• Quejarse

Agustín Sánchez González - Crímenes y horrores en el México del siglo XIX

Aquí puedes leer online Agustín Sánchez González - Crímenes y horrores en el México del siglo XIX texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2017, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Agustín Sánchez González Crímenes y horrores en el México del siglo XIX

Crímenes y horrores en el México del siglo XIX: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Crímenes y horrores en el México del siglo XIX" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Retrato grotesco de una sociedad que quizá no ha cambiado tanto en más de dos siglos de vida independiente. Asesinatos legendarios, salteadores de caminos, abusos de poder, ultrajes, plagios, magnicidios, asesinos seriales, espectáculos dantescos dignos de circo romano, infanticidios, parricidios, mujeres que matan a sus maridos, esposos celosos que martirizan a sus mujeres, violadores, funcionarios corruptos, cárceles plagadas de chinches, plagas que arrasan con la població, manifestaciones populares reprimidas, prostitució y tráfico de drogas, hombres que parecen perros, gatos que se convierten en demonios y toda clase de noticias curiosas y sensacionalistas que pintan de una pieza al México del XIX. Agustín Sánchez González hace un importante recuento de las catástrofes cotidianas, pero también de algunos hechos que son ya parte de las leyendas urbanas de México.

Agustín Sánchez González: otros libros del autor


¿Quién escribió Crímenes y horrores en el México del siglo XIX? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Crímenes y horrores en el México del siglo XIX — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Crímenes y horrores en el México del siglo XIX " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Introducción En 1890 un periodista llamado Manuel Caballero tuvo la idea de - photo 1
Introducción En 1890 un periodista llamado Manuel Caballero tuvo la idea de - photo 2
Introducción

En 1890, un periodista llamado Manuel Caballero tuvo la idea de referir el asesinato del general Manuel Corona en un pliego que llevaba en la primera plana una mano roja chorreante de sangre. A partir de entonces se llamó «nota roja» a las informaciones sobre crímenes y latrocinios. Sin embargo, esta clase de información se venía cultivando con anterioridad, con tintes que van del amarillo hasta lo negro, pasando como los chistes, por el verde y el colorado.

Este volumen revisa Terribilísimas historias de crímenes y horrores en la ciudad de México en el sigloXIX, una compilación de historias ocurridas a partir de la gestación del México independiente, relacionadas con la formación y conformación de la nación. Es una mirada plural al bajo alfombra de la sociedad: la delincuencia, esa realidad que no ha dejado de vagar entre nosotros. Sus imágenes fueron capturadas a partir de los escritos que dejaron cronistas, periodistas, historiadores, escritores y viajeros.

Y si bien es cierto que ninguno de ellos, supongo, pensó que sus textos tendrían cabida en un libro como éste, nos permiten vislumbrar una historia que transita por el inframundo de esta nación que en aquellos días comenzaba a cincelar su identidad.

Gira naturalmente, porque así lo establecieron las fuentes consultadas, en torno a la ciudad de México, la única urbe americana que ha conservado su importancia histórica desde su origen prehispánico hasta la fecha, centro fundamental de la vida política, económica, social y cultural de nuestro país.

El 18 de noviembre de 1824 fue confirmada como capital nacional, luego de haber sido la metrópoli virreinal. A través de un decreto, se acordó que sería la residencia de los supremos poderes de la federación; su gobierno político y económico quedaría bajo la jurisdicción del gobierno general, para lo cual se nombraría un gobernador.

Más tarde, en 1837, luego de promulgarse una Constitución centralista, se convirtió en el Departamento de México, para volver a ser, a partir de 1846, capital federal. Todo lo anterior nos permite analizar el desorden político y económico en que se encontraba no sólo la sede de los poderes, sino la nación entera.

Convertida en expresión del desconcierto que vivía el país, la capital llegó a contar, de 1823 a 1857, más de cincuenta gobernadores, muchos de los cuales no llegaban a permanecer ni siquiera un año en el gobierno. Para darnos una idea de ello, basta señalar que el jefe político que más tiempo permaneció en el poder fue Ignacio Inclán (del 3 de diciembre de 1843 al 7 de diciembre de 1846).

Este caos condenaba a la sociedad a vivir en la zozobra. Eran frecuentes las bandas de ladrones surgidas de las filas del propio gobierno que, debido a la crisis, facilitaba su existencia, además de ser caldo de cultivo de la delincuencia, hecho que nos permite entender el porqué de la cantidad de crímenes sin averiguar, delitos impunes ante la debilidad jurídica del Estado que, lejos de consolidarse, se encontraba en un permanente desbarajuste.

