D EL COLEGIO ELITISTA DE H ARROW A LA AFILIACIÓN AL P ARTIDO C OMUNISTA (1893-1935)
Sylvia Townsend Warner fue una escritora que gozó de un notable reconocimiento del público lector y de la crítica, especialmente en los años veinte y treinta, que se mantuvo en los cuarenta y cincuenta, tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos, si bien en las décadas siguientes, y hasta su muerte, en 1978, su obra y su nombre fueron cayendo en el olvido. Son muchos los críticos actuales, sin embargo, que afirman que es una de las escritoras más sobresalientes de la literatura inglesa del siglo XX , poseedora de un indiscutible dominio estilístico y de una fuerza creadora e imaginativa poco comunes. Fue autora de siete novelas y de centenares de cuentos, reunidos en catorce volúmenes a lo largo de su vida (y algunos otros tras su muerte), así como de ocho libros de poemas, de los que asimismo se han publicado un par de colecciones póstumas. Además, tradujo dos libros del francés, escribió numerosos artículos periodísticos, una biografía, y algún otro libro misceláneo. Dejó también para la posteridad un impresionante conjunto de cartas y de diarios, parte de los cuales ya están disponibles hoy en varios libros, que son interesantísimos para conocer su evolución personal, literaria, ideológica y política.
Porque STW fue no solo una gran creadora imaginativa y una admirable estilista, sino que también, desde su condición de mujer, de lesbiana, y de ferviente comunista, se convirtió en defensora y en baluarte de principios, valores sociales y derechos civiles por los que tuvo que luchar denodadamente en la época y en el país que le tocaron en suerte.
Fue, a su vez, una de las autoras más destacadas de su país en su compromiso con la República española, pues le prestó su apoyo personal y político durante la Guerra Civil, visitando España en un par de ocasiones, en 1936 y 1937, y escribiendo relatos, artículos periodísticos y poemas sobre el conflicto, e inspirándose en él asimismo para la elaboración de una de sus novelas, After the Death of Don Juan (Tras la muerte de don Juan, 1938). Esta edición está dedicada a difundir esa faceta de su obra, hasta ahora muy escasamente conocida en español.
STW nació en diciembre de 1893 en el seno de una familia acomodada de clase media alta. Su padre, George Townsend Warner (1865-1916), se había graduado en Cambridge y era profesor de historia y miembro del equipo directivo en la prestigiosa y elitista escuela de Harrow, de la que llegó a ser una de sus personalidades más significativas. Su abuelo paterno había sido también director de un distinguido centro educativo, Newton College. Por el lado materno, su madre, Nora Hudleston (1866-1950), era una joven de buena educación, hija de un coronel del ejército británico en la India, lugar donde había sido educada en un típico entorno colonial victoriano (en Madrás). Varias generaciones de los Hudleston habían servido igualmente en el ejército en la India desde finales del siglo XVIII . Es decir, Sylvia, aun no perteneciendo propiamente a la aristocracia, vivió y creció en un ambiente culto y próspero, rodeada de comodidades y de las atenciones del servicio doméstico habitual en la época en ese segmento social. Puede afirmarse que, en su etapa formativa, no tuvo necesidades (tanto materiales como espirituales, o intelectuales) que no se vieran cubiertas satisfactoriamente y de inmediato.
Hija única, fue educada en casa, directamente por sus padres, que la aficionaron desde muy pequeña a la música, al arte, a la historia y a la literatura. Su vida de niña y de joven se desarrolló entre la clase intelectual y artística de Londres, con la que sus padres y familiares mantenían relaciones fluidas. Frecuentó asimismo, en esa fase formativa de su vida, las residencias campestres de los miembros de su familia, lo que dejó una profunda huella en su personalidad y en su gusto por la naturaleza. Además, todos los inviernos, a partir de 1904, los Warner pasaban una temporada en Suiza esquiando y patinando. La formación de la joven Sylvia fue muy cuidada, aunque nunca se le proporcionó una instrucción formal en ningún centro educativo, algo común en la época en el caso de las mujeres, y característica compartida con otras escritoras y artistas de este periodo. Dos veces a la semana recibía en casa lecciones de francés por parte de una institutriz francesa, con la que no solo aprendió gramática, sino que conversaba en esa lengua, que llegó a dominar.
George Townsend Warner fue, además de profesor en Harrow, autor de varios libros de historia y literatura, así como asiduo articulista y poeta. Sin duda, el profundo afecto que se profesaban padre e hija influyó mucho en la formación intelectual de Sylvia y en su carrera futura como escritora. Aunque no puede decirse en absoluto que sus padres la educaran de un modo heterodoxo, lo cierto es que la evolución de la joven Sylvia siguió unos derroteros diferentes de los esperables en una joven de la alta sociedad victoriana o eduardiana; así, aunque se aficionó a la moda, como tantas jóvenes de su clase social y edad, solía vestir de forma rupturista, llamando la atención de todos por su estrafalaria indumentaria y apariencia. Su comportamiento poco convencional la llevó a que, en 1913, cuando apenas tenía diecinueve años, comenzara una larga relación amorosa (que duraría diecisiete años) con Percy Buck (1871-1947), profesor de música en Harrow, con quien había estado estudiando piano y órgano desde los dieciséis años. Este profesor era un hombre casado, veintidós años mayor que ella, y padre de cinco hijos; pero a Sylvia no le importó mantener con él, durante ese largo periodo, un romance a escondidas, relación que simultaneó con otras aventuras ocasionales en esos años.
A través de Buck y sus amistades en el mundo de la música, Sylvia se implicó cada vez más en la composición y en la musicología, que le proporcionó unos ingresos adicionales a la renta familiar que le había dejado su padre, fallecido prematuramente en septiembre de 1916.
Ya por esos años, la veinteañera STW había empezado también a publicar algunas narraciones breves, pero su lanzamiento público como escritora se produjo realmente en 1925, con el libro de poemas The Espalier, publicado por la prestigiosa editorial Chatto & Windus, gracias al apoyo de su amigo el escritor David Garnett (1892-1981). Fue un libro muy bien acogido por la crítica, llamando mucho la atención por su empleo de estrofas tradicionales, como la balada, el cuarteto en pentámetros, o el epitafio, que paradójicamente rompían con el tono de la poesía victoriana anterior, ya que aportaban sobre todo frescura y espontaneidad.
Su mayor éxito, sin embargo, tuvo lugar al año siguiente (1926) con la publicación de su primera novela, Lolly Willowes, una enigmática, irónica y fascinante historia de brujas, cuya protagonista, una mujer soltera e independiente, es en ciertos aspectos un trasunto de su autora. La crítica feminista posterior la considera, además, un icono de la mujer liberada, que se mantiene soltera y pretende alcanzar una independencia emocional, física y económica a pesar de la presión social del entorno.
A partir de este momento Warner se convierte en una escritora profesional, que gana dinero (a veces mucho) con sus libros, pues su producción literaria es intensa y sostenida, cosechando muy buenas críticas en general, tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos. La siguiente relación de títulos y años muestra que prácticamente cada año ve la luz un nuevo libro suyo durante la segunda mitad de los años veinte y a lo largo de los treinta, así como en buena parte de los cuarenta, sobre todo a partir del final de la II Guerra Mundial, bien en prosa o en verso. Al citado libro de poemas