Agradecimientos
E ste libro ha pasado una década en fase de elaboración y me ha llevado a viajar a todos los rincones del planeta. El sobrecogedor sentimiento que me dejó fue que, a juzgar por cómo trata a la familia humana, nuestro mundo está en graves aprietos. Pero allá donde he ido me ha llenado de esperanza ver a individuos y a grupos valientes y luchadores resistiéndose a la violencia y la desgracia infligidas por la maquinaria económica y militar liderada por Estados Unidos. Desde Palestina hasta Honduras y desde Sudáfrica hasta Haití, quisiera dar las gracias a todas las personas que compartieron conmigo su fe en la lucha contra las adversidades, a menudo poniéndose en peligro. Han mostrado determinación ante un sistema ideológico que no se cansa de decirles que el dolor que sufren es por su bien. Gracias por combatir el poder y las mentiras.
Soy miembro del Centre for Investigative Journalism (CIJ), un lugar de ensueño para trabajar. El CIJ es una institución dedicada a promover un periodismo crítico e indagador cada vez menos frecuente en los medios de comunicación. Concretamente su director, Gavin MacFadyen, ha sido una fuente de inspiración por su pasión y valentía a la hora de apoyar a periodistas e informadores que trabajan en un entorno complicado. Él es el paradigma de lo que debería ser un periodista. En el CIJ también he tenido la suerte de trabajar codo a codo con Claire Provost, una magnífica periodista de investigación. Asimismo, el apoyo de la Bertha Foundation me ha permitido hacerme cargo de reportajes polémicos y concentrarme en el tipo de periodismo que más adoro. En Zed Books, Kika Sroka-Miller me ayudó con brillantez a dar forma a las ideas y la estructura del libro, conque debo agradecérselo muchísimo. También en Zed Books, Jonathan Maunder y Dan Och hicieron infinidad de agudas sugerencias impagables para dar forma al libro. Janet Law realizó una corrección severa y rigurosa del texto. Como seguramente les sucede a millones de personas de todo el mundo, Noam Chomsky ha sido la persona más influyente en mi evolución política e intelectual. Desde que era estudiante de Periodismo, en mitad de mi despertar a la política, ha respondido a mis preguntas durante muchos años con coherencia, paciencia y una intuición inquebrantable. He bromeado muchas veces con mi familia asegurando que era más probable que recibiera respuesta a un correo electrónico enviado a Chomsky que a otro remitido a mi propia madre (era cierto). Gracias por todo, profesor.
Este libro está dedicado a Ana, mi alma gemela y compañera de rebeldía. Buena parte de los reportajes que contiene se han hecho con ella o gracias a ella. Habría sido imposible sin su estímulo, su ayuda sobre el terreno y su compañerismo y amor. Ha sido en diálogo con ella como adquirieron forma muchas ideas de este trabajo. El libro está dedicado también a Chelsea Manning, la heroína de nuestra generación. Ella sola, con un inmenso coste personal, ha cambiado el curso de la historia y nos ha ofrecido una perspectiva histórica de cómo es la verdadera mecánica del poder tal como la esgrime el país más poderoso del mundo. La historia la juzgará con benevolencia, pero hoy por hoy sigue sufriendo. Eso debería acabarse de inmediato. Sus homólogos en la revelación de informaciones, Edward Snowden, Jesselyn Radack, Thomas Drake, William Binney y John Kiriakou, entre otros muchos, también me han servido de inspiración con su valor y su ejemplo.
