Crónica
Japonesa
SOBRE EL AUTOR
Nicolas Bouvier (Grand-Lancy Ginebra, Suiza 1929-1998)
Escritor, fotógrafo, poeta y viajero suizo cuyos relatos son hoy apreciados como una obra de culto. De familia erudita, su abuelo fue rector de la Universidad de Ginebra y su padre, un brillante germanista, director de la Biblioteca de la ciudad y amigo de figuras como Herman Hesse, Robert Musil o Marguerite Yourcenar que frecuentaron el hogar familiar. Bouvier estudió en la Universidad de Ginebra y con uno de sus profesores, Jean Starobinski, mantendrá una particular amistad toda la vida. Así como entre sus íntimos también se encuentran los escritores Michel Butor o Ella Maillart. Su obra entrelaza una vida dedicada a la poética del desplazamiento que comienza muy joven por el norte de Europa y África, y también España.
Pero la gran experiencia que marcó esta pasión fue el viaje memorable de tres años que le llevó en etapas sucesivas desde Yugoslavia a India, Sri Lanka y Japón entre 1953 y 1956 cuando contaba veintisiete años. La primera parte del viaje la realiza en un Fiat Topolino con su gran amigo el dibujante y pintor Thierry Vernet. De este viaje nace su importante trilogía: Los caminos del mundo (Península, 2001), El pez escorpión (Altaïr, 2010) y Crónica japonesa (La línea del Horizonte, 2016) que se traduce al castellano por primera vez. A esos tres grandes relatos le siguieron con los años una veintena de textos, poemarios, ensayos y diarios. En 2009 el realizador Gael Metroz filmó un documental, Nomad’s Land, sobre la larga ruta que emprendió el escritor y que acabó en Japón, el país que visitó después en varias ocasiones y al que le dedicó otra monografía con sus imágenes.
SOBRE EL LIBRO
En 1955 Japón ha dejado atrás los efectos de la derrota en la guerra, pero sigue siendo un país ensimismado, rural y pobre. Como apunta su biógrafo, François Laut, “Nicolas Bouvier será uno de los últimos occidentales en vagabundear por este Japón que causaba la admiración de los viajeros del XIX con sus bahías encantadas, sus lagunas, sus montañas, sus desfiladeros, sus arrozales y sus bosques de cedros”. Al igual que su admirado Matsuo Basho, quiere recorrerlo a pie y así lo hace en algunos tramos que levantan como, el polvo del camino, una levedad de aire zen, un gozo perpetuo, y, siempre, un sentido poético de la extrañeza. Japón será su “fin de viaje”, en esa larga travesía emprendida dos años antes desde Yugoslavia con su gran amigo Thierry Vernet.
Desembarca en Yokohama y se instala en el barrio de Araki-Cho en Tokio. Después viaja por otros lugares durante esos doce meses. Diez años después vuelve por otro año con su mujer e hijo y seguirá trotando por sus rincones con una curiosidad siempre ávida pero templada, sin juzgar, ni menos despreciar, lo que transfigura el relato con el humor, la poética y la finura de un Haiku. Trufado de una historia del país tan prolija como liviana en su escritura, esta Crónica japonesa es de obligada lectura para quién quiera adentrase en la magia y la melancolía de una cultura milenaria. Desde la leyenda de su origen, hasta su compleja relación con China, Occidente y la modernidad, pasando por el zen, el teatro no, el budismo, o la vida cotidiana en sus confines rurales y en el estrépito de sus ciudades.
Es propio de los largos viajes regresar con algo distinto
de lo que se ha ido a buscar.
NICOLAS BOUVIER
Título original: Chronique japonaise © Éditions Payot & Rivages, 2015
Primera edición: 1975
Título de esta edición: Crónica japonesa
Primera edición en LA LÍNEA DEL HORIZONTE Ediciones: octubre de 2016
© de esta edición: LA LÍNEA DEL HORIZONTE Ediciones
© de la traducción: Glenn Gallardo y Martín Schifino
© de la maquetación y el diseño gráfico:
Víctor Montalbán | Montalbán Estudio Gráfico
© de la maquetación digital: Valentín Pérez Venzalá
© fotografía de la cubierta: Musée de L’Elysée. Lausanne
© fotografía del autor: Erling Mandelmann
ISBN ePub: 978-84-15958-49-9 | IBIC: WTL; 1FPJ
La traducción de este texto se ha realizado con el apoyo de Swiss Arts Council Pro Helvetia
Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
CRÓNICA JAPONESA
NICOLAS BOUVIER
TRADUCCIÓN
DE GLENN GALLARDO
Y MARTÍN SCHIFINO
COLECCIÓN
FUERA DE SÍ. CONTEMPORÁNEOS
nº6
ÍNDICE
…Cuando lo que sucede ante nuestros ojos
da lugar a los más engañosos rumores,
con cuánta mayor razón
no ocurrirá lo mismo
en el caso de un país situado
más allá de ocho cúmulos de blancas nubes.
UEDA AKINARI
(1732-1809)
Cabeceando en mi jamelgo
Ensoñaciones
La Luna a lo lejos
Humo de té
BASHO
(siglo XVII )
I
EL CUADERNO GRIS
Kioto, 24 de febrero de 1964
En busca de alojamiento
Visita al final de la tarde de una antigua mansión señorial, fúnebre y hermosa, perdida en el sureste de la ciudad, más allá de Uji. Una pareja de ancianos patricios empobrecidos alquilan un ala de su inmensa morada. Él: distinguido esqueleto, desgastada chaqueta de tweed por encima de una camisa de franela gris que semeja una blusa de presidiario. Ella, casi igual de esmirriada, de ojos hundidos y febriles, con un rostro parecido a un papel mojado de seda engarzado en el cuello de un quimono severo y suntuoso. Estamos sentados con las piernas cruzadas en medio de una habitación glacial, alrededor de un brasero en el que hace infusión un té amargo sobre tres tizones. Más allá de las puertas corredizas hay un pequeño estanque y un aletargado jardín en el que no hay una sola hoja en el suelo. No se puede saber si llueve o si nieva; lo único seguro es que la primavera tardará en llegar. La piedra, el musgo, la madera, la pátina de las esteras lustrosas por el paso de las pantuflas, reflejando el cielo invernal. «Me agrada escuchar el ruido de un niño en la casa», dice el anciano, rompiendo un largo silencio al que vuelve inmediatamente después, en tanto que las dos mujeres —hay ahí también, una administradora muy digna y muy poco agraciada—, se inclinan lentamente. Tiene uno la sensación de que esa casa está habitada por difuntos, por ahogados que emergieron a propósito del fondo del mar. Desde que nos encontramos aquí, el agente inmobiliario que nos trajo se agita, resopla y nos elogia, cuando hace apenas una hora que nos conoce; alaba esa incómoda y espectral mansión; se vuelve afable y comunicativo ahí donde nada tiene que hacer la afabilidad, al mismo tiempo que aspira ruidosamente el aire entre unos dientes enfundados en oro. Nadie le escucha y a nadie le interesa. ¡Lo que deben sentir estas personas austeramente amables y absolutamente adustas al tener que tratar, para esta transacción, con tipos de esta especie!
…El frío, el peso del frío, su importancia en la vida de este lugar: hasta en la música japonesa se oye el castañeteo de dientes. ¡Y qué se puede decir de los árboles! Con esas torcidas y angulosas ramas que hacen pensar que sufren calambres y que el frío ha entrado en ellos. Y aquellas impresionantes actitudes de los cuerpos en el teatro o en las estampas: gestos apretados, recogidos, con el único fin de impedir que el calor se escape del cuerpo…
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