Desde que escribe su encendida loa a la Catedral de Estrasburgo, Goethe inicia un acercamiento a la estética que mantendrá hasta su muerte. En esta obra demuestra cómo toma el arte por una actividad en la que el genio, lo peculiar y la originalidad han de predominar sobre el academicismo, lo genérico y lo reglado.
A la vuelta de su viaje a Italia la teoría del arte goethiana experimenta un giro radical. Una sociedad de amigos del arte, una revista y unos premios anuales de pintura intentan imponer una normativa clásica a todo aquel que pretenda dedicarse a la creación.
En su época tardía Goethe modera su clasicismo. Eso sí, lo hace ciñéndose estrictamente al fenómeno artístico, sin tener en cuenta los aspectos ideológicos, de tipo confesional o místico, que tanto atraía a los románticos.
Johann Wolfgang von Goethe
Escritos de arte
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Banshee 18.05.14
Título original: Escritos de arte
Johann Wolfgang von Goethe, 1772
Traducción: Miguel Salmerón
Editor digital: Banshee
Escaneado y OCR: Blok
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Notas
[1] El testamento intelectual de Goethe, la segunda parte de Fausto, propone que la acción nunca se detenga. La utopía de un “pueblo libre en una tierra libre” es la de una colectividad que, por estar siempre expuesta a peligros y a su potencial aniquilación, sostenga no sólo su prosperidad sino, incluso su supervivencia, en la acción.
[2] Cf. Dilthey, W.: “Aus der Zeit der Spinozastudien Goethes”, en Dilthey Gesammelte Werke, Leipzig, Teubner, 1923, tomo 2, p. 414.
[3] A Friedrich Schiller, 19 de diciembre de 1798.
[4] Cf. Gadamer, Hans Georg: “Goethe und die Philosophie”, en Kleine Schriften II, Tubinga, J. C. B. Mohr, 1967, p. 85.
[5] Goethe, J. W. v.: Werke. Hamburger Ausgabe (HA), Munich, Beck, 1988, tomo 13, p.45.
[6] Cf. Einem, H. v.: “Nachwort zu den Schriften zur Kunst” en HA, 12: 553.
[7] Goethe, J. W. v.: “Studie nach Spinoza”, en HA, 13: 8-9.
[8] Cf. Gauss, Julia: “Entsagung, Bildung, Freiheit”, en Goethe-Studien, Gotinga, Vandenhoeck & Ruprecht, 1961, pp. 11-24.
[9] Goethe, J. W. v.: “Anschauende Urteilskraft”, HA, 13: 30.
[10] Cf. Cohn, Jonas: “Das kantische Element in Goethes Weltanschaung”, en Kant-Studien 10, 1905, pp. 300-301.
[11] Kant, Inmannuel: Crítica del Juicio, Madrid, Espasa Calpe, 1977, pp. 213-214.
[12] Ibid., pp. 221-222.
[13] Cf, Cohn, J., op. cit., pp. 335 ss.
[14] Cf. Kuhn Dorothea, “Zu Goethes Theorie der Künste”, en Jahrbuch der Goethe-Gesellschaft, 1961, 23, pp. 31-48
[15] Ibid., p. 39.
[16] Ibid., p. 42.
[17] Einem, H. v., op.cit., p. 556.
[18] No fue De Lorena sino William Masón el que rebautizó lo que no eran más que dos paisajes como el amanecer y el atardecer alegóricos del Imperio Romano.
[19] Ernst Osterkamp: “Bildende Künste”, en Goethe Handbuch, Stuttgart-Weimar, Metzler, 1998, tomo 4, p. 120.
[20]HA, 12: 63.
[21]HA, 12: 94.
[22]HA, 12: 104.
[23] Osterkamp, Ernst: Im Buchstabenbilde. Studien zum Verfahren Goethescher Bildbeschreibungen, Stuttgart, J. B. Metzlersche Buchhandlung, 1991.
[24]HA, 12: 142-164.
[25]Divis manibus: inscripción funeraria latina.
