Keith McLellan tuvo la generosidad de proporcionar al editor su bibliografía de los escritos de Eric Hobsbawm (hasta febrero de 2010). Andrew Gordon, el agente de Eric en David Higham Associates, junto con sus asistentes Marigold Atkey y David Evans, emprendieron la digitalización de muchos de los textos. En Little, Brown, Zoe Gullen preparó el libro para la publicación y Sarah Ereira compuso el índice.
Introducción
Eric y América Latina
por L ESLIE B ETHELL
En su autobiografía Años interesantes. Una vida en el siglo XX , bien y donde se sentía como en casa, era América Latina.
Eric se había sentido atraído por América Latina inicialmente más de cuarenta años antes por su potencial para la revolución social. Luego del triunfo de Fidel Castro en Cuba en enero de 1959, y más todavía luego de la derrota del intento de los Estados Unidos por deponer a Castro en abril de 1961, «no hubo en Europa ni en Estados En una introducción inédita a un libro sobre las revoluciones en el siglo XX , Eric escribió (en enero de 1967):
La segunda guerra mundial produjo una suerte de reacción en cadena de movimientos de liberación revolucionarios […] El movimiento de liberación finalmente comenzó a avanzar en el imperio informal de la potencia capitalista sobreviviente más grande y más poderosa, entre los países nominalmente independientes, pero en la práctica semicoloniales, de América Latina. En este caso, los movimientos revolucionarios no lograron desarrollarse más allá de guerras civiles anárquicas (como en Colombia luego de 1948) o tener éxito en las circunstancias bastante excepcionales de Bolivia (1952). Sin embargo, la victoria de Fidel Castro en Cuba (1959) pronto crearía el primer régimen socialista en el continente americano, y abriría allí una época de agitación que todavía no ha concluido [cursiva del editor].
Fue sobre todo la expectativa, o la esperanza, de que habría una revolución social, o al menos un cambio social importante, en especial en Perú y Colombia, brevemente en Chile, luego en América Central y en Venezuela, finalmente en Brasil, lo que mantuvo el interés de Eric en América Latina durante las décadas siguientes.
Como miembro del Partido Comunista de Gran Bretaña [PCGB] desde sus días de estudiante en Cambridge, a finales de la década de 1930, el verano de 1960, Eric visitó
En abril de 1961, junto con Kenneth Tynan, el crítico de teatro, movilizaron a la crema y la nata para firmar una carta a The Times que denunciaba la agresión
Curiosamente, aparte de un puñado de observaciones en una crónica entretenida en el Times Literary Supplement [TLS] del Congreso Cultural de La Habana de 1968, una reunión heterogénea de quinientos intelectuales de la nueva izquierda internacional de setenta países, y unas pocas páginas en Historia del siglo XX , Más aún, como veremos, Eric fue un crítico feroz de los movimientos guerrilleros que la revolución cubana inspiró en la región y más allá.
El 31 de octubre de 1962 Eric inició su primer viaje a América Latina continental, una visita de tres meses a Brasil, Argentina, Chile, Perú, Bolivia y Colombia. había sucedido solo en décadas recientes. Por lo tanto, él esperaba encontrar en América Latina no solo «muchos movimientos arcaicos genuinos» sino también «combinaciones de lo superficialmente moderno con lo arcaico». Estas combinaciones eran, desde su perspectiva, malinterpretadas siempre:
[…] como cuando se describió el movimiento de Gaitán como «liberal» porque resultó que su
Tras regresar a Londres, entre abril y julio de 1963, Eric publicó una serie de artículos en Labour Monthly, New Society, Listener (los textos de dos emisiones para el Third Program de la BBC) y World Today (sobre la base de un para la revolución social si esta se organizaba y dirigía de manera adecuada.
Le impresionaba en especial el potencial para la revolución de los movimientos campesinos en Perú y, principalmente, en Colombia, que eran «virtualmente desconocidos en el mundo exterior». Desde finales de la década de 1950 y con su punto máximo a comienzos de la de 1960, las sierras centrales y del sur de Perú habían sido testigos de la mayor insurrección y movilización política de los campesinos indígenas desde la rebelión de Túpac Amaru al final del período colonial. «Si existe un país que está listo para, y necesita, una revolución social», escribió Eric, «es Perú». En Colombia, de manera excepcional en América Latina, se había estado