Judy y Peter, mis padres, me proporcionaron las herramientas para que pensara con libertad y me han apoyado en los años que he tardado en tratar de comprender el mundo tal como lo presento en este libro. Habría sido una labor apabullante de no haber sabido que me respaldaban y creían en lo que estaba haciendo. El ejemplo que me han dado con sus vidas me ha ayudado mucho a resistir las tentaciones del mundo empresarial, al que me asomé con tristeza durante un breve periodo. Mi hermano ha sido un apoyo continuo y ha creído siempre en mí. Gracias, Dan. Luchar contra fuerzas que, a veces, parecen inevitables puede resultar desesperanzador, pero he gozado de la bendición de contar con familiares y amigos de la infancia (y algunos más recientes) que siempre me han hecho reír y me han recargado de energía. Gracias a Harry, Frankie, Dave, Tom, Billy, Patrick, Jack, Declan, Luke, Jake, Dave C., Ellie, Nick T., Ishmail, Sepak, Al D., Ivor, Adam, Lex, Shane, Stuart, Chris, Charlie, Watson, Whybrow, Loz, Dan J., Eugene, Alicia, Lucia, Pati, Nick, Pilar, Suey, mi abuela Mary, William, Lucy, Camilla, Hugh y Ralph.
Aunque este libro no habría existido sin las personas citadas, ninguna de ellas es responsable de lo que hay impreso en las páginas siguientes.
Para Ana, que lo escribió conmigo, y para Chelsea Manning, por ayudarnos a conocer la verdad
«He pasado treinta y tres años y cuatro meses en el servicio militar activo y, durante todo ese periodo, la mayor parte del tiempo he hecho de sicario de primera para los grandes negocios, Wall Street y los banqueros. En resumen, he sido un extorsionista, un gánster del capitalismo. En 1914 contribuí a ganar las simpatías de México y, sobre todo, de Tampico para los intereses petroleros estadounidenses. Contribuí a que Haití y Cuba fueran un lugar decente para que los chicos del National City Bank recaudaran ingresos allí. Contribuí a violentar media docena de repúblicas centroamericanas en beneficio de Wall Street. Entre los años 1902 y 1912 contribuí a depurar Nicaragua para la International Banking House de los hermanos Brown. En 1916 llevé la luz a la República Dominicana en nombre de los intereses azucareros estadounidenses. En 1903 ayudé a pacificar Honduras en beneficio de las empresas fruteras estadounidenses. En 1927, en China, contribuí a ocuparme de que Standard Oil prosperara sin obstáculos. Volviendo la vista atrás, creo que podría haber dado unos cuantos consejos a Al Capone. A lo máximo que él llegó fue a imponer sus chanchullos en tres distritos. Yo actué en tres continentes.»
Discurso pronunciado en 1933 por
el general Smedley Butler, que falleció siendo
el marine estadounidense más condecorado
de la historia de Estados Unidos
extorsión. f., coloq. Trampa, conspiración deshonesta; en la actualidad, suele ser un plan para obtener dinero, etcétera, por medios fraudulentos o violentos; forma de delito organizado. gen. Actividad, forma de vida, negocio.
Diccionario de Inglés de Oxford
Epílogo
N uestro mundo está gobernado por la extorsión. Esta extorsión está constituida por una amalgama de agentes diversos, entre los que se encuentran empresas transnacionales, bancos, fondos financieros de inversión y compañías de seguros; en realidad, las muy dispares concentraciones de riqueza privada existentes en nuestra sociedad. Raras veces conocemos el nombre de las personas que gestionan estas instituciones, pero detentan el poder real en nuestro mundo y están respaldadas por el gobierno estadounidense y, como último recurso, por el ejército estadounidense. Pero la extorsión no es nada sin los medios de comunicación. Los medios de comunicación confieren apariencia de moralidad a las trapaceras acciones de esta red y mantienen las potentes ideologías mediante las cuales los robos de los ricos a los pobres se traducen en proyectos formulados para los pobres del mundo. Tras la publicación de la primera edición de La extorsión, algunos curiosos me preguntaron por qué, si lo que yo decía era cierto, esta élite más parecida a una mafia actuaba impunemente con tanta facilidad y nadie parecía enterarse de lo que de verdad sucedía. La respuesta reside en los medios de comunicación; así que en este epílogo trataré de mostrar cómo funcionan en la práctica.
Para empezar, la consideración más importante es que los medios de comunicación, como es natural, son propiedad de la extorsión, de modo que no puede sorprendernos que reflejen las prioridades de la extorsión. En Estados Unidos, seis empresas son propietarias del 90 por ciento de los medios de comunicación.