Abreviaciones
Abreviaciones
AAN: | Archiwum Akt Nowych, Varsovia |
AGMAV: | Archivo General Militar de Ávila, Ávila |
AHN: | Archivo Histórico Nacional, Madrid |
BL: | Biblioteca Británica, Londres |
BNE: | Biblioteca Nacional de España, Madrid |
CDMH: | Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca |
HIL: | Hoover Institution Library, Universidad de Stanford, California |
IISH: | Instituto Internacional de Historia Social, Ámsterdam |
IWM: | Imperial War Museum, Londres |
LoC: | Biblioteca del Congreso, Washington |
MML: | Marx Memorial Library, Londres |
NA: | Archivos Nacionales, Kew, Londres |
NYPL: | Biblioteca Pública de Nueva York, Nueva York |
PR: | Pavelló de la República, Barcelona |
RGASPI: | Rossiiski Gosudarstvenni Arjiv Sotsialno-Politeskoi Istorii (Archivo Estatal Ruso de Historia Politicosocial), Moscú |
SAPMO: | Stiftung Archiv der Parteien und Massenorganisationen der DDR im Bundesarchiv (Fundación de los Archivos de los Partidos Políticos y Organizaciones de Masas de la RDA en el Archivo Federal), Lichterfelde, Berlín |
SM: | Severiano Montero, biblioteca digital personal del expresidente de la |
AABI: | Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (ejemplar del autor) |
TL: | Biblioteca Tamiment, Universidad de Nueva York, Nueva York |
WU: | Universidad de Warwick, fondo digital |
Agradecimientos
Agradecimientos
Los historiadores, al igual que los científicos, se sientan en los hombros de los gigantes que los han precedido. Y eso, desde luego, es válido para los historiadores de la Guerra Civil. Deseo expresar una deuda especial con Paul Preston, Richard Baxell y Peter N. Carroll —tres historiadores que han sido generosos con su tiempo y con su conocimiento de las Brigadas Internacionales y la guerra—. Los dos primeros tuvieron la amabilidad de leer en parte o en su totalidad los primeros borradores de este libro, junto con Severiano Montero, expresidente de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI) en Madrid, y probablemente la persona que mejor conoce las Brigadas Internacionales. Katharine Scott y Walter Donohue fueron, una vez más, los primeros lectores; su dedicación ha sido inmensa y sus contribuciones, cruciales. Estoy muy agradecido a todos por su tiempo y sus ideas. Cualquier error que quede es responsabilidad mía. También lo es la interpretación de los acontecimientos que rodean a este singular ejército transnacional en una de las guerras más polémicas del siglo XX.
La lista de estudiosos de la Guerra Civil es demasiado larga para reproducirla aquí, pero hay que reconocer la aportación de dos historiadores anteriores de las Brigadas Internacionales: Andreu Castells y Rémi Skoutelsky. Sus obras —publicadas en 1974 y 2006, respectivamente, y nunca traducidas al inglés— siguen siendo fundamentales. Por lo demás, solo un puñado de historiadores serios han abordado el tema desde una perspectiva de conjunto. En inglés, Comintern Army (1982), de R. Dan Richardson, al igual que International Brigades, de Vincent Brome, y Legions of Babel, de Verle Bryant Johnston, escritas ambas en los años sesenta, poseen unos recursos limitados. En Fallen Sparrows (1994), Michael Jackson llevó a cabo un elocuente análisis de 140 páginas del estado de la cuestión. Su descripción de las Brigadas Internacionales es memorable: «Uno de esos misterios en los que nadie sabe realmente las respuestas a las preguntas ingenuas que se plantea». La apertura de los archivos de la Comintern en Moscú ha cambiado eso en cierta medida. He tenido la suerte de que la parte de los archivos correspondiente a las Brigadas Internacionales esté actualmente disponible en línea, lo que permite llevar a cabo una investigación más exhaustiva que nunca. Quiero expresar, pues, un especial agradecimiento al Archivo Estatal Ruso de Historia Sociopolítica (RGASPI). También quiero dar las gracias al personal de las bibliotecas y archivos que visité, entre ellas: el Archiwum Akt Nowych (AAN), de Varsovia; el Instituto Internacional de Historia Social (IISH), de Ámsterdam; el Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), de Salamanca; el Archivo General Militar de Ávila; la biblioteca del CRAI del Pavelló de la República en Barcelona; la Biblioteca Nacional y el archivo fotográfico de EFE en Madrid; el Imperial War Museum, la Biblioteca Británica y la Marx Memorial Library de Londres; la Tamiment Library de la Universidad de Nueva York; la división de Manuscritos y Archivos de la Biblioteca Pública de Nueva York; y, por último, la Hoover Institution de la Universidad de Stanford, en Palo Alto. Matilde López Aguerre me entregó documentos familiares sobre los uruguayos durante mi estancia en Montevideo.
