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Son dieciséis entrevistas las que realiza el experimentado periodista José Vicente Rangel a uno de los principales protagonistas de los últimos veinte años de la historia de Venezuela, el presidente Hugo Chávez Frías. La cárcel de Yare, los estudios de un canal televisivo, el palacio de Miraflores y hasta la Academia Militar, donde se graduó y obtuvo su principal formación el entrevistado, son las locaciones donde se realizaron tales entrevistas, además, en las coyunturas políticas más álgidas de estas dos décadas. Los tópicos son variados y hacen un recorrido por la ideología y los proyectos que Chávez, como simplemente lo llama el pueblo, ha presentado como una opción política diferente, la cual hizo ruptura con 40 años de continuismo adeco-copeyano. José Vicente Rangel, periodista, político de izquierda y abogado. Fue candidato presidencial en varias oportunidades. Canciller, ministro de Defensa y vicepresidente de la República durante el gobierno de Hugo Chávez Frías, desde 1999 hasta 2007. Creador y conductor del programa de televisión "José Vicente Hoy", donde se realizaron las entrevistas de esta publicación.
DE YARE A MIRAFLORES, EL MISMO SUBVERSIVO. ENTREVISTAS AL COMANDANTE HUGO CHÁVEZ FRÍAS.
Autor: Rangel, José Vicente
ISBN: 1531685734814314354742416467
Generado con: QualityEPUB v0.31
De Yare a Miraflores - El mismo subversivo
Entrevistas al comandante Hugo Chávez Frías - (1992-2012)
Son dieciséis entrevistas las que realiza el experimentado periodista José Vicente Rangel a uno de los principales protagonistas de los últimos veinte años de la historia de Venezuela, el presidente Hugo Chávez Frías. La cárcel de Yare, los estudios de un canal televisivo, el palacio de Miraflores y hasta la Academia Militar, donde se graduó y obtuvo su principal formación el entrevistado, son las locaciones donde se realizaron tales entrevistas, además, en las coyunturas políticas más álgidas de estas dos décadas.
Los tópicos son variados y hacen un recorrido por la ideología y los proyectos que Chávez, como simplemente lo llama el pueblo, ha presentado como una opción política diferente, la cual hizo ruptura con 40 años de continuismo adeco-copeyano.
José Vicente Rangel, periodista, político de izquierda y abogado. Fue candidato presidencial en varias oportunidades. Canciller, ministro de Defensa y vicepresidente de la República durante el gobierno de Hugo Chávez Frías, desde 1999 hasta 2007. Creador y conductor del programa de televisión "José Vicente Hoy", donde se realizaron las entrevistas de esta publicación.
ENTREVISTAS EN OLOR DE TEMPESTAD
Earle Herrera
Cuando uno anda por esos caminos de Dios, se consigue con mucha gente que quiere hablar con el presidente Hugo Chávez Frías. A lo mejor siempre fue así con respecto a todos los jefes de Estado, sólo que con el líder de la Revolución Bolivariana ven más factible y cercana esa posibilidad. Los aspirantes a una conversación presidencial, más allá de los millones de ciudadanos que quieren pedir o solicitar algo, son personas de todas las clases sociales y nivel de educación, desde el hombre o mujer beneficiario de la misión alfabetizadora hasta el académico con postgrado y libros publicados. Advierten que no van a pedir, sino a suministrarle alguna información de vital importancia o a plantearle soluciones para los problemas más urgentes del país. Conscientes de las múltiples ocupaciones del primer mandatario, garantizan que necesitan muy poco tiempo; algunos llegan hasta fijarle duración a la hipotética y anhelada entrevista: sólo diez minutos, cinco nada más, con tres me basta para decirle lo que le tengo que decir.
