II. El México independiente y su frontera
norte (1821-1846)
III. La guerra imperialista de los Estados Unidos
contra México (1846-1848)
V. Hacia la modernidad y el alba del nuevo
siglo (1880-1929)
PREFACIO
El presente texto, El México de afuera. Historia del pueblo chicano, expone la trayectoria de la población de origen mexicano (los chicanos) en los Estados Unidos desde sus orígenes hasta el presente, la cual se ha convertido hoy en día en la minoría más numerosa de esa nación (su número se aproxima a casi 40 millones). En primer término, hay que decir que esta comunidad ha sido, sin duda, un sector imprescindible en el desarrollo y consolidación del poderío estadunidense en el campo económico, social y cultural. Sin sus contribuciones, los Estados Unidos no serían la nación que existe hoy en día.
También es importante señalar que los chicanos han sido partícipes relevantes en los acontecimientos fundamentales de México, en la medida en que su propia historia se ha entrecruzado con la mexicana por más de tres siglos. En la etapa más contemporánea, el pueblo chicano ha abogado constantemente por los intereses y derechos de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos; incluso ha sido el grupo de cabildeo más influyente en apoyo de sus derechos. Asimismo, no puede dejar de mencionarse el rol primordial de las abundantes remesas que envían a diario los mexicanos desde los Estados Unidos, y que son hoy en día la principal fuente de divisas de México. Esto tan sólo por mencionar dos ejemplos.
La génesis de este libro responde primeramente a muy cruciales inquietudes personales y profesionales. De mi parte, siendo hijo de padres mexicanos, nacido y radicado toda mi vida en los Estados Unidos como primera generación, he vivido plenamente la experiencia chicana. Por esta razón, el escribir acerca de este tema significa compartir una parte esencial de mi odisea personal. Como he sido activista en innumerables acciones cívicas y culturales del pueblo chicano a través de los años, me considero también un pleno observador y participante en esta historia. A la vez, como profesor universitario por más de cuatro décadas, el estudio de temas relacionados con mi comunidad (especialmente en el campo de la historia y la cultura) ha sido parte esencial de mi quehacer profesional y mi pasión académica más constante. Es claro para mí que la meticulosa labor de investigación y redacción que respalda este libro es en gran medida una culminación de mi vida como maestro y estudioso.
En segundo lugar, un importante impulso que me llevó a escribir este libro reside en las múltiples estancias profesionales y personales que he llevado a cabo en México desde la década de 1970. Durante este tiempo me he percatado de un hecho sumamente desalentador: que, pese a los profundos nexos históricos y más recientes que hay entre el pueblo chicano y México, existe en este país (con algunas excepciones y en ciertas coyunturas) una inexplicable falta de interés en el campo de la política, la investigación académica, la cobertura de los medios de comunicación y en general el imaginario nacional por el “México de afuera”.
Estas inquietudes y preocupaciones me llevaron hace siete años a asumir el reto de redactar un libro panorámico, dirigido a un público muy amplio, en torno a la historia de los mexicanos / chicanos en los Estados Unidos, que es tan desconocida en México. En otras palabras, decidí poner mi grano de arena para generar un conocimiento más fidedigno del pueblo chicano, a través de una narrativa pionera que proporcionara una visión de conjunto y a la vez ofreciera elementos interpretativos y trascendentales de su historia.
La enorme responsabilidad que significaba ofrecer el primer libro de historia chicana publicado en idioma castellano la asumí en un momento que considero de plena madurez dentro de mi larga carrera académica. Sin embargo, aun con mi amplia experiencia acumulada, el proceso de redacción, consulta de fuentes, acopio de datos y elaboración de análisis resultó por mucho ser el mayor desafío de mi vida profesional. Requirió de mí llevar a término lo que bien puede ser (si se me permite decirlo) la investigación más cuidadosa y puntual sobre el pueblo chicano que se haya realizado hasta la fecha. Se trata de un trabajo exhaustivo, y llevarlo a su culminación implicó consagrarme a él por entero. Al grado de que, durante esos siete años, el libro “estuvo siempre en mi mente” (como dice la letra de una de mis canciones favoritas) y ciertamente guió con constancia el movimiento de mi pluma.
La escritura de este texto, que abarca desde el periodo colonial hasta nuestros días, me forzó a incursionar y reflexionar en ciertos temas, periodos, liderazgos, biografías y aspectos regionales de la experiencia chicana que no había tenido la oportunidad de estudiar con la atención merecida. Para ello revisé cuidadosamente una enorme cantidad de textos que han sido producto del grandioso florecimiento de la academia chicana desde 1965, así como también otros de ciertos autores estadunidenses y mexicanos que abordan de alguna manera el asunto.