Pekka Himanen. (Helsinki, 19 de noviembre de 1973), es un filósofo finlandés, doctor por la Universidad de Helsinki. Ha trabajado como investigador en Finlandia e Inglaterra y en las Universidades norteamericanas de Stanford y Berkeley. Ha actuado como asesor en temas sobre la sociedad de la información en los distintos gobiernos finlandeses, y en compañías como Nokia.
En su obra más difundida, La ética del hacker y el espíritu de la era de la información, desarrolla «in extenso» los fundamentos y consecuencias de la ética hacker. También es autor de El Estado del bienestar y la sociedad de la información: El modelo finlandés (2002), obra que comparte en autoría con Manuel Castells.
La ética del hacker y el espíritu de la era de la información
Autor: Pekka Himanen
Fecha de edición: 2002
Prólogo, Linus Torvalds
Epílogo, Manuel Castells
Traducción: Ferran Meler Ortí
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Epub: Libros vagabundos, 2013
Notas
Prefacio
The Jargon File, en la entrada «hacker» este archivo, mantenido al día por Eric Raymond en www.tuxedo.org/~esr/jargon, ha ido publicado con el título The New hacker's Dictionary (3a edición, 1996). Existe en Internet una versión castellana, so.dis.ulpgc.es/-a2092/jargon/jargon.html.
The Jargon File, en la entrada «hacker ethic» (ética hacker).
En Hackers: Heroes of the Compufer Revolutiton (1984) describe Levy el espíritu de los hackers del MIT afirmando que creían en que «toda la información debía ser de libre acceso» y que «el acceso a los ordenadores… debía ser ilimitado y total» (pág. 40).
The Jargon File da esta definición de cracker: «aquel que rompe la seguridad de un sistema. Acuñado hacia 1985 por los hackers a fin de defenderse de la tergiversación periodística del término hacker». Vale la pena señalar que, en su libro de 1984 sobre los hackers, Levy no veía aún la necesidad de precisar la diferencia entre hackers y crackers. Tal diferencia está relacionada con el hecho de que la historia de los virus informáticos o los programas informáticos que se autopropagan empezó en realidad en la segunda mitad de la década de 1980. El concepto de «virus informático» se extendió a partir del análisis de Fred Cohen en 1984, y los primeros virus en el mundo real de los ordenadores personales se propagaron por medio de disquetes en 1986 (véase Solomon, A Brief History of PC Viruses [1990] y Wells, Virus Timeline [1996]). El primer ejemplo destacado de penetración en los sistemas informáticos tuvo lugar a fines de la segunda mitad de la década de 1980. Uno de los más famosos grupos de crackers, «Legion of Doom», se fundó en 1984, y el manifiesto cracker de un miembro posterior del grupo, «El Mentor», fue publicado en 1986 (The Conscience of a Hacker, en el cual destaca cómo los «crackers» empezaron a llamarse a sí mismos «hackers»; para una historia del grupo, véase, The History of the Legion of Doom [1990]).
The Jargon File, en la entrada «hacker».
Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus, en Archiv für Sozialwisseschaft und Sozialpolitik, vols. 20-21 (1904-1905), que fue revisado y reeditado en la serie Gesammelte Aufsätze zur Religionssoziologie (1920).
Capítulo 1: La ética hacker del trabajo
Hafner y Lyon, Where Wizards Stay Up Late: The Origins of the lnternet (1998), pág. 139.
Wolfson y Leyba, Humble Hero.
Flannery y Flannery, In Code: A Mathematical Journey (2000), pág. 182.
Mensaje a comp.os.minix, 19 de diciembre de 1991.
Berners-Lee, Weaving the Web, págs. 9-13.
Connick, «… And Then There Was Apple» (1986), pág. 24.
Flannery, In Code, pág. 182.
Raymond, The Art of Unix Progamming (2000), capítulo 1.