Hace mucho tiempo, una disciplina, profesión u oficio —el periodismo— apareció para satisfacer esa necesidad de comunicación de los ciudadanos con sus gobernantes, entre otros propósitos igualmente importantes. La entrevista fue el género periodístico ideal para alcanzar ese objetivo. Desde la época romántica del periodismo decimonónico, o muchísimo antes, desde la galaxia de Gutenberg hasta la aldea global de MeLuhan, con cada medio imponiendo sus exigencias, lenguaje y métodos, el entrevistador permitió a la mujer y al hombre de a pie, al ciudadano común, ver y oír de cerca a quienes detentan el poder; leerlos, mirarlos, preguntarles a través de su intermediario, el periodista; experimentar la sensación de participar en la conversación entre éste y quien lleva las riendas del gobierno. En este sentido, el buen entrevistador se convierte en corresponsal de todos en ese cercano y lejano reino del poder.
En Venezuela, América y el mundo, pocos presidentes y jefes de Estado han tenido una comunicación más directa, cercana y permanente con su pueblo como la que ha establecido el comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Su programa "Aló, Presidente", que se transmite todos los domingos por el Sistema Nacional de Medios Públicos, se convirtió en un verdadero fenómeno comunicacional, objeto de estudio de tesistas, investigadores y cursantes de pre y postgrado de universidades del país y el exterior. Sus cadenas de radio y televisión, aplaudidas por unos y criticadas por otros, forman parte de su "artillería del pensamiento" frente a la guerra mediática desatada en su contra desde que asumió el poder en 1999. Más recientemente, la creación de su cuenta en twitter, @chavezcandanga, provocó verdadero furor en las redes sociales, con millones de seguidores que desean interactuar directamente con el jefe del Estado.
Sin embargo, el viejo y noble género de la entrevista periodística no ha sido desplazado, mucho menos sepultado, por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Desde que se realizó el primer interrogatorio —si se quiere diálogo— con fines divulgativos, hace unos 3.500 años antes de Cristo, en la primera civilización de la que se tenga noticia —la sumeria— hasta el programa "José Vicente hoy" de este último domingo, pasando por las célebres y celebradas Entrevistas con la Historia de Oriana Falacci, el tiempo lo que ha hecho es enriquecer —como el buen vino con los años— a esta forma de comunicación que se inventó el periodismo para que los hombres y mujeres, como nuestros fabuladores antepasados, nos sigamos sentando en torno al fuego —hoy, la TV o la computadora— a escuchar historias y a recibir información de los tiempos idos y de los días por venir.
No importa qué aparatos, adminículos o gadgets inventen la tecnología, el comercio y la industria para comunicarnos más rápido y mejor (o incomunicarnos). La conversación es insustituible, el cara a cara, el persona a persona. Hay en ella algo encantatorio y algo mágico en el lenguaje —al principio fue el verbo— que nos lleva y motiva a leer, oír y ver entrevistas con el mismo impulso y la misma curiosidad con que nuestros antepasados escuchaban la historia oral, las fábulas de los cuenta cuentos o salían a los caminos para oír a los juglares que andaban de pueblo en pueblo cantando y contando las cosas mundanas y sagradas de los hombres y los dioses.
Dice el viejo y admirado maestro Humberto Cuenca que el periodismo es una ficción en el tiempo. Lo es en el sentido que nos permite plasmar el pasado, hacerlo presente y vivirlo, como si hubiéramos estado allí. Es lo que sentimos cuando leemos las antiguas crónicas de Indias y nos sumergimos en el espanto y el encanto que sacudió al conquistador en su primer contacto o choque con América. El periodismo entonces nos permite la ficción de vivir el pasado, pero también de conocerlo, hurgarlo y estudiarlo, luego, ya no es ficción, sino historia. La entrevista, la buena entrevista, nos permite ese viaje de la emoción y la razón. Conocer lo que ha dicho y dice un personaje y, al mismo tiempo, sentir que somos parte de su conversación con el periodista. Mañana, el lector, radioescucha o televidente, podrá vivir la ficción de participar en ese diálogo. Y podrá conocer los datos reales de lo que allí se dijo. Estará en un tiempo y un espacio en el que no estuvo. Vivirá lo que ya fue; conocerá lo que pasó. Magia del periodismo, recurso de la entrevista, arte del entrevistador.