ANSELM JAPPE (Alemania, 1962). Teórico del valor y especialista en Guy Debord, Anselm Jappe es autor de: Guy Debord (Anagrama, 1998); Les Aventures de la marchandise. Pour une nouvelle critique de la valeur (Denoël, 2003) y Les Habits neufs de l’empire, con R. Kurz (Lignes, 2004). En Pepitas de calabaza publicó en 2009, junto a Robert Kurz y Claus-Peter Ortlieb, El absurdo mercado de los hombres sin cualidades. Ensayos sobre el fetichismo de la mercancía, en 2011 Crédito a muerte. La descomposición del capitalismo y sus críticos y en 2014 El fetichismo de la mercancía, en el que introduce y actualiza las teorías de Marx al respecto.
Título original: Crédit à mort: la décomposition du capitalisme et ses critiques
Anselm Jappe, 2011
Traducción: Diego Luis Sanromán
Editor digital: Primo
ePub base r1.2
Notas
[1] Nuestros análisis deben mucho a los trabajos de Robert Kurz. Sus obras todavía esperan a ser editadas en español: El colapso de la modernización, 1991; El libro negro del capitalismo, 1999; La guerra por el orden mundial, 2003; El capital mundial, 2006.
[2] «Il ne faut désespérer Billancourt»: palabras pronunciadas por Jean-Paul Sartre en 1956 tras un viaje a la URSS. Billancourt» era entonces uno de los principales centros de activismo obrero de la región de Isla de Francia (N. del T.).
[3] Cf. R. Riesel y J. Semprun, Catastrophisme, administration du desastre et soumission durable, Éditions de l’Encyclopédie des nuisances, París, 2008. [Publicado en castellano por Pepitas de calabaza: Catastrofismo, administración del desastre y sumisión sostenible, Logroño, 2011. Traducción de Emilio Ayllón Rull].
[4] W. Benjamin, «Notes préparatoires pour les théses sur le concept d’histoire», Oeuvres, vol. III, Paris, Gallimard, 2000, pág. 442. [La traducción al castellano está incluida en Walter Benjamin, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, Méjico, UACM-ITACA, 2008. Introducción y traducción de Bolívar Echevarría (N. del T.)].
[5] M. Postone, Temps, travail et domination sociale. Une reinterpretation de la théorie critique de Marx, Paris, Mille et une nuits, 2009. [Traducción española: Moishe Postone, Tiempo, trabajo y dominación social. Una reinterpretación de la teoría crítica de Marx, Marcial Pons, colección Politopías, Madrid, 2006. Traducción de María Serrano Jiménez].
[6] J.-M. Vincent, Critique du travail. Le faire et l’agir, Paris, Presses universitaires de France, 1987.
[7] En un plano menos teórico, la «contracultura» de los años 60 y 70 venía a significar lo mismo: rechazar el modo de vida propuesto por la sociedad capitalista antes que lamentarse por las dificultades para integrarse en ella.
[8] No hablamos aquí de las teorías posestructuralistas y posmodernas, que sencillamente han evacuado la cuestión de la dialéctica entre sujeto y objeto y negado hasta la posibilidad de reconducir la multiplicidad de los fenómenos sociales a la acción de ciertos principios que se mantienen detrás, tales como el valor mercantil y su fetichismo.
[9] Esto explica el excesivo peso que las corrientes «radicales», de los trotskistas a los situacionistas, han atribuido siempre a la «traición de los dirigentes». Suponen invariablemente que «los proletarios» o «el pueblo» son revolucionarios en su esencia, «en sí», y que siempre seguirían las opciones radicales si las maniobras de los dirigentes y de los burócratas no consiguieran siempre —desgraciada e inexplicablemente— apartarlos de ellas.
[10] Y como llegó, por algún cauce misterioso, a repetirlo Nicolás Sarkozy durante la campaña electoral.
[11] Ver: Serge Tchakhotine, Le Viol des foules par la propagande politique, Gallimard, Paris 1939.
[12] C. Lasch, La Culture du narcissisme (1979), Castelnau-le-Lez, Climats, 2000. [Traducción española: Christopher Lasch. La cultura del narcisismo. Editorial Andrés Bello, Barcelona, 1999.