Las instituciones estatales españolas mantienen los archivos abiertos al público y, en la medida de lo posible, en línea. Su portal PARES, el Centro de Estudios y Documentación de las Brigadas Internacionales (CEDOBI) de la Universidad de Castilla-La Mancha en Albacete y el Sistema de Información Digital sobre las Brigadas Internacionales (SIDBRINT) de Lourdes Prades y Teresa Abelló de la Universidad de Barcelona han sido claves. Me basé en la transcripción al español del material del Bundersarchiv de Berlín llevada a cabo por Isabel Esteve, quien tuvo la gentileza de autorizarme a usar su trabajo.
Persisten numerosas lagunas en la historia militar de batallas importantes. Un puñado de revistas españolas llena el vacío, en especial Ebre 38 y la Revista Universitaria de Historia Militar (RUHM). Los historiadores locales, individual o colectivamente, llevan a cabo gran parte de las mejores investigaciones en este campo. Estoy agradecido a José Antonio Zarza, Antonio Morcillo, Ken O’Keefe y demás miembros del GEFREMA (Grupo de Estudios del Frente de Madrid); a Ernesto Viñas y Sven Tuytens de Brunete en La Memoria; a Jaime Cinca por sus aportaciones sobre Belchite y por dejarme usar las memorias de Fausto Villar; a José Luis Pantoja, sobre Lopera; a Alfonso López Bogoñoz, sobre Castelldefels; así como a Alan Warren, sobre Aragón y Cataluña. Algunos voluntarios también publican y procesan documentos de archivo en sitios web como combatientes.es, rutasbe licas.com, batallate.es y bruneteenlamemoria.es. Gracias también a Almudena Cros, Andrés Chamorro y a los que investigan y organizan eventos en la AABI (Madrid).
Una buena parte de la investigación sobre las Brigadas la han llevado a cabo los familiares de los brigadistas y los grupos de apoyo nacionales. Por eso estoy en deuda con la AABI, los Abraham Lincoln Brigade Archives (ALBA), el International Brigade Memorial Trust (IBMT) de Gran Bretaña, Les Amis des Combattants en Espagne Républicaine (ACER), la Associazione Italiana Combattenti Volontari Antifascisti di Spagna (AICVAS), la Spanje 1936-39 Foundation y el Kämpfer und Freunde der Spanischen Republik (KFSR). Las páginas web brigadasinternacionales.org de la AABI y albavolunteer.org de los ALBA realizan constantes aportaciones. El Archivo de Documentación de la Resistencia Austriaca (DÖW) en doew.at y el Diccionario Biográfico de Le Maitron en Maitron.fr contienen numerosas biografías de brigadistas de Austria y Francia. Agradezco a Irene Filip del DÖW y a Claude Pennetier de Maitron su orientación.
Historiadores, investigadores, archiveros y familiares de brigadistas de una docena de países han respondido a mis preguntas o me han dejado ver y a veces publicar memorias o documentos personales. Entre ellos figuran Walther Bernecker, Irene Filip, Mark Derby, Milo Petrović, Blanka Matković, Diliana Ivanova, Iwona Zielińska-Sąsiada, Jutka Kovacs, Judit Löcsei, Peter Crome, Yvonne Scholten, Rudi Wester, Coco Barreiro en Uruguay, Morten Møller, Lenni Kari, Rina Ronja Kari, Anders MacGregor, Sharon Stewart, Ainhoa Zufriategui, Isabel Barrionuevo, Aku Estebaranz, Jostein Moen, Rolf Saether, Serge Alternês, Bill Rukeyser, Randal Scamardo, Ian Moffat, Chris Ealham, Paul Sharkey, John Wainwright, Antonio Rodríguez Celada, Maurice Tszorf, Luke Stegemann, James Fernandez, Peter Brooks, Gijs van Hensbergen, Sarah Chadfield, André Gounot, Valerie Deacon, Martin Minchom, Jane Rogoyska, John Kiszely, Tom Buchanan, Chris Brooks, Soledad Fox Maura y Susana Grau del Centro Cañada Blanch de la London School of Economics and Political Science (LSE). Susana, junto con Paul Preston, ha sido generosa con los recursos del centro, y le estoy inmensamente agradecido por facilitarme el acceso a su biblioteca y publicaciones, así como a los demás recursos académicos de la LSE.