¡La Migra!
Sección de Obras de Sociología
Traducción:
Gerardo Noriega Rivero
Kelly Lytle Hernández
¡La Migra!
Una historia de la Patrulla
Fronteriza de Estados Unidos
Primera edición en inglés, 2010
Primera edición en español, 2015
Primera edición electrónica, 2015
Título original: Migra! A History of the U.S. Border Patrol
D. R. © 2010, Th e Regents of the University of California
Publicado por acuerdo con University of California Press
Diseño de forro: Teresa Guzmán Romero
D. R. © 2015, Fondo de Cultura Económica
Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F.
Empresa certificada ISO 9001:2008
Comentarios:
Tel. (55) 5227-4672
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.
ISBN 978-607-16-3058-2 (mobi)
Hecho en México - Made in Mexico
A mi madre
porque me enseñaste a escribir
A mi padre
porque me das aliento para afrontar el mundo
A mi hermano
porque me enseñas que el cambio es posible
A mi esposo
porque eres hermoso
A mis hijos
porque los amo
Un inmigrante mexicano en espera de ser deportado, hacia 1953. Fotografía oficial de la Patrulla Fronteriza (McAllen, Texas), archivo núm. 48-7.
Cortesía del Museo Nacional de la Patrulla Fronteriza, El Paso, Texas.
(Hablado)
Es un pájaro,
es un avión,
no, hombre, es un mojado.
(Cantado)
Llegó del cielo y no en avión
venía en su nave, desde Criptón
y por lo visto no es un americano,
sino otro igual que yo, indocumentado.
Así es que “migra” él no debe de trabajar
porque aunque duela, Superman es ilegal.
Es periodista, también yo soy
y no fue al Army, ah qué camión.
Y aquél es güero, ojos azules, bien
formado y yo prietito, gordinflón y muy chaparro,
pero yo al menos en mi patria ya marché
con el coyote que pagué cuando crucé.
No cumplió con el servicio militar,
no paga impuestos y le hace al judicial,
No tiene “mica” ni permiso pa’volar.
Y les apuesto que ni seguro social.
Hay que echar a Superman de esta región
y si se puede regresarlo pa’Criptón.
¿Dónde está esa autoridad de emigración?
¿Qué hay de nuevo, don Racismo, en la nación?
De que yo sepa no lo multan por volar,
sino al contrario, lo declaran Superman.
J ORGE L ERMA, Superman es ilegal
Sumario
Primera parte
FORMACIÓN
IV. Trabajadores migrantes de México,
inmigrantes ilegales de Estados Unidos
Segunda parte
TRANSFORMACIÓN
Tercera parte
OPERACIÓN MOJADO Y MÁS ALLÁ
¡
Agradecimientos
No fue sino con el amor, el apoyo y la generosidad de una comunidad de académicos, activistas, archivistas, amigos y familiares, como pude realizar la investigación y exponer las ideas centrales de este libro. Para dar las gracias a todos como se debe, tengo que empezar por los orígenes del libro durante los años en que fui voluntaria en los campamentos de migrantes del condado de San Diego Norte. En ese entonces yo era apenas una adolescente, pero los padres Roberto Martínez y Osvaldo Vencor, de La Casa de los Hermanos, me permitieron ayudarlos en su labor con los jornaleros indocumentados y sus familias, que vivían en las cañadas. Como representante de La Casa hice un poco de todo. Año tras año, Roberto, Osvaldo, el personal de La Casa y los habitantes de los campamentos accedían a que siguiera colaborando como pudiera. Estoy en deuda con ellos por haberme dado la oportunidad de participar en las vidas, las luchas y los ocasionales triunfos que tan a menudo pasaron inadvertidos cuando el estado de California transitaba hacia la aprobación de la Propuesta 187, en noviembre de 1994.
Mientras trabajaba en los campamentos, también asistía a los cursos de George Lipsitz en la Universidad de California en San Diego. George me infundió deseos de volverme académica, y desde hace 15 años lo considero un modelo de excelencia y capacidad intelectuales, acompañadas de un enorme compromiso personal con la búsqueda de una vida más plena en un mundo mejor. Él me hacía las preguntas adecuadas, me dejaba equivocarme y siempre me impulsaba a rendir un poco más, porque las indagaciones propias de nuestro oficio así lo exigen y lo merecen. Gracias, George.
Como estudiante de posgrado tuve el placer de trabajar con Eric Monkkonen. La pasión de Eric por la “historia policiaca” me llevó a ver a la Patrulla Fronteriza desde otra perspectiva, a buscar pruebas del pasado en lugares insospechados y a ensayar nuevos métodos. Y fue su extraordinario sentido del humor lo que me hizo aspirar a una vida dedicada al estudio.
Este proyecto nunca habría despegado de no ser por Marian L. Smith, la historiadora del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas. Ella consiguió un singular acuerdo de colaboración entre lo que entonces era la Biblioteca de Referencia Histórica del Servicio de Inmigración y Naturalización ( INS , por sus siglas en inglés), los Archivos Nacionales y Administración de Documentos ( NARA , por sus siglas en inglés) y yo, gracias al cual participé en un proyecto de indización que se estaba desarrollando con todos los archivos del INS que se encuentran en NARA . Agradezco a David Brown y Cynthia Fox, supervisores del proyecto en el INS , la gentileza de permitirme trabajar en los archivos. La oportunidad de participar en la indexación fue una experiencia invaluable. Todos los archivistas y demás personal de NARA fueron serviciales durante el verano que pasé allí, pero la persona con quien colaboré de manera más cercana fue Suzanne Harris, quien, al igual que Marian, tenía un conocimiento excepcional del conjunto de documentos núm. 85. Su ayuda fue incalculable, y su generoso consejo, un apoyo constante.
Otro recurso decisivo para este libro fue el Museo Nacional de la Patrulla Fronteriza ( NBPM , por sus siglas en inglés), cuyo personal me trató con amabilidad y apertura, y me brindó su apoyo al saber que estaba escribiendo una historia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Agradezco en particular a Brenda Tisdale y Kristi Rasura toda su ayuda y conversaciones. Doy las gracias a Mike Kirkwood, entonces director del NBPM , por haberme dado libre acceso a los archivos, documentos y fotografías del museo. Es innegable que nuestras versiones del pasado de la Patrulla Fronteriza difieren mucho, pero el personal del NBPM mostró un grado de apertura y transparencia insólito en una agrupación que se dedica a preservar la historia de una corporación policial. También estoy en deuda con los muchos agentes de la Patrulla Fronteriza que se entrevistaron conmigo durante mis viajes a las oficinas centrales del INS en Washington, D. C.; con el NBPM y con los funcionarios de Información Pública que me llevaron de gira a la frontera méxico-estadunidense en Texas y California. Gus de la Viña y Bill Carter abrieron espacio en sus apretadas agendas para expresarme sus puntos de vista sobre la historia de la Patrulla Fronteriza estadunidense y contarme sus experiencias como agentes y administradores de la institución.
Página siguiente