B REVE HISTORIA DEL
E JÉRCITO N APOLEÓNICO
La Grande Armée de Napoleón
y sus aliados
B REVE HISTORIA DEL
E JÉRCITO N APOLEÓNICO
La Grande Armée de Napoleón
y sus aliados
Jonathan Jacobo Bar Shuali
Colección: Breve Historia
www.brevehistoria.com
Título: Breve historia del Ejército Napoleónico
La Grande Armée de Napoleón y sus aliados
Autor: © Jonathan Jacobo Bar Shuali
Copyright de la presente edición: © 2022 Ediciones Nowtilus, S. L.
Camino de los Vinateros 40, local 90, 28030 Madrid
www.nowtilus.com
Elaboración de textos: Santos Rodríguez
Diseño y realización de cubierta: NEMO Edición y Comunicación
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).
ISBN impresión bajo demanda: 978-84-1305-243-4
Fecha de edición: marzo 2022
El trabajo aquí expuesto es el conjunto de una serie de vivencias y estudios en los últimos seis años de mi formación como historiador. Es gracias a los gloriosos estandartes con una «N» en su centro que mi querido padre me dibujaba cuando yo cursaba la primaria que, hoy, puedo presentar ante ustedes este compendio que recibe por título «Breve Historia del Ejército Napoleónico. La Grande Armée de Napoleón y sus aliados » .
Me gustaría advertir al lector que este libro ha sido redactado con el objetivo de que pueda servir de elemento de consulta para el público general. Es por ello por lo que a lo largo del relato hago uso de normativas concisas y administraciones militares, junto a experiencias personales de lo más peculiares de la propia época como se da en el caso de Constant, el pobre ayudante de Napoleón que más de una penuria tuvo que sufrir. Asimismo, en algunos casos la información se ha resumido o adaptado para una mejor compresión del lector y ruego tengan este último aspecto en cuenta. Por otro lado, algunos temas, y debido a este resumen de contenidos, como son la artillería de la Guardia Imperial, los menores de edad en la Armée, la infantería de marina y la Armada francesa no se incluyen en este libro. Cada uno de ellos merecería un ensayo propio y conciso.
Antes de proceder con los agradecimientos debo mencionar a Óscar Corcoba y Carlos Díaz, ambos autores de esta casa, que en su momento me insistieron en que debía lanzarme a este proyecto. Por otro lado, debo señalar el apoyo moral que a lo largo del grado me han ofrecido el profesor Jorge García Sánchez, el profesor Jesús Cantera Montenegro y los miembros de la Asociación Napoleónica Fusiliers-Chasseurs Madrid.
En lo referente a lo institucional, debo destacar la amabilidad del Ministerio de Defensa, la Anne S.K. Brown Military Collection de la Universidad de Brown, el Museo Metropolitano de Nueva York, la Armería Histórica de Álava y el Museo de Miniaturas L’Iber al haberme permitido hacer uso de sus contenidos e imágenes, ya sea de sus exposiciones o catálogos on-line.
De igual modo, deseo agradecer a Claudia Muñoz Arnaiz, a Patricia Ponce de Asenjo y a Joan Catalá sus ilustraciones. Asimismo, reseñar las imágenes que aquí se muestran de Valischka Fotografía, Miguel J. Palomo, Jorge Blanco Mas y Jean-Pierre Sarraco.
Muchas gracias al Dr. Gonzague Espinosa-Dassonneville, al que estaré eternamente agradecido por el prólogo que precede este trabajo. No quiero dejar de mencionar a mi fiel compañero Thomas Rahm Armuña, a quien siempre acudo a la hora de enfrentarme a numerosas dudas.
Todos los extractos que se citan en el presente trabajo proceden de colecciones privadas, fondos documentales gubernamentales, trabajos científicos o ediciones críticas modernizadas. Es por ello por lo que, en algunos casos, el lector podrá reconocer erratas o un uso no reglado de mayúsculas y minúsculas con el fin de conservar la originalidad de los diversos escritos entre siglos pasados y el presente.
