¿O las tablas de multiplicar? ¿O el idioma de nuestros padres? Pero no, nacemos igual de analfabetos que nuestros padres, igual de ineptos para la música, la literatura, la pintura... Del mismo modo, la autora ironiza sobre ese orden que hemos creído imponer sobre el mundo. No es más que una construcción humana, parece decir, un castillo de naipes. No tenemos ni idea de cómo se sienten los otros animales, parece decir Szymborska. Ni siquiera nosotros hemos sabido darle sentido a nuestra propia muerte, cómo
ser humano carece de ese mecanismo de freno que impide la muerte del oponente (ni siquiera hace falta poner ejemplos). En cambio, los otros animales sí han conservado esa virtud: «