Marcelo Raffin
Una de las líneas fundamentales del debate filosófico contemporáneo está constituida por los desarrollos de los problemas planteados por pensadores que se han expresado en lengua francesa y que han desempeñado su actividad intelectual, en general, en instituciones de educación superior, investigación o actividad académica, en ese país. Esos desarrollos , también en términos generales, han significado un valioso aporte en varios ámbitos del campo filosófico (pero también en otras áreas del conocimiento) y han p uesto en cuestión conceptos, herramientas y perspectivas de fuertes tradiciones de la filosofía moderna mediante la producción de nuevos elementos o la creación de nuevos abordajes que pretendi eron o bien colmar los aspectos problemáticos de las tradiciones que interpelaban o bien remplazar esas perspectivas. Así, entre otros, la filosofía france sa contemporánea se nutrió, por un lado, de una serie de desarrollos que discutieron con las tradiciones del hegeliano-marxismo y el posnietzscheanismo, al tiempo que produjo un conjunto de nuevas matrices dentro de las cuales destacan la fenomenología y el e structuralismo. El movimiento o las corrientes de debate y creación se desarrollaron a lo largo del siglo XX pero cobraron cuerpo particularmente a partir de la segunda posgu e rra con la discusión de las ideas heideggerianas en Francia, y, por su intermedio, de la recepción del pensamiento nietzscheano aunque también de otros pensadores y tradiciones de lengua alemana, y se prolongaron en desarrollos específicos de la tradición heg e liano-marxista, fuertemente estimulada por el auge de las tendencias a la movilización y la radicalización políticas de los años 50’ y 60’, así como por la generación de perspectivas inéditas como el estructuralismo (donde es im posible soslaya r como gesto inicial las ideas de Lévi-Strauss en su periplo por Brasil) o, en discusión con el existencialismo y la vertiente heideggeriana y “alemana”, la fenomenología. De este modo, vemos desarrollarse todo un conjunto de pensadores que ponen en cuestión las bases y los presu puestos sobre los que discutió la filosofía moderna, tanto de lo que se puede denomina r la primera modernidad (siglos XVII y XVIII) como de la modernidad avanzada del siglo XIX con la cristalización del modelo de sociedad burguesa. Fuerte cuestionamiento del humanismo, crítica del binomio cuerpo-alma y de los límites y la “pureza” del conocimiento, puesta en entredicho del gran relato de la Historia y del papel desemp e ñado por el poder, descentramiento de la soberanía del sujeto moderno y de las nociones de mismidad y diferencia, conmoción de la idea de verdad única y excluyente y de las formalizaciones del mundo y de la vida operadas por el lenguaje, que constituyen otras tantas de las expresiones y los gestos de estos movimientos del pensamiento filosófico que llevan la marca de la crítica pero también las del trauma de la Segunda Guerra y el nazismo, del co n texto de la Guerra Fría, de la descolonización y los movimientos de liberación y las discusiones con las herencias, no solo ideológicas sino de las experien cias concretas , de la derecha y la izquierda, de sus aciertos y sus fracasos. Así, siguiendo senderos que se bifurcan pero también se entrecruzan, a parecen los nombres de Maurice Merleau-Ponty, Jean-Paul Sartre, Gaston Bachelard, Simone de Beauvoir, Claude Lévi-Strauss, Jacques Lacan, Georges Bataille, Jules Vuillemin, Roland Barthes, Michel Foucault, Jacques Derrida, Jean-François Lyotard, Gilles Deleuze, Étienne Balibar, Claude Lefort, Jea n Baudrillard, Antonio Negri, Giorgio Agamben, Roberto Esposi to, Jacques Rancière, Miguel Abensour y Alain Badiou para citar solo algunos de los nombres de mayor relevancia en este línea de debate de la filosofía contemporánea. Es a e ll a a la que generalmente se suele adscribir el nombre de “filosofía francesa contemporánea” aludiendo, según el caso, a los di stintos elementos que justifican tal denominación.
El libro colectivo La filosofía francesa en debate. Discusiones epistemológicas en torno a sus problemáticas contemporáneas, aborda diversas expresiones de esa línea filosófica desarrolladas en un conjunto de trabajos realizados por profesores e investigadores que se propusieron discutir algunos de los desarrollos de esa línea.
En “Confiabilismo evolucionista y positivismo fenomenológico. Sobre la tensión entre estrategias empíricas y de principio en la respuesta al escepticismo epistemológico”, el primero de los capítulos que abre la discusión en el orden de presentación del libro, Claudio Cormick relee los trabajos de Merleau-Ponty desde la perspectiva de los debates que tienen lugar actualmente en el seno de la epistemología anglosajona. Específ i camente, Cormick se propone estudiar la relación entre dos estrategias tendientes a establecer la confiabilidad de las capacidades cognitivas humanas. Uno de esos enfoques es la propuesta de una fundamentación empírica de tal fiabilidad, que el autor encuentra en el denominado confiabili s mo evolucionista propugnado por filósofos como Quine y Fodor. La otra propuesta es un enfoque ya no empírico sino de principio, según el cual debemos presuponer, al margen de la evidencia científica, que nuestras capacidades cognitivas son fiables. Habida cuenta de la coexistencia de ambos tipos de respuesta, que vuelve sobredeterminada la cuestión de por qué podemos confiar en nuestros ren dimientos cognitivos, Cormick intenta saldar el conflicto entre estos abordajes.
Los trabajos de Merleau-Ponty son revisitados en el siguiente capítulo, “La fundamentación temporal de la espacialidad en Sein und Zeit a partir del análisis merleaupontyano del tiempo y el espacio”, en el que Mario Martín Gómez Pedrido se ocupa de releer la producción merleau-pontyana en diálogo con la fundamentación de la espacia lidad desplegada en el seno de la fenomenología hermenéutica de Martin Heidegger. En este sentido, Gómez Pedrido enfatiza que si bien en Sein und Zeit (1927) Heidegger expl i cita que el espacio entendido como “paraje” (Gegend) no es un fenómeno origin a rio y debe ser fundamentado temporalmente, también aclara que no se puede concebir como una mera derivación de la temporalidad originaria extático horizontal, sino que debe hallarse en una relación de acoplamiento con ella. El artículo indaga, entonces, tres aspectos en torno de esta tesis de Heidegger. En primer lugar, cuáles son las razones por las cuales pese a este señalamiento, Heidegger no desarrolla en Sein und Zeit