ABREVIATURAS
AD American Druggist (Nueva York); American Druggist and Pharmaceutical Record
add. addendum
AGN Archivo General de la Nación, Archivo Histórico, Lima
an. annex, anexo
app. apéndice
ARE Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Lima
ARH Archivo Sub-Regional del Huánuco, Archivo Departamental, Huánuco
BAM Boletín de la Academia Libre de Medicina, Lima
BAR Bulletin of the Bureau of American Republics
BII Bulletin of the Imperial Institute, Londres
BMF Boletín del Ministerio de Fomento del Perú
BMI Bulletin of Miscellaneous Information, Royal Botanic Gardens, Kew
BN Bulletin on Narcotics, Naciones Unidas
BNP Biblioteca Nacional del Perú, Sala de Investigaciones, Lima
BRE Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú
BSG Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima
BSP Boletín de Dirección de Salubridad, Salud Pública y Asistencia Social (distintos títulos), Perú
CD Chemist and Druggist, Londres
CM La Crónica Médica, Lima
DEA Drug Enforcement Administration Library and
Information Center, Arlington, Va.
VF Vertical Files (subjects)
Dept. Departamento
EC El Comercio (Lima)
e-com. Comunicación electrónica
EH El Huallaga (Huánuco)
EP El Peruano (Lima)
exp. expediente
FBN Federal Bureau of Narcotics (o BNDD, 1960s)
GL Guía Lascano del Perú
GML Gaceta Médica de Lima
INPL Interpol
lg. legado
LN Liga de Naciones
MEC Memoria del Estanco de la Coca (ENACO), en Perú, Caja de Depósitos y Consignaciones
MHP Memorias de Ministerio de Hacienda del Perú (el título varía)
MM El Monitor Médico, Lima
MP Memorias de Prefecturas
MR Manuscritos Republicanos
ms. manuscrito
NA Archivos Nacionales de EE. UU.
NA - ARCHIVOS NACIONALES
RG59, LOT Department of State, LOT Files (Office Subject Files)
RG59, M155 Departamento de Estado, Despatches from U. S. Consuls in Callao
RG59, SN Departamento de Estado, Subject-Numeric Files
RG170, 0660 Federal Bureau of Narcotics, Subject Files
D/B Drugs, Beverages
NMJ New York Medical Journal
NYT New York Times
OAC Advisory Committee on Traffic in Opium and Other Dangerous Drugs (Opium Advisory Committee)
ODR Oil, Paint, and Drug Reporter, New York
oral-com. oral communication
PCOB Permanent Central Opium Board
Pref. Prefecturas
PRO, FO Public Record Office, Registros de Foreign Office, London
Prot. Protocolos
RA La Riqueza Agrícola, Lima
RG record group
RM La Reforma Médica, Lima
TG Therapeutic Gazette, Detroit
UN Naciones Unidas
CND Commission on Narcotic Drugs
ECSOC Economic and Social Council
TODD U. S. Treasury Department, Traffic in Opium and Other Dangerous Drugs, annual reports
VA La Vida Agrícola, Lima
AGRADECIMIENTOS
Al escribir la historia académica de la cocaína, a lo largo de los años he sido objeto muchas veces de bromas amistosas por parte de amigos y colegas. Es que la cocaína es algo verdaderamente interesante, y no solo para los millones de personas cuyas vidas, para bien o para mal, fueron tocadas por ella desde los años 70. Pero lo que para mí comenzó siendo una especie de continuación de mis “estudios de mercancía” —mis trabajos anteriores trataban sobre el guano de Perú en el siglo XIX— se convirtió pronto en una línea de investigación adictiva. Además de lo poco que se sabe acerca de la cocaína en la historia, incluso en comparación con otras drogas psicoactivas populares, los estudios sobre drogas en tanto campo ofrecen posibilidades ilimitadas a la exploración intelectual. Durante la última década, he sido capaz de indagar en procesos a lo largo de todo el mundo, dadas las conexiones globales cruciales de drogas como la cocaína, y he deambulado por campos que apenas había transitado antes: la Etnobotánica, la Sociología del crimen, la Historia de la medicina, la Historia de la diplomacia, la Psicofarmacología, la Antropología del consumo y los Estudios culturales. También recogí algunas historias memorables en mis diarios mientras buscaba nuevos archivos sobre la cocaína. En una ocasión encontré muestras de prueba genuinas (aunque con siglos de antigüedad) de cocaína en un almacén británico que permanecerá anónimo; más adelante, quedé atrapado en el calabozo del Director de la Sociedad de Croatas, a quien esperaba entrevistar para preguntar sobre sus ancestros productores de drogas. Hubo viajes en tren al amanecer hacia el amigable archivo corporativo de Merck en Nueva Jersey y vuelos sobre los Andes en transportes rusos desvencijados, y en los jets de negocios igualmente escalofriantes de la compañía AeroContinente para explorar el perdido pueblo serrano de Huánuco en Perú. Tal vez el momento más raro de todos fue cuando copiaba frenéticamente documentos de los mapas con chinches en medio de los cubículos de las oficinas de la DEA en Virginia. En las palabras de uno de los principales defensores de la cocaína en los años 70, “qué viaje largo y extraño” ha sido esta investigación.
