Annotation
Te encuentras frente al primer libro de viajes de la literatura castellana. Escrito en 1406 por Ruy González de Clavijo, describe el viaje (1403-1406) que por encargo del Rey Enrique III de Castilla realizó el autor a la mítica Samarcanda de Tamerlán, en la actual Uzbekistán.
Es una de las joyas de la literatura medieval castellana, en el que destacan especialmente la minuciosidad de las noticias y sus descripciones. Es en muchos aspectos esta obra comparable al célebre Libro de las Maravillas, que el italiano Marco Polo escribió casi un siglo antes.
La presente edición es la traducción al castellano moderno de Ramón Alba.
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Ruy González de Clavijo
Embajada a Tamorlán
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Título Original: Historia del Gran Tamorlán e itinerario y narración del viaje, y relación de la embajada que Ruy Gonzalez de Clavijo le hizo por mandado del muy poderoso Señor Rey Don Enrique el tercero de Castilla.
Ruy González de Clavijo, 1406
Traducción:Ramón Alba
La traducción es al castellano moderno
Nota a la presente edicion
A edición de
Embajada a Tamorlán que se encuentra en sus manos se corresponde con la traducción al castellano moderno de D. Ramón Alba (1984).
Al basarse en un manuscrito del siglo XV, y al no estar dicha narración original organizada por capítulos, a la hora de convertirla a formato electrónico nos hemos permitido la ligereza de dividirla en diez secciones, tal y como D. Francisco López Estrada la dividía en su estudio Ruy González de Clavijo. La embajada a Tamorlán. Relato del viaje hasta Samarcanda y regreso (1403-1406) [Arbor CLXXX, 711-712 (Marzo-Abril 2005), 515-535 pp.], que permitirá al lector moverse por la presente edición con más soltura.
La embajada a Tamorlan.
Ruy Gonzalez de Clavijo.
I. De Sanlucar a Rodas
V IDA y hazañas del gran Tamorlan con la descripción de las tierras de su imperio y señorío, escrita por Ruy González de Clavijo, camarero del muy alto y poderoso señor Don Enrique Tercero de este nombre, rey de Castilla y de León, con un itinerario de lo sucedido en la embajada que por dicho señor rey hizo al dicho príncipe, llamado por otro nombre Tamurbec, año del nacimiento de mil y cuatrocientos y tres.
l gran Señor Tamurbec, habiendo muerto al Emperador de Samarcanda y tomádose el Imperio, donde comenzó su señoría, según adelante oiréis, y habiendo después conquistado toda la tierra de Mogalia, que se contiene con este dicho Imperio y con tierra de la India menor: otrosí habiendo conquistado toda tierra e Imperio de Orazania, que es un gran señorío, y habiendo conquistado y metido so su señorío tierra de Tagiguinia, con tierra y señorío de una tierra, que es llamada Rey: y habiendo otrosí conquistado y puesto so su señorío toda la Persia y Media con el Imperio de Tauris y de Soltania: y otrosí habiendo conquistado tierra y señorío de Guilan con tierra de Darbante, y conquistado otrosí tierra de Armenia la menor y tierra de Arsinga y de Aseron y de Aunique, y puesto so su señorío el Imperio de Merdi y tierra de Curchistán, que se contiene en la dicha Armenia: otrosí habiendo vencido en batalla al Señor de la India menor, y tomádole gran partida de sus tierras: y habiendo otrosí destruido la ciudad de Damasco, y tomadas y puestas so su señorío las ciudades de Alepe y Babilonia y Baldas, y habiendo destruido otras muchas tierras y señoríos, y vencido otras muchas batallas, y hechas muchas conquistas, vino sobre el Turco Ildrin Bayacit (que era uno de los grandes y potentes Señores que en el mundo se sabía) a la su tierra de Turquía, y diole batalla cerca de un castillo que es llamado Anguri, y venciólo y tomóle preso a él y a un su hijo, en la cual batalla se acaecieron Payo de Sotomayor, y Hernán Sánchez de Palazuelos, Embajadores que el alto y poderoso señor Don Enrique, por la gracia de Dios Rey de Castilla y de León, que Dios mantenga, enviara, por saber la pujanza que en el mundo había el dicho Tamurbec y Turco Ildrin, porque viesen las sus magnificencias y poderío de gentes que tenían ayuntadas el uno contra el otro, y se acaesciesen en la batalla que en uno querían haber, de los cuales dichos Payo y Hernán Sánchez tuvo noticia el gran Señor Tamurbec, y por amor del dicho alto señor Rey de Castilla hízoles mucha honra, túvolos consigo, e hízoles grandes convites, y dioles ciertas dádivas, y habida noticia del alto y famoso Rey de Castilla y de la su gran señoría y franqueza que sobre los Reyes Cristianos había, y por haber su amorío, de que la batalla fue vencida, ordenó de le enviar un Embajador y sus letras, y cierto presente por poner su amorío. Con el cual Embajador fue un Caballero Checatay, que había nombre Mahomat Alcagi, con el cual envió sus dones y presente y sus letras bien solemnes. El cual Embajador vino al dicho señor Rey de Castilla, y diole sus letras que el dicho señor Tamurbec le enviaba, y su presente y joyas y mujeres que le envió según su costumbre. Y el alto señor Rey, recibidas las dichas letras y presente, y oídas las buenas razones que el dicho Tamurbec le enviaba a decir por las sus letras y Embajador, y amorío que le mostraba, ordenó él otrosí cierto presente y Embajadores al dicho Tamurbec, por acrecentar en el amorío que le mostraba, y ordenó de enviar por sus Embajadores en la dicha embajada a Fray Alfonso Páez de Santa María, Maestro en Teología, y a Ruy González de Clavijo, y a Gómez de Salazar su guarda, con los cuales le envió sus letras y presente: y porque la dicha embajada es muy ardua, y a lueñes tierras, es necesario y cumplidero de poner en escrito todos los lugares y tierras por do los dichos Embajadores fueron, y cosas que les acaescieron, porque no caigan en olvido, y mejor y más cumplidamente se pueden contar y saber.
Y por ende en el nombre de Dios, en cuyo poder son todas las cosas, y a honor de la Virgen Santa María su madre, comencé a escribir desde el día que los Embajadores llegaron al puerto de Santa María cerca de Cádiz, para entrar en una carraca en que habían de ir, y con ellos el dicho Embajador que el dicho Tamurbec envió al dicho señor Rey.
Lunes, que fueron veinte y un días del mes de Mayo del año del Señor de mil y cuatrocientos y tres años llegaron los dichos Embajadores al puerto de Santa María, y este día hicieron llevar alguna vitualla que allí tenían a la carraca en que habían de ir, demás de otra que habían hecho llevar de Sevilla y de Jerez, y algunos de sus hombres con ella.
Luego otro día martes siguiente, que fueron veinte y dos del dicho mes, partieron de aquí en una barca, y con ellos Micer Julián Centurio, patrón de la carraca en que habían de ir, y llegaron al puerto de las Muelas, que es en par de Cádiz, donde la dicha carraca estaba. Y miércoles siguiente partió de aquí la dicha carraca, y hacía buen tiempo, y en anocheciendo llegaron en par del cabo que se llama Despartel.
Otro día jueves siguiente llegaron en par de Tanjar, y en par de la sierra de Bárbaros, y en par de Tarifa y de Ximena, y de Ceuta y de Algeciras, y de Gibraltar y de Marbella a tan cerca, que les podían bien ver estos dichos lugares estando bajo de la sierra del estrecho, y fueron este día a par de la sierra de la Fi.