[13] I. Illich, Némésis médicale. L’Expropiation de la santé, París, Le Seuil, 1975. [Traducción española: Iván Illich, Némésis médica, Editorial Joaquín Mortiz, México D. F., 1976. Versión de Juan Tovar. También Barrai, Barcelona, 1975. Traducción de Carlos Godard Buen Abad].
[14] Por supuesto, las manifestaciones mundiales contra la guerra en Irak y, sobre todo, las inquietudes de corte ecologista tienen un alcance que se supone universal. Pero el pacifismo solo se manifiesta esporádicamente y sobre una base muy emotiva, mientras que la resistencia contra los «efectos nocivos» solo rara vez constituye un «movimiento», y es más bien un asunto de expertos y de conferencias gubernamentales, salvo que se trate de luchas, auténticas aunque particularistas, contra un fenómeno nocivo en «el jardín de casa», lo que generalmente evita cuestionar el tipo de vida —la sociedad industrial y las comodidades que ofrece— que ha producido el fenómeno en cuestión (incineradora de basuras, central nuclear, AVE, etc.).
[15] En tanto los llamados comunistas «ortodoxos» (leninistas) ligaban la consolidación de este impulso emancipador en las masas a una agravación dramática —considerada inevitable— de las condiciones de vida causada por la economía capitalista, las llamadas corrientes «radicales» (izquierdistas) eran más «voluntaristas» y «subjetivistas», y apostaban sobre todo por un rechazo de la vida capitalista, susceptible de ser movilizado en cualquier momento, independientemente de la coyuntura económica y debido sobre todo a la radicalidad existencial de los militantes.
[16] Como bien lo describió el historiador no-marxista Karl Polanyi al analizar los comienzos de la Revolución industrial en Inglaterra en su libro clásico La Grande transformation [1944], tr. fr., París, Gallimard, 1983. [Traducción española: Karl Polanyi, La gran transformación. Crítica del liberalismo económico, Madrid, Ediciones de la Piqueta, 1989. Versión de Julia Varela y Femando Álvarez-Uría].
[17] Ver a este respecto D.-R. Dufour, L’Art de réduire les têtes. Sur la nouvelle servitude de l’homme libéré à l’ère du capitalisme global, Paris, Denoël, 2003: J.-Cl. Michéa, L’Enseignement de l’ignorance, Castelnau-le-Lez, Climats, 2001; N. Oblin y P. Vassort, La Crise de l’Université française. Traité contre une politique de l’anéantissement, Paris, L’Harmattan, 2005. [Hay traducción al castellano de las dos primeras obras: Dany-Robert Dufour, El arte de reducir cabezas, Barcelona, Paidós, 2007. Jean-Claude Michéa, La escuela de la ignorancia, Madrid, Acuarela Libros, 2002].
[18] «Una cosa que me asombra prodigiosamente —me atrevería a decir que estoy estupefacto— es que en el momento científico en que estoy escribiendo, tras las innumerables experiencias y los escándalos periodísticos, pueda todavía existir en nuestra querida Francia (…) un votante, un solo votante, ese animal irracional, inorgánico, alucinante, que consiente abandonar sus negocios, sus ilusiones o sus placeres, para votar a favor de alguien o de algo. Si se piensa un solo momento, ¿no está ese sorprendente fenómeno hecho para despistar a los filósofos más sutiles y confundir la razón? ¿Dónde está ese Balzac que nos ofrezca la psicología del votante moderno? ¿Y el Charcot que nos explique la anatomía y mentalidades de ese demente incurable? (…) Ha votado ayer y votará mañana y siempre. Los corderos van al matadero. No se dicen nada ni esperan nada. Pero al menos no votan por el matarife que los sacrificará ni por el burgués que se los comerá. Más bestia que las bestias, más borreguil que los borregos el votante designa a su matarife y elige a su burgués. Ha hecho revoluciones para conquistar ese derecho. (…) Así que, vuelve a tu casa, buen hombre, y ponte en huelga contra el sufragio universal». (Publicado en