Primera edición, 2015
Primera edición electrónica 2015
DR © J AIME R OS B OSCH
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Pedregal de Santa Teresa, 10740 México, D.F.
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DR © U NIVERSIDAD N ACIONAL A UTÓNOMA DE M ÉXICO
Ciudad Universitaria, 04510 México, D.F.
ISBN (versión impresa) 978-607-462-790-9
ISBN (versión electrónica) 978-607-462-883-8
Libro electrónico realizado por Pixelee
ÍNDICE
A Marta, por su insistencia,
y a Gabriel, con la esperanza
de que cuando crezca
no tenga que seguir insistiendo
en lo mismo
PREFACIO
En un libro anterior, Algunas tesis equivocadas sobre el estancamiento económico de México, argumenté que las tesis que inspiran la agenda actual de reformas para el crecimiento están en gran medida equivocadas, en el sentido de que varias de estas reformas pueden tener virtudes, pero lograr un mayor crecimiento no es una de ellas. De acuerdo con ese libro, la causa próxima más importante del bajo crecimiento es una tasa baja de acumulación de capital y no el estancamiento de la productividad total de los factores, que es más bien una consecuencia endógena de la lenta formación de capital físico. El libro apunta también a los principales factores que están detrás del estancamiento: los bajos niveles de inversión pública —asociados a una baja carga fiscal—; la reducida inversión en infraestructura en particular; el crédito bancario escaso y caro junto con el desmantelamiento de la banca de desarrollo; la adopción de una política fiscal procíclica y de una política monetaria que tiende a apreciar el tipo de cambio real, y el abandono de la política industrial.
El libro anterior no desarrolla, sin embargo, un diagnóstico alternativo propiamente dicho del lento crecimiento ni profundiza en sus posibles soluciones. El presente trabajo intenta remediar esas limitaciones. Su tesis central es que desde hace ya tres décadas la economía mexicana se encuentra en una trampa de lento crecimiento. Se trata de una trampa en el sentido de que el propio lento crecimiento interactúa con sus determinantes para mantener la estabilidad de un “equilibrio de bajo nivel de crecimiento”. También a diferencia del anterior, este libro es propositivo. Ante las perspectivas mediocres de la economía mundial, el “estancamiento secular” de la economía norteamericana en la actual década y la formidable competencia de China y otros países del este de Asia en los mercados mundiales de manufacturas, aboga por una reorientación de la estrategia de desarrollo que le otorgue un papel más activo al Estado y fortalezca el mercado interno con políticas redistributivas.
El libro se ha visto enriquecido por numerosas contribuciones. Agradezco la excelente ayuda de investigación de Javier Castellón, Claudia Córdova, Luis Ángel Monroy Gómez Franco y Víctor Vidal. Varios colegas y amigos comentaron versiones del manuscrito o de otras maneras contribuyeron a mejorar su contenido: Javier Alejo, Roberto Cabral, Raymundo Campos, Santiago Capraro, Rolando Cordera, Gerardo Fujii, Fausto Hernández Trillo, Carlos Ibarra, David Ibarra, Santiago Levy, Cassio Luiselli, David Maldonado, Emilio Ocampo, Ignacio Perrotini, Richard Salvucci, Claudia Schatán, Carlos Tello y Ángel de la Vega. El libro se benefició también de las reacciones y preguntas de mis estudiantes de Economía Mexicana II en la Facultad de Economía de la UNAM , ante quienes lo expuse mientras lo iba terminando. Alejandra Adoum, Eugenia Huerta y Antonio Bolívar me apoyaron con una excelente revisión editorial. Mi agradecimiento va también a la Facultad de Economía y a su director, Leonardo Lomelí, por el apoyo recibido durante su elaboración, y a El Colegio de México, en particular a su presidente Javier Garciadiego por su apoyo y a Francisco Gómez y su equipo por una excelente y pronta labor de edición y producción.
NOTA AL PIE
Publicado por El Colegio de México y la UNAM en 2013.
INTRODUCCIÓN
¿Qué factores han impedido que México salga del estancamiento económico en que ha estado sumido durante las últimas tres décadas? Como lo he argumentado en otros trabajos (véase, en particular, Ros, 2013a), la causa próxima más importante del lento crecimiento es una baja tasa de acumulación de capital tanto público como privado. El problema de una tasa de acumulación de capital insuficiente puede verse a su vez como el resultado de un desalineamiento entre, por un lado, la tasa de rentabilidad de las nuevas inversiones y, por otro, la tasa de interés real (o de manera más general las condiciones de financiamiento de la inversión). La segunda es demasiado alta en relación con la primera como para generar la tasa de acumulación de capital necesaria para reducir en el tiempo el subempleo. Es en ese sentido que la tasa de acumulación de capital es insuficiente: la tasa a la cual la demanda efectiva y la capacidad productiva crecen al mismo ritmo es inferior a la tasa determinada por el crecimiento de la fuerza de trabajo y el progreso técnico potencial. O bien, si las dos tasas se igualan lo hacen con un nivel de subempleo y emigración de la fuerza de trabajo socialmente indeseables.
Hay varias circunstancias que influyen en este desalineamiento. Primero, por el lado de la tasa de rentabilidad de las nuevas inversiones hay varios factores que resultan particularmente relevantes. Un primer factor que afecta directamente a la tasa de inversión total e indirectamente también a la inversión privada por su efecto en la rentabilidad de nuevas inversiones, se refiere a niveles de inversión pública muy bajos. El origen de este problema es que el necesario ajuste fiscal que siguió a la explosión del gasto público en 1981 y a la crisis de la deuda de 1982 se hizo mediante una brutal contracción de la inversión pública. En la actualidad la inversión pública (4.3% en 2013) es del orden que prevalecía al final de la década perdida (1989-1991) y sigue estando muy por debajo (en aproximadamente 7 puntos porcentuales) de los niveles previos al ajuste de la crisis de la deuda. Como resultado de la reducción de la inversión pública, a mediados de los años 2000, la mexicana era, entre las mayores economías latinoamericanas, la que menos invertía en infraestructura como porcentaje del PIB (véase el capítulo I de este libro).
Otro factor que afecta la rentabilidad de las nuevas inversiones es el peso fuerte, una tendencia recurrente hacia la apreciación del tipo de cambio real. En una economía tan abierta como lo es hoy la mexicana, un tipo de cambio real apreciado es extremadamente adverso al desarrollo económico. Esto es así porque, al modificar los precios relativos a favor de los bienes no comerciables, un tipo de cambio real apreciado reduce la rentabilidad de la inversión privada en sectores de bienes comerciables de la economía y promueve la reasignación de recursos en contra de esos sectores. Estos sectores —la industria manufacturera en particular— cumplen un papel decisivo en el proceso de crecimiento por varias razones que hacen que la productividad se expanda en ellos endógenamente con la inversión y la producción, y en los que fallas de mercado (externalidades de información y coordinación) llevan a una inversión subóptima. Como se argumenta en Ros, 2013a y más ampliamente en el capítulo V de este libro, la tendencia al peso fuerte es en parte resultado de la política monetaria y cambiaria que sigue el Banco de México (o banco central) y de su mandato único de preservar la estabilidad del poder de compra de la moneda. A los factores anteriores cabe agregar el desmantelamiento de la política industrial que redujo bruscamente los incentivos a la inversión en la industria manufacturera (véase el capítulo IV ) y los bajos salarios reales que limitan el mercado interno y con ello la inversión en los sectores que producen para éste (véase el capítulo VI ).
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