Cuando la Blitzkrieg arrolló Europa en 1940, Inglaterra se convirtió en el último refugio para los gobernantes y militares que pudieron escapar de la bota alemana, la última democracia que sobrevivía en el Viejo Mundo. Alcanzar la isla era, en palabras de un joven refugiado polaco, como «alcanzar el paraíso». La isla de la esperanza aborda, con pulso de novela, una historia pocas veces narrada, la de cómo desde Inglaterra los exiliados de media Europa —polacos, checos, daneses, noruegos, holandeses, belgas, franceses…— intentaron sacudir el yugo nazi de sus países. Lynne Olson, que para la exsecretaria de Estado de EE.UU. Madeleine Albright —ella misma una refugiada checa en Londres durante su infancia— es «la mejor cronista de la política y diplomacia de la Segunda Guerra Mundial de nuestro tiempo», enhebra a partir de las experiencias de un elenco de personajes dispares una narración vibrante. Monarcas como el valiente rey de Noruega, Haakon VII, o la orgullosa reina Guillermina de Holanda, que con sus encendidas alocuciones radiofónicas mantuvo la moral de sus compatriotas. O como el intrépido conde de Suffolk, que rescató en Francia a dos físicos nucleares que más tarde harían posible el Proyecto Manhattan. Pero Olson también honra a héroes anónimos, cuyos esfuerzos ayudaron a volver las tablas contra el Eje: el sacrificio de los pilotos polacos durante la Batalla de Inglaterra, fundamental para evitar la victoria de la Luftwaffe; la vital contribución de los descifradores polacos para descifrar el código Enigma; o la red de espías tejida a lo largo y ancho de la Europa ocupada que con su inteligencia ayudaron a asegurar el éxito del Día D. Reyes exiliados y generales que no aceptan una derrota, espías arriesgando sus vidas, comandos en operaciones especiales suicidas… Un relato que aúna épica y humanidad, acerca de unos días decisivos en los que desde La isla de la esperanza se jugó la libertad de Europa.
Lynne Olson
La isla de la esperanza
Inglaterra, la Europa ocupada y la fraternidad de pueblos que cambió la Segunda Guerra Mundial
Título original: Last Hope Island
Britain, Occupied Europe, and the Brotherhood That Helped Turn the Tide of War
Lynne Olson, 2017
Traducción: Javier Romero Muñoz, 2018
Revisión: 1.0
26/03/2019
Para Stan y Carly,
como siempre
Autor
LYNNE OLSON nació en Hawaii (19 de agosto de 1949) y se doctoró magna cum laude en la Universidad de Arizona. Ha trabajado como periodista para Associated Press, como corresponsal en Moscú y en Washington. Está dentro de la lista de superventas de The New York Times gracias a sus siete libros acerca de la Segunda Guerra Mundial y el papel de Gran Bretaña en dicho conflicto, entre los que destacan Citizens of London: The Americans Who Stood with Britain in Its Darkest, Finest Hour y Those Angry Days: Roosevelt, Lindbergh, and America’s Fight Over World War II, 1939-1941, escogido por The New York Times y Amazon como uno de los mejores libros de 2013. En palabras de la exsecretaria de Estado de EE.UU. Madeleine Albright, refugiada en Londres durante su infancia, Lynne Olson es «la mejor cronista de la política y diplomacia de la Segunda Guerra Mundial de nuestro tiempo».
Notas
[1] El padre de Carl, el rey Federico VIII de Dinamarca, era el hermano de la reina Alejandra, la esposa de Eduardo VII.
[2] N. del T.: «guerra de broma», del inglés Phony War, era como se conocía en Gran Bretaña al periodo de calma relativa en el frente occidental, desde septiembre de 1939 a abril de 1940. En Francia se denominó dróle de guerre [«guerra falsa»] y en Alemania Sitzkrieg [lit. «guerra de asiento»].