Carta 7.341 c-d. Esta pasión académica es un tema persistente en todos los escritos socráticos de Platón. En el Banquete, Platón y Alcibíades hablan del «delirio báquico de la filosofía» que le fue transmitido por Sócrates (218b). En el Fedro, esta noción se amplía al enunciado según el cual el vulgo considera a los filósofos seres que deliran, aunque su delirio es divino (o una pasión superior). Platón también hace hincapié en el significado literal de la palabra «filosofía» («una pasión o amor por la sabiduría») en los diálogos en que habla del papel por ella desempeñado: La República, El Banquete, Fedro, Teeteto y Gorgias.
Levy, Hackers, pág. 434.
Raymond, How to Become a Hacker (1999), pág. 232.
Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus, en Archiv für Sozialwissenchaft und Sozialpolitik, vols. 20-21 (1904-1905), que fue revisado y reeditado en la serie Gesammelte Aufsätze zur Religionssoziologie (1920).
Weber, The Protestant Ethic and fhe Spirit of Capitalism, págs. 54, 61-62.
Baxter, Christian Directory, citado en Weber, Protestant Ethic, pág. 157, nota 9 y pág. 158, nota 15.
Ibid., pág. 177, nota 101.
Ibid., pág. 158, nota 18.
La regla de San Benito, 48. «Ya hemos dispuesto el orden de la salmodia en los Nocturnos y en Laudes; veamos ahora en las “Horas siguientes”. En la Hora de Prima, díganse tres salmos separadamente, y no bajo un solo “Gloria”; el himno de esta Hora se dirá después del verso: “Oh Dios, ven en mi ayuda”, antes de empezar los salmos. Cuando se terminen los tres salmos, recítese una lectura, el verso, el “Kyrie eleison” y la conclusión. A Tercia, Sexta y Nona celébrese la oración con eI mismo orden, esto es: el himno de “esas Horas”, tres salmos, la lectura y el verso, el “Kyrie eleison” y la conclusión. Si la comunidad fuere numerosa, los salmos se cantarán con antífonas, pero si es reducida, seguidos. El oficio de Vísperas constará, en cambio, de cuatro salmos con antífona; después de éstos ha de recitarse la lectura, luego el responsorio, el himno, el verso, el cántico del Evangelio, la letanía, y termínese con la Oración del Señor. Completas comprenderá la recitación de tres salmos que se han de decir seguidas, sin antífona; después de ellos, el himno de “esta Hora”, una lectura, el verso, el “Kyrie eleison”, y termínese con una bendición».
Casiano, Instituciones cenobíticas (The Twelve Books on the Institutes of fhe Coenobia), 4.26.
El célebre eremita Antonio, considerado el fundador del cristianismo monacal en el siglo IV, fue en su trabajo todo un ejemplo para el posterior movimiento monástico. Anastasio le describe en su Vita Antonii (Vida de Antonio): «Trabajaba, sin embargo, con sus manos, pues había oído: “quien esté ocioso que no coma” [2 Tesalonicenes, 3:10], y dedicaba parte a su manutención y parte, a los necesitados» (3). Véase asimismo Apophthegmata Patrum:
Cuando el santo abad Antonio vivió en el desierto, estuvo acosado por la acedia [la agitación del alma] y fue atacado por muchos pensamientos pecaminosos. Y clamó a Dios: «Señor, quiero salvarme, pero estos pensamientos no me dejan ni a sol ni a sombra, ¿qué debo hacer con mis aflicciones? ¿Cómo puedo salvarme?». Un instante después, cuando se levantó para salir, Antonio vio a un hombre como él sentado trabajando, que luego se levantó para orar y después se volvió a sentar para ponerse a trenzar una cuerda, y a continuación volvió a levantarse para orar. Era un ángel enviado del Señor para corregirle y tranquilizarle. Escuchó cómo el ángel le decía: «Haz esto y serás salvado». Oídas estas palabras, Antonio se sintió lleno de gozo y valor. Hizo aquello y fue salvado. (Antonio I, trad. en Ward (ed.)