En el año 64 a. C., Marco Tulio Cicerón inició la campaña electoral para el consulado romano. Su hermano pequeño, Quinto, se entretuvo en describirle de qué argucias debía servirse para poder ganarse el fervor de los votantes. Lo cierto es que, en julio de 64, obtuvo la unanimidad de las centurias y el cargo al que optaba, quién sabe si gracias a haber puesto en práctica los sabios consejos de su hermano. No deja de ser curioso que, veinte siglos más tarde, las recomendaciones del pequeño de los Cicerón sigan siendo sorprendentemente válidas. Giulio Andreotti observó con justeza que su autor, al escribir la carta que hoy presentamos, «no pudo imaginarse que su breve tratado pudiese ser leído a más de dos mil años de distancia y resultar extraordinariamente interesante, no sólo como documento histórico y literario, sino también por una especie de imprevisible actualidad en los hechos que describe».
Quinto Tulio Cicerón
Breviario de campaña electoral
(Commentariolum petitionis)
ePub r1.0
Daruma23.09.13
Título original: Commentariolum petitionis
Quinto Tulio Cicerón, 64 a. C.
Traducción y nota preliminar: Alejandra de Riquer
Diseño de portada: Daruma
Editor digital: Daruma
ePub base r1.0
QUINTO TULIO CICERÓN. Hermano menor del célebre orador, filósofo y político romano Marco Tulio Cicerón.
Nació en el año 102 a. C. en una familia del orden ecuestre, como el hijo de un rico terrateniente de Arpino, a unos 100 kilómetros al sureste de Roma. Su pudiente padre hizo que fuera educado junto a su hermano en Roma, Atenas y probablemente Rodas en 79-77 a. C. Se casó alrededor del año 70 a. C. con Pomponia (hermana de Ático, amigo de su hermano), una mujer dominante y de fuerte personalidad. Se divorció de ella a finales del año 45 a. C., después de un largo y poco armonioso matrimonio. Su hermano, Marco, intentó varias veces reconciliar a los esposos, pero sin éxito. La pareja tuvo un hijo nacido en el 66 a. C. que recibió el nombre de Quinto Tulio Cicerón, como su padre.
Quinto fue edil en 66 a. C. y pretor en el 62 a. C., propretor de la provincia de Asia durante tres años (del 61 al 59 a. C.) y legado de Julio César durante la Guerra de las Galias, entre el 54 a. C. y el 52 a. C. Acompañó a César en su segunda expedición a Britania en el año 54 a. C. y sobrevivió a un duro asedio de la tribu de los nervios durante la revuelta de Ambiórix. También combatió bajo las órdenes de su hermano en Cilicia, en el 51 a. C. En la posterior guerra civil apoyó a la facción de Pompeyo, obteniendo posteriormente el perdón de César.
Durante el período en que el Segundo Triunvirato derivó en un nuevo escenario de guerra civil, tanto Quinto como su hermano y su hijo fueron proscritos. Quinto huyó de Túsculo junto con su hermano, Marco, y regresó a su casa para coger algo de dinero que costeara los gastos del viaje. Su hijo le ayudó a ocultarse y no reveló el escondite de su padre aunque fue torturado. Sin embargo, al llegar estas noticias a oídos de Quinto, se entregó para intentar salvar a su hijo. Inútilmente, pues ambos, padre e hijo, y Marco, el famoso hermano de Quinto, fueron todos muertos en el año 43 a. C.
Como autor, escribió durante la Guerra de las Galias de César cuatro tragedias al estilo griego. Tres de ellas llevaban por título Tiroas, Erigones y Electra; todas se han perdido. También compuso varios poemas sobre la segunda expedición de César a Britania. No obstante, de él solo se han conservado tres epístolas a Tirón (liberto de su hermano Marco) y una cuarta a su hermano, así como la larga carta De petitione consulatus o Commentariolum Petitionis (Breve manual de campaña electoral), una valiosa guía del comportamiento político de la época.
Notas
NOTA PRELIMINAR
E l Commentariolum petitionis es un breviario de manifiesto contenido electoral y de adscripción también clara, si atendemos a aspectos formales, a la literatura epistolar. La carta está dirigida al célebre orador y jurista romano, Marco Tulio Cicerón, y la remite Quinto, su hermano menor, con el que Marco mantenía una asidua correspondencia y al que vemos convertido, en esta ocasión, en su agente electoral: esto se debe a que Marco Tulio Cicerón aspiraba al consulado, la magistratura más importante de la república romana.
Al principio, las atribuciones de los cónsules coincidían prácticamente con las que el rex había tenido, de manera vitalicia, durante el régimen político anterior: jefes del ejército, jueces supremos, responsables de la administración. Y aunque paulatinamente fueron delegando algunas de estas funciones a otras magistraturas, los cónsules seguían poseyendo la máxima autoridad civil y militar y ostentaban el cargo de mayor dignidad en la república, de lo que da prueba, por ejemplo, el hecho de que el consulado fuera una magistratura epónima, esto es, que los años se designaran con los nombres de los cónsules en ejercicio. El consulado se caracterizaba por la colegialidad y la anualidad, es decir, por una parte, eran dos los cónsules elegidos, que se turnaban mensualmente en la práctica de sus funciones, y, por otra, este mandato conjunto sólo tenía vigencia durante un año.
La elección de los cónsules se llevaba a cabo en el Campo de Marte durante la celebración de los comicios de las centurias, agrupaciones éstas formadas por ciudadanos en edad militar y que en Roma llegaron a ser 193. Llegado el día señalado para la votación, cada centuria elegía primero a uno de los candidatos y los nombres de aquellos que habían obtenido la mayoría eran sometidos después a una votación general en la que resultaban designados los dos cónsules. Cabe señalar que las centurias se dividían en cinco clases, según su riqueza, acaparando la primera clase, la de los que poseían mayor fortuna, 88 centurias de ese total de 193; de ello resultaba una proporción que hacía de estos comicios un instrumento electoral en manos de los más ricos, que, al poder controlar las elecciones de estos magistrados, controlaban, de hecho, la política del Estado.
En tiempos de Cicerón el voto era secreto y cada elector lo emitía escribiendo el nombre del candidato preferido en una tablilla. El nombre candidatus deriva de la toga blanca (toga candida) que vestían, a fin de ser fácilmente identificados cuando realizaban su campaña electoral, aquellos cuya candidatura, petitio, había sido aceptada. No deja de resultar curioso que los términos con los que el latín designaba el ajetreo de los candidatos para pedir votos, es decir, sus actividades en período de campaña, fueran ambitus y ambitio, vocablos que al final de la república ya adquirieron un significado peyorativo del que dan cuenta, en el último de los casos, las lenguas románicas.
En el año 64 antes de nuestra era, Marco Tulio Cicerón inició la campaña electoral para el consulado en la que tuvo seis competidores, de los cuales sólo dos eran adversarios dignos de tener en cuenta. Era el uno Gayo Antonio Híbrida, hijo del orador y cónsul Marco Antonio y tío del más famoso Marco Antonio, el triunviro. Sobre Gayo Antonio señala Plutarco en Las vidas paralelas