[3] El resto del oro fue estibado en pesqueros pequeños, que también consiguieron llegar hasta Tromsø. Desde allí, todas las reservas fueron enviadas a Estados Unidos y Canadá para su custodia.
[4] N. del T.: Entre las fuerzas aliadas enviadas había unidades de la Legión Extranjera, en las cuales combatían republicanos españoles.
[5] Durante la guerra, el Gobierno belga en el exilio envió 1374 toneladas de uranio a Estados Unidos. Unas reservas que sirvieron para alimentar el Proyecto Manhattan.
[6] Después de la guerra, los registros alemanes revelaron que, en el caso de una invasión de Gran Bretaña, una unidad de paracaidistas muy bien entrenada de más de cien hombres había sido asignada para lanzarse en paracaídas sobre los terrenos del palacio de Buckingham para capturar al rey Jorge VI y a su familia. También en lo alto de la «lista de objetivos para capturar» alemana figuraban Winston Churchill y líderes extranjeros como el rey Haakon, la reina Wilhelmína, el general Sikorski y Edvard Benes.
[7] N. del T.: Lit. «ranas libres». Se trata de un juego de palabras entre Free French [franceses libres] y Frogs [ranas], que es como se conoce de forma coloquial a los franceses en Gran Bretaña debido a su costumbre de comer ancas de rana.
[8] Dos meses después de que el Servicio Europeo se trasladase a Bush House, la pista de hielo de Maida Vale sufrió un impacto directo que le causó graves daños.
[9] No hay que desesperarse / ¡Los venceremos! / No hay que dejar ¡de resistir! / No olvides la letra V / ¡Escríbela! / ¡Cántala! / ¡V! ¡V! ¡V! ¡V! ¡V!
[10] N. del T.: Publicada en 1915, la popularidad de la novela ha sido tal que se ha llevado al cine en varias ocasiones, la primera en 1935, dirigida por Alfred Hitchcock.
[11] N. del T.: La autora se refiere a la novela satírica antibelicista de Joseph Heller, Catch 22. Publicada en 1961, la situación que se describe en el argumento se ha convertido, en lengua inglesa, en sinónimo de una situación irresoluble, en la que, se haga lo que se haga, no hay salida.
[12] Sin que el SOE lo supiera, uno de los objetivos clave de los ataques de Lofoten consistió en confiscar máquinas Enigma y manuales de operación de barcos alemanes capturados. Esos materiales tendrían su papel en el éxito posterior de Bletchley Park al descifrar los escenarios navales alemanes de Enigma.
[13] Edén sustituyó a lord Halifax como secretario de Exteriores a principios de 1941.
[14] Además de Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y China, la alianza reunió a gran parte de países de la Europa ocupada, de la Commonwealth británica y de América Central y del Sur.
[15] La vida que tengo, es todo lo que tengo. Y la vida que tengo, es tuya.
El amor que tengo, a la vida que tengo, es tuyo y tuyo y tuyo.
El sueño que anhelaré, el descanso que tendré en la muerte, no será más que una pausa.
Pues la paz de mis años, en la extensa hierba verde, será tuya y tuya y tuya.
[16] N. del T.: Juntas, forman la palabra CAUGHT [atrapado, capturado].
[17] N. del T.: «all his geese were swans», frase hecha en inglés que alude a alguien que no se da cuenta de la realidad, que confunde cosas muy distintas entre sí.
[18] No estaba bromeando.
[19] Del total de bajas sufridas por los Tres Grandes, las pérdidas soviéticas representaron el 95 por ciento.
[20] En 1969, el Gobierno británico ordenó una revisión de las conclusiones de la investigación que se hizo durante la guerra. El miembro responsable del personal asignado a dicha investigación informó de que «la seguridad en Gibraltar fue casual y surgieron varias oportunidades de sabotaje mientras el avión estaba allí». Y añadió: «No se puede excluir la posibilidad de asesinato de [Sikorski] por personas desconocidas».