Hace poco, pude impartir para el Ayuntamiento Madrid una modesta conferencia en la que traté diversos temas relacionados con la Grande Armée. Al finalizar la actividad, uno de los miembros de la mesa, hoy veterano catedrático ya retirado y eminencia para los historiadores militares, me hizo saber que, en cierto sentido, había cambiado su modo de ver el Ejército de Napoleón Bonaparte. Desde mi sincero y humilde trabajo, espero lograr este mismo efecto en alguno de ustedes.
Las guerras napoleónicas han sido consideradas durante mucho tiempo como el arquetipo de la gran «epopeya bélica». Ya sea en la literatura, o en las artes, este mito alimentó todo el siglo XIX , en Francia, y en Europa, pero también en el resto del mundo: donde la figura de Napoleón Bonaparte sigue despertando gran interés. En la siguiente centuria, sin embargo, el mito perdió su importancia, como consecuencia de la desafección política por la figura del emperador francés, pero también por las guerras mundiales que ensangrentaron este siglo, devolviendo al conflicto napoleónico a un pasado «antediluviano». Por otro lado, este mito sigue vivo entre anglosajones y rusos, e incluso interesa a los historiadores españoles, como nos demuestra el autor de este libro.
Napoleón I Bonaparte es uno de los mayores líderes militares de la historia. La Revolución francesa le dio su oportunidad. Heredó grandes ejércitos comandados por jóvenes oficiales audaces e inconformistas que, dirigieron campañas memorables bajo su mando, creando, brevemente, un imperio que se extendió desde el Tajo hasta el Vístula. Aunque todos los grandes conflictos combinan tradición e innovación, las guerras de la Revolución francesa, y las napoleónicas, marcan una clara ruptura con el pasado y están en el origen de las prácticas bélicas modernas de la Edad Contemporánea. Hasta entonces, los conflictos anteriores nunca habían movilizado recursos civiles y militares a una escala de tales magnitudes, lo que dio lugar a cambios significativos en el tamaño y el carácter de los ejércitos. Mientras que, con la guerra de los Siete Años, se estaban produciendo cambios, las campañas del siglo XVIII , a menudo, no eran concluyentes: los ejércitos masivos de Napoleón operaban a un nivel mucho más alto, con una velocidad y determinación sin precedentes. La Revolución francesa anunció una nueva forma de hacer la guerra, la superioridad de los ejércitos jacobinos nunca fue significativa. Solo después de que Napoleón tomara el poder, las «campañas relámpago» dieron lugar a grandes y decisivas batallas que sirvieron de modelo para varias generaciones de oficiales posteriores.
Durante quince años, Napoleón tuvo que luchar contra seis coaliciones europeas. Tras el paréntesis revolucionario, «aspiraba» a defender los logros de 1789 contra la amenaza de los monarcas europeos –antes de exportar sus efectos a los estados vecinos con la extensión de la guerra y la gran idea de las «fronteras naturales» (Rin, Alpes, Pirineos)– el emperador retomó los que habían sido los objetivos del Antiguo Régimen francés: la expansión territorial y la hegemonía continental, un viejo sueño nacido con Francisco I en el siglo XVI , y, continuado por Luis XIV en el Grand Siècle . El poderío militar de Napoleón permitió convertir a Francia en el estado más importante del continente: reorganizó el territorio en torno a su inmenso imperio, epicentro de su «sistema» político colocando a miembros de su familia en los tronos de Nápoles, Holanda, España y Westfalia. Pero esta política exterior le llevó demasiado lejos desde el punto de vista estratégico provocando su caída. Hasta 1807, Napoleón llevó a cabo guerras principalmente «defensivas». El Imperio francés era el heredero de la Revolución francesa y, como tal, la Europa monárquica estaba en guerra contra él.
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