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SINOPSIS
Un apasionante recorrido por la historia moderna de España, desde 1808 hasta nuestros días.
Escribir la historia de la España contemporánea ha sido una empresa espinosa desde la aparición de las primeras historias «nacionales» a mediados del siglo XIX. La cuestión de porqué España no ha logrado seguir un camino «normal» hacia la modernidad dominó una buena parte de la historiografía. En la tradición histórica anglo-americana, un anticatolicismo profundamente enraizado ayudó a crear una larga muestra de hostilidad hacia la historia española. España se consideraba el país de la Inquisición intolerante, el imperio que saqueó América, el modelo de la tiranía del Viejo Mundo, frente a las libertades de la tradición política anglosajona.
Para Pamela Radcliff, en lugar de una larga lucha entre las «dos Españas», una «moderna » y la otra «tradicional», los siglos XIX y XX fueron un período en el que España construyó su propio camino sin guion hacia la modernidad, con todos los logros, las contradicciones y las oscuras consecuencias normales. España, como otros países, pasó de ser un país agrícola a serlo industrial. Como otros, pasó de un estado absolutista a uno liberal durante el siglo XIX y de un estado liberal a otro democrático en el siglo XX. En contraste con la narrativa con frecuencia aislada de la historia contemporánea de España, este libro presenta una perspectiva comparativa que se ha convertido en un rasgo indispensable de las historias nacionales en una era global.
LA
ESPAÑA
CONTEMPORÁNEA
DESDE 1808 HASTA NUESTROS DÍAS
Pamela Beth Radcliff
Traducción de Francisco García Lorenzana
PREFACIO
Escribir la historia de la España contemporánea ha sido una empresa espinosa desde la aparición de las primeras historias «nacionales» a mediados del siglo XIX . Las «biografías nacionales» lucharon por articular dos versiones de la identidad de España: una enraizada en el catolicismo y en la heroica conquista religiosa y la otra que se centraba en las libertades seculares tal como aparecían en la Constitución de Cádiz de 1812. La imagen de las «dos Españas» en guerra entre ellas parece que quedó confirmada por una serie aparentemente interminable de guerras civiles, que se iniciaron con la primera guerra carlista en la década de 1830 y culminaron con la apoteosis de la tristemente célebre Guerra Civil de 1936-1939. Durante la larga dictadura que siguió a la Guerra Civil (1939-1975), los franquistas victoriosos proclamaron el triunfo de la España católica tradicional, mientras que los liberales y socialistas derrotados aceptaron con reticencias esta interpretación e intentaron en vano comprender por qué las fuerzas modernizadoras habían fracasado en su intento de sacar a España de la edad de las tinieblas.
Desde fuera de España
A la marginación de España en la historiografía en lengua inglesa se debe añadir históricamente la débil presencia de la historia española en las universidades estadounidenses. En 1970, solo 13 de las 135 universidades con programas en Estados Unidos siguen aprendiendo lo poco que saben de España a través de cursos generales, cuyos libros de texto o ignoran o emplean estereotipos negativos en su tratamiento de España.
En España, la cuestión de por qué España no ha logrado seguir un camino «normal» hacia la modernidad dominó la historiografía española en las décadas de 1960 y 1970. En aquel momento existían dos versiones
Esta interpretación pesimista de la historia contemporánea de España empezó a cambiar después del éxito de la transición a la democracia a finales de la década de 1970 y principios de la década
El desarrollo contemporáneo de la historiografía europea en un sentido más amplio apoyó esta perspectiva revisionista. La noción de un camino uniforme
Lo que unía todos estos caminos peculiares era el amplio arco de transformaciones que caracterizó a Europa desde 1800. España, como otros países, pasó de ser un país agrícola a industrial. Como otros, pasó de un Estado absolutista a uno liberal durante el siglo XIX y de un Estado liberal a otro democrático en el siglo XX . Así mismo, pasó de ser una sociedad rural a una sociedad ampliamente urbana. Y finalmente, España experimentó el mismo tipo de conflictos y tensiones políticas que estas transformaciones provocaron en otros países. Los revisionistas reconocen que existen elementos específicos en la historia española, como el lugar destacado de la Iglesia católica, el impacto desequilibrado de la industrialización, el papel de los militares en la política y la constelación específica de fuerzas políticas, pero insisten en que el marco general era de tipo «europeo occidental».
Al contemplar la imagen de esta manera, no solo transformamos nuestra perspectiva sobre España, sino sobre Europa. En lugar de ver el «modelo europeo» identificándolo con Gran Bretaña o Francia, reconocemos que no existió un único camino hacia la modernidad sino «múltiples modernidades», ninguna de las cuales constituyó la ruta «normal» o «fracasada». El resultado es una historia de Europa más compleja durante el período contemporáneo, que nos ofrece una idea más adecuada de la diversidad de experiencias. En lugar de un «modelo» británico único con multitud de «excepciones», incluir a España nos ayuda a reubicar a Gran Bretaña como la excepción en lugar de la regla dentro de Europa.
Aunque el relato revisionista ha sido un correctivo muy bienvenido al paradigma del «fracaso», es necesario añadir otra capa de complejidad para completar la integración de España en un marco europeo y global más amplio en el siglo XXI . Así, justo en el momento en el que los historiadores españoles estaban celebrando la normalización de España en el desarrollo europeo contemporáneo, dicho camino «normal» se veía sometido a una crítica creciente. En el relato revisionista, la sustitución del «fracaso» por el «éxito» lo alineaba implícitamente con una visión positiva de la modernidad de la que España ya no quedaba excluida.
Pero esta visión positiva de la modernidad está cada vez más en entredicho. En el marco de la historia europea, la mayoría de los historiadores especializados en la Alemania nazi renunciaron finalmente al esfuerzo estas tendencias es al mismo tiempo más diversa y plural, y más ambivalente en sus logros.
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