De este desastre surgió uno de los malhechores más aviesos: el coronel Juan Yáñez, jefe del Estado Mayor Presidencial de Su Alteza Serenísima Antonio López de Santa Anna. Aprovechando su posición, Yáñez dirigió una peligrosa banda de ladrones, misma que inspiró a Manuel Payno a escribir una de nuestras novelas clásicas, Los bandidos de Río Frío. A Yáñez también lo menciona Madame Calderón de la Barca y de él dan cuenta diversos diarios alemanes, ¡tal fue su fama!

Aparte de la banda de Yáñez, otros grupos de delincuentes asolaron el país, convirtiéndose en leyenda y hasta en motivo de creación literaria, como se puede leer en las novelas Astucia, de Luis G. Inclán; El Zarco, de Ignacio Manuel Altamirano, y Los plateados de Tierra Caliente, de Pablo Robles, entre otras.

Crímenes famosos de esta época son los sucedidos al pintor inglés, Florencio Egerton y a su mujer; igualmente célebre fue el asesinato del cónsul de Suiza. Capítulo importante es el homicidio del diputado Juan de Dios Cañedo, que adquirió tintes políticos debido a que la víctima era un personaje destacado.

De la misma forma, se presentan diversos sucesos que alarmaron a la sociedad de entonces: las epidemias de cólera, en 1833 y 1850; el terremoto de 1845; la rebelión de la Acordada y el saqueo al Parián, o la venganza popular al desenterrar de su nicho la pata de palo del dictador Santa Anna.

México fue, y es, una ciudad de locura, capaz de presentar espectáculos salvajes como enfrentamientos entre un toro y un tigre, o entre un oso y un toro. Algunos diplomáticos extranjeros dejaron testimonio de todo esto en sus obras, como Brantz Mayer y Madame Calderón de la Barca.

Destaca la labor de Carlos María de Bustamante, cronista por excelencia de la vida cotidiana en el México de la primera mitad del siglo XIX. A través de sus ocho tomos del Cuadro histórico de la Revolución mexicana, así como El nuevo Bernal Díaz del Castillo, dejó un brillante testimonio de los hechos políticos y sociales ocurridos en el país.

Un libro de esta naturaleza tuvo como fuentes importantes los trabajos realizados por Enrique Flores en la serie Estanquillo Literario, entre los que destacan Unipersonal del arcabuceado, Causa célebre contra los asesinos de don Florencio Egerton y doña Inés Edwards y Extracto de la causa formada al excoronel Juan Yáñez y socios, por varios asaltos y robos cometidos en poblado y despoblado, además de la célebre Guía de forasteros publicada por el Instituto Nacional de Bellas Artes.

Igualmente valiosos fueron los libros de José María Marroqui y Armando de Maria y Campos; el clásico México a través de los siglos, coordinado por Vicente Riva Palacio, y El libro rojo, de Manuel Payno y Riva Palacio; la novela Quince Uñas y Casanova, aventureros, de Leopoldo Zamora Plowes, y El diablo de Semana Santa, de Salvador Rueda Smithers, entre otros.

Decenas de suicidios, destacando el del poeta Manuel Acuña; muertes por accidente, como el del caricaturista Constantino Escalante; secuestros, duelos de honor y otras fechorías. Tiempo de personajes que trascienden y se repiten a través de los tiempos y con otros rostros y nombres: el Chalequero, la Bejarano, el Barba Azul Xochimilca, la Chiquita, o Pachita la Alfa-jorera.

En la última década del XIX alcanza relevancia la obra de José Guadalupe Posada, que junto con el editor Antonio Vanegas Arroyo, publica sus famosas hojas volantes y su Gaceta callejera, en donde retrata los vicios que aquejan a la sociedad de entonces.

Para la conclusión de este periodo fue consultada una vasta bibliografía, en la cual destacan los libros de Heriberto Frías: Crónicas desde la cárcel y El último duelo; de Hernán Robleto, Crímenes célebres: desde el Chalequero hasta Gallegos. La delincuencia en México; de Guillermo Mellado, Belén por dentro y por fuera; la obra de Julio Guerrero, La génesis del crimen en México. Estudios de psiquiatría social; los libros de Fernando Medina Ruiz, Historias rojas, y de Isabel Quiñones, De don Juan Manuel a Pachita la Alfajorera; la trilogía criminalista de Carlos Roumagnac, en especial Matadores de mujeres, y sus memorias publicadas en el periódico El Nacional; la obra de Irma Lombardo, De la opinión a la noticia; la tesis de Alberto del Castillo, Entre la moralización y el sensacionalismo. El surgimiento del reportaje policiaco en la Ciudad de México en el Porfiriato

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Crímenes y horrores en el México del siglo XIX»

Mira libros similares a Crímenes y horrores en el México del siglo XIX. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Crímenes y horrores en el México del siglo XIX»

Discusión, reseñas del libro Crímenes y horrores en el México del siglo XIX y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.