Durante los días de oro de la cultura norteamericana de la cocaína a fines de los años 70 y principios de los 80, yo era un esclavizado estudiante de grado, así que, a decir verdad, no tenía ni el tiempo ni el dinero ni la inclinación para permitirme participar de esa larga fiesta. No estoy seguro de que ese desapego haga necesariamente “más objetiva” mi investigación, porque además soy capaz de admitir que soy un hijo de los años 60, de los símbolos de la paz y esas cosas, y que si guardo algún prejuicio en relación a la cocaína se trata de un prejuicio negativo. La cocaína representaba la cultura nueva y ostentosa que ahogó, al ritmo de la música disco, los acordes más dulces de mi juventud. Dicho esto, durante los últimos años de mi investigación encontré que la historia de la cocaína era mucho más interesante y compleja que la historia de “una droga mala”. Si hay algún hilo moralista que recorre este libro es que, más que las características inherentemente buenas o malas de la droga, o si nos gusta o no, lo que importa es la relación más larga y amplia que tenemos con esta droga (incluyendo la autodestructiva “guerra de la droga” que, a raíz de la cocaína, mantiene nuestro gobierno contra los Andes y las minorías que viven allí). En tanto sociedad, debemos trabajar en volver más madura la relación que nos une con este producto de tierras lejanas.
Realmente hay bastante pocos libros sobre la cocaína en el mercado o juntando polvo: estudios periodísticos, libros de divulgación y textos básicos de aprendizaje, algunos de los cuales ofrecen bocadillos del trasfondo histórico de la cocaína. No todos son inútiles para los estudiosos, aunque ninguno en realidad se base en un trabajo de archivo genuino y novedoso. Los lectores deben saber que este libro definitivamente no es uno de esos libros populares sobre drogas, si bien rebosa de historias fascinantes e importantes. Lo que me mueve aquí es el objetivo académico de presentar nuevos datos y nuevas narrativas desde las perspectivas críticas de profesores universitarios como yo, que trabajamos en las fronteras entre la historia académica y las Ciencias Sociales. Este libro, espero, será un antídoto para aquellos relatos tan difundidos y mayormente superficiales sobre la cocaína. Hacia el final, para aquellos lectores curiosos o especializados, incluyo un trabajo bibliográfico sobre el nuevo campo de estudios que existe sobre la historia de la cocaína, todavía pequeño pero serio.
Hay mucha gente a la que tengo que agradecer (o culpar) por haber alimentado mi interés en las drogas. En Perú, Patricia Wieland, Pierina Traverso, Julio Cotler, Miguel León, Richard Kernaghan, y sobre todo Enrique Mayer y Marcos Cueto ayudaron de maneras diversas. Los académicos Francisco y Jorge Durand, y Ricardo Soberón, me hablaron acerca del antiguo involucramiento de sus familias con la cocaína. Los equipos de la Biblioteca Nacional del Perú, el Archivo General de la Nación, la Escuela de Medicina de San Marcos y el Archivo Provincial de Huánuco fueron todos muy profesionales y amables. El difunto Félix Denegri Luna me permitió usar su vasta biblioteca personal (ahora en la Universidad Católica), como lo hizo el Maestro Manuel Nieves con su exótica colección de periódicos regionales de Huánuco. Un puñado de ancianos huanuqueños también compartió conmigo sus relatos personales sobre la cocaína. Algunos especialistas en el Perú —Paulo Drinot, Shane Hunt, Nils Jacobsen, Carmen McEvoy, Alfonso Quiroz, Nuria Sala i Vila— posiblemente hayan olvidado la ayuda que me dieron. En otros lugares del mundo, Joseph Spillane y Michael Kenney (en los Estados Unidos), Marcel de Kort (Holanda), Laurent Liniel (Francia), Tilmann Holzer (Alemania), Luis Astorga (Mexico), Daniel Palma y Marcos Fernández Labbé (Chile), Jyri Soininen (Finlandia), Mary Roldán (Colombia), Silvia Rivera (Bolivia) y mi colega especialista en Bolivia, Brooke Larson, me dieron una perspectiva internacional. Algunos colegas que contribuyeron a mi volumen