Xosé M. Núñez Seixas - Historia mundial de España

Por una historia de las Españas en el mundo

Xosé M. Núñez Seixas

El libro que el público lector tiene entre sus manos lleva un título que, a primera vista, quizá parezca sorprendente: Historia mundial de España. Los interrogantes que puede suscitar son múltiples. Pretende ser, en efecto, una historia de España —concepto que, como se verá, utilizamos en un sentido muy laxo— en el contexto mundial, o en el marco de su entorno inmediato y lejano, teniendo en cuenta que las fronteras de ese contexto fueron móviles a lo largo de las épocas; pero no es una historia de las relaciones exteriores de las diversas comunidades políticas ibéricas entre sí, o con otros Estados, ni una historia de la expansión de los reinos hispánicos y sus sucesores. Su propósito tan ambicioso como arriesgado: analizar las modalidades de la inserción de las Españas, también en un sentido muy amplio, en el marco de las redes de intercambio, conocimiento, dominio y conflicto de ámbito global, cuyo alcance fue variable a lo largo de los siglos.

De España, pero más bien de las Españas. O de la Hispania como concepto geográfico, utilizado hasta entrada la Edad Moderna desde el exterior para definir a todos los habitantes y colectivos de la península Ibérica, pues partimos de la base de que nuestro objetivo tampoco es elaborar un nuevo relato histórico —desde la aparición de los primeros homínidos en suelo ibérico hasta los tiempos actuales— para una entidad o comunidad política, España, que empieza a aparecer como tal —bajo la forma de una monarquía imperial cuyas posesiones se extendían por varios continentes— a fines del siglo XV . No se trata de formular una nueva narrativa de índole territorial, o al servicio de colectivos definidos desde el presente. Sí cabe replantear la evolución de las distintas comunidades humanas que en un momento u otro convivieron en el suelo ibérico, insular o multicontinental bajo el paraguas de formas políticas comunes o compartidas, y hacerlo desde un prisma que ponga el acento en sus interacciones con el mundo —o los mundos— que rodeó a esa comunidad política, o a las distintas culturas, reinos, pueblos, entidades y personas que vivieron en suelo ibérico desde la remota Antigüedad. La historia que aquí se propone tampoco se limita a enmarcar la evolución y las vicisitudes de esas comunidades dentro de sus entornos cercanos y remotos, como una forma de destacar sus peculiaridades para poder trazar sus relaciones simétricas o asimétricas con aquellos. Aspira, por el contrario, a poner de relieve las conexiones e interacciones ibéricas e hispánicas con sus múltiples contextos, lo que muestra su relevancia a lo largo de los siglos, pero también su íntima relación con lo que acaecía en otros parajes y, por tanto, en ocasiones, también su irrelevancia o su mero carácter ejemplificador de fenómenos universales.

Este libro es, además de ambicioso, un esfuerzo colectivo y polifónico y, por tanto, no está sujeto a directrices rígidas. Sus ciento once autores y autoras parten en líneas generales de cuatro premisas, que constituyen las líneas maestras de una obra que es, y quiere ser, poliédrica. En primer lugar, la de deconstruir el espacio y el tiempo. Si hemos optado por un título contundente, Historia mundial de España, ha sido por un decidido afán de simplificación en la presentación de este producto intelectual y editorial, pero no por la voluntad de elaborar un relato de historia nacional, ni explícita ni implícita, que establezca una relación de continuidad entre espacio y comunidad política moderna a lo largo de los tiempos. Este volumen no presupone que los homínidos de Atapuerca, los defensores de Numancia frente a los romanos, Íñigo Arista o Abderramán III fuesen españoles antes de que tal gentilicio adquiriese la significación que se le otorgaría en la era de las naciones, es decir, a partir de fines del siglo XVIII . Un título alternativo para esta obra bien podría haber sido Historia mundial de las Españas, interpretadas estas últimas a la manera de Pere Bosch Gimpera o Anselmo Carretero en sus ensayos históricos publicados tras la guerra civil de 1936-1939, en el exilio mexicano; o, en un sentido más reciente, según los diversos ensayos coordinados por Juan Romero y Antoni Furió (Historia de las Españas, 2015), también entendidas como las colectividades, territoriales y no territoriales —confesionales o de otra índole— que habitaron en la península Ibérica y que, a su vez, se extendieron por el Mediterráneo y el Atlántico, establecieron relaciones comerciales o intelectuales con otras entidades políticas o culturas allende los Pirineos, allende el estrecho de Gibraltar o allende los mares, dominaron a otras comunidades, combatieron con imperios en expansión o en declive y asentaron relaciones de dominación y cooperación. No es tampoco un relato de glorias patrias, cualesquiera que esas patrias modernas sean, ni de hazañas épicas; ni siquiera de contribuciones que se puedan considerar positivas al progreso de la humanidad o a causas justas. Esta obra no pretende recoger una visión en blanco y negro, sino una amplia gama de grises, de facetas oscuras y menos oscuras del pasado, desde las revueltas en América o el Caribe contra el dominio hispánico en la Edad Moderna hasta las guerras de África, las expediciones científicas de los siglos XVIII y XIX , el éxito de mitos u obras literarias o las historias singulares de personajes secundarios que, a su vez, sirven de motivo para reflexiones más amplias.