Josep Pla, corresponsal en Madrid de un diario barcelonés, fue testigo privilegiado y cronista en directo del advenimiento, desarrollo y caída de la Segunda República.
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dieron paso dos días más tarde a la proclamación de la Segunda República española. Desde entonces y hasta la insurrección militar del 18 de julio de 1936, se sucedieron cinco años cruciales de la historia de España, cinco años que constituyen el precedente, mitificado y denostado al mismo tiempo, de la actual democracia.
El apasionante día a día de ese inestable periodo contó con un testimonio de excepción: Josep Pla, periodista magistral, que mediante certeras crónicas trazó una singular panorámica crítica de los protagonistas y motivaciones de estos años clave de nuestra historia contemporánea, marcados por la agitación política y social, que desembocarían en la guerra civil.
Josep Pla i Casadevall
La Segunda República española
Una crónica, 1931-1936
Edición de Xavier Pericay
ePub r1.0
Titivillus 01.09.18
Título original: La Segunda República española
Josep Pla i Casadevall, 2006
Traducción: Jorge Rodríguez Hidalgo & Pau Joan Hernández
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
JOSEP PLA I CASADEVALL. Nacido en Palafrugell en 1897 y fallecido en Llofriu en 1981, está considerado como el prosista más relevante de la literatura catalana del siglo XX. Poco después de iniciarse en el periodismo, trabajó durante quince años como corresponsal en el extranjero para los diarios de Barcelona La Publicidad y La Veu de Catalunya, con estancias, entre otros países, en Francia, Italia, Inglaterra o la Unión Soviética, mientras que durante la Segunda República española se estableció en Madrid como cronista parlamentario. Tras la guerra civil, que pasó en el extranjero o en la España nacional, y en la que desempeñó, puntualmente, labores de espionaje para el régimen franquista, reanudó sus viajes como articulista del semanario barcelonés Destino, publicación fundada en Burgos en 1937, órgano de la intelectualidad catalana partidaria de Franco refugiada durante la guerra en la zona nacional.
Entre su vasta obra destacan dietarios como El cuaderno gris, libros de viajes como Viaje en autobús, los retratos de las personalidades clave de la cultura y la política catalanas, reunidos en los cuatro volúmenes de Grandes tipos, reflexiones gastronómicas como Lo que hemos comido, u obras narrativas como La calle Estrecha y Nocturno de primavera.
Notas
[*]Polèmica. Cròniques parlamentàries (1929-1932), Obra completa, vol. 40, Barcelona, Destino, 1982; Cròniques parlamentàries (1933-1934), Obra completa, vol. 41, Barcelona, Destino, 1982, y Cròniques parlamentàries (1934-1936), Obra completa, vol. 42, Barcelona, Destino, 1983. (N. del E.)
[1] Josep Pla, Madrid. El advenimiento de la República, en Josep Pla, Dietarios II, Madrid, Espasa Calpe, 2002, pág. 29.
[2] Francesc Cambó, Memòries (1876-1936), Barcelona, Editorial Alpha, 1981, pág. 446.
[3] En una carta a su hermano Pere que lleva fecha de 4 de mayo, Pla justificaba la postura adoptada por La Veu —y, en consecuencia, por sí mismo en sus crónicas— respecto al nuevo régimen. Tras comentar que Cambó, al marcharse a París —la misma noche del 14 de abril, según consta en sus memorias—, le había encargado que preparase las cosas para que él y sus amigos pudiesen «entrar en la República de una manera suave», le detallaba a su hermano en qué consistía el encargo: «La política que estoy haciendo en estos momentos es la de acercar Cambó a Lerroux. He tenido larguísimas conversaciones con Lerroux, que es el único hombre como Dios manda de este ministerio. Como puedes figurarte, sólo si estos dos hombres hablan a fondo se podrá luchar contra el manicomio desatado que reina en Barcelona. El ideal de Lerroux sería que Cambó ya estuviese a estas horas en el ministerio. Lerroux será el conservador de la República». (Josep Pla, Cartes a Pere, Barcelona, Destino, 1996, págs. 202-203.) Por otra parte, esta crónica y la siguiente sirvieron de base a Pla para la escritura de algunos de los capítulos iniciales de su libro Madrid. El advenimiento de la República.
[4] El Gobierno provisional de la República estaba constituido por Niceto Alcalá Zamora (Derecha Liberal Republicana), presidente; Miguel Maura (Derecha Liberal Republicana), ministro de Gobernación; Alejandro Lerroux (Partido Republicano Radical), ministro de Estado; Diego Martínez Barrio (Partido Republicano Radical), ministro de Comunicaciones; Manuel Azaña (Acción Republicana), ministro de la Guerra; Santiago Casares Quiroga (Organización Republicana Gallega Autónoma), ministro de Marina; Lluís Nicolau d’Olwer (Acció Catalana Republicana), ministro de Economía; Álvaro de Albornoz (Partido Radical Socialista), ministro de Fomento; Marcelino Domingo (Partido Radical Socialista), ministro de Instrucción Pública; Francisco Largo Caballero (Partido Socialista Obrero Español), ministro de Trabajo; Indalecio Prieto (Partido Socialista Obrero Español), ministro de Hacienda, y Fernando de los Ríos (Partido Socialista Obrero Español), ministro de Justicia.
[5] Adhesión.
[6] La palabra está en castellano en el original.
[7] La crónica iba encabezada por la data siguiente: «Madrid, 15».
[8] Los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández se habían sublevado contra el Gobierno de la Monarquía el 12 de diciembre de 1930. Tras apoderarse de Jaca y proclamar la República, habían marchado sobre Huesca, en cuyos alrededores habían sido reducidos por tropas leales al Gobierno del general Berenguer. El 14 de diciembre, después de comparecer en un Consejo de Guerra sumarísimo, habían sido fusilados como cabecillas de la rebelión.
[9] El comandante Ramón Franco Bahamonde, hermano del general Francisco Franco, se había convertido en un héroe popular a raíz del vuelo trasatlántico que había realizado en 1926, a bordo del hidroavión Plus Ultra, entre Palos de Moguer y Buenos Aires. En los últimos años de la Monarquía había participado en diversas conspiraciones a favor de la República.
[10] Josep Barbey, lo mismo que Nicolau, era dirigente de Acció Catalana Republicana y miembro fundador del partido. Es muy probable que Pla y Barbey se conocieran desde los tiempos en que ambos formaban parte de la peña del doctor Joaquim Borralleras, en el Ateneo Barcelonés, allá por 1919.
[11] El martes 14 de abril al mediodía Francesc Macià, máximo dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya —principal partido de la coalición vencedora en los comicios del domingo anterior—, había proclamado «el Estado catalán, bajo el régimen de una República catalana» e integrado en una futura «Confederación de pueblos ibéricos», para cuya constitución reclamaba «la colaboración de los demás pueblos de España». Macià había tomado la decisión de forma unilateral, en contra de lo previsto en el Pacto de San Sebastián suscrito en agosto de 1930 por el conjunto de fuerzas republicanas españolas y en contra de lo que él mismo había dado a entender el propio domingo por la noche —así lo recogía