[26] En los bosques de Sessenheim cercanos a Estrasburgo, Goethe dejó clavada una tabla en la que figuraban su nombre y los de sus amigos.
[27]Hechos de los apóstoles, 10. Goethe se sirve de este ejemplo de las Escrituras para afirmar el culto sensualista a la naturaleza propio de su juventud y el rechazo de las prescripciones. San Pedro recibe del Cielo un mantel en el que viajan animales, puros: cuadrúpedos, e impuros: reptiles. Igualmente recibe un mensaje, “mata y come”. El apóstol se resiste a comer de los animales prohibidos pero accede una vez que se le vuelve a instar a ello. Este prodigio es signo de que deberá, transgrediendo la Ley Judía, entrar en casa de un ciudadano romano, Cornelio, y propiciar su conversión.
[28] Goethe alude al abate M. A. Laugier, Essai sur l’architecture, donde los ornamentos góticos son descritos como “puérilement entasés”, p. 3.
[29] Este ejemplo es también de Laugier (Nouvelles Observations sur l’Architecture, 1765, pp. 74-76).
[30] Cf. Lagier, Essai, p. 9. La fuente es Vitruvio, Diez libros sobre arquitectura, II, 3-5.
[31] Es decir, París.
[32] Cf. Laugier, Essai, 2.a parte, p. 288.
[33] Cf. J. G. Sulzen Allgemeine Theorie der schönen Künste, 1771,1, p. 489.
[34] Cf. Sulzer, p. 609.
[35] Es decir, el templo de la Madeleine de Paris (comenzado en 1764).
[36] Salmo 139, 9.
[37] Salmo 17, 12.
[38] La citada recensión aparece en la revista Frankfurter Gehlehrten Anzeigen, el 18 de diciembre de 1772 en su sexto número. Esta revista fue convertida en órgano de comunicación por un grupo de intelectuales cercanos al Sturm und Drang, entre los que destacaban Goethe y Herder. Como reconoce el propio autor mucho más tarde, el tono vivaz y encendido de estos trabajos hace que les convenga más el nombre de desahogos de la propia alma que el de recensiones propiamente dichas.
[39] Referencia irónica a las similitudes innegables entre la obra autógrafa de la que Sulzer extrajo este artículo, Allgemeine Theorie der schonen Künste(1771-1774), y el clásico de Batteux Les beaux arts réduits à un même principe (1746).
[40] Ese “nosotros” alude a la línea editorial de la revista, pues, números antes, Merck había escrito una recensión de la propia Allgemeine Théorie de Sulzer señalando lo impropio que le parecía que una obra sobre teoría de las artes no tuviera en cuenta los avances que suponían Lessing y Herder. Johann Heinrich Merck (1741-1796) era el jefe de redacción de la publicación y llegó a ser consejero de guerra en el microestado de Darmstadt.
[41] Referencia al trivium: gramática, retórica, dialéctica; y al quadrivium: aritmética, geometría, música y astronomía.
[42] En el párrafo que aquí se inicia se produce una acerba crítica del clasicismo académico de Sulzer y se le contrapone a éste un arte que es creación y sonido primigenio en una naturaleza amenazadora y destructiva más que imitación y embellecimiento de una naturaleza idílica. Esta concepción será posteriormente desechada por Goethe por conducir al “dilettantismo”.
[43] El terremoto de Lisboa de 1755 le produjo una fuerte conmoción a Goethe tal y como queda recogido en Poesía y verdad y, en general, a una época acostumbrada a la teodicea y a la seguridad de vivir en el mejor de los mundos posibles.
[44] Personaje del Cándido de Voltaire que, a pesar de disfrutar de los placeres más refinados, nunca se quedaba satisfecho.
[45] La historia pragmática era en el siglo XVIII una historia útil para ser manejada por el estadista. Convertir en novela y “apragmatizar” es lo que, según Herder, hace Rousseau al postular el “hombre de la naturaleza”; a esta calificación alude aquí Goethe.
[46] “Formam quidem ipsam, Maree fili, et tamquam faciem honesti vide.” M. T. Cicerón,