Bogotá D. C., diciembre de 2016
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H E RECIBIDO CON AGRADO LA invitación de la Biblioteca Nacional de Colombia para hacer esta nota de presentación, con carácter personal, a esta nueva edición del libro Economía y cultura en la historia de Colombia de Luis Eduardo Nieto Arteta, pues su lectura temprana, cuando era un adolescente, dejó una huella indeleble a lo largo de mi vida. Fue posible, gracias a la invitación, leerlo por tercera vez.
Tenía catorce años cuando lo leí por primera vez en 1971, en ese entonces cursaba apenas el tercer año de bachillerato. Hacía parte de una generación de primos y amigos, que inclinada por las ideas de izquierda se interesaba en los asuntos del país. Los mayores ya habían ingresado a la universidad y promovían conversaciones y grupos de estudio. Yo ingresé a un grupo en el que sus miembros leyeron este libro y luego lo analizaron en sesión colectiva.
Hoy, cuando escribo esta nota, tengo en mis manos los mismos ejemplares, pues sus dos tomos habían sido publicados por la Editorial La Oveja Negra en 1970. Los había adquirido con mis ahorros en la librería de la misma editorial, ubicada en la calle 45 de Bogotá, muy cerca de la Universidad Nacional. Al hojearlos de nuevo pude darme cuenta de cuánto hemos envejecido, ellos y yo. Sentí que esas hojas amarillas y manchadas por el paso del tiempo eran en cierta forma el espejo de mi vida.
Ahora que me acerco a los sesenta años y que tengo el pelo blanco, puedo reconstruir, gracias al encargo, parte de esa memoria de los tiempos juveniles cuando queríamos cambiar el mundo. Y puedo recordar también que todo tuvo como preludio el afán de mi padre por hacer de sus hijos buenos lectores. Al comenzar cada periodo de vacaciones entregaba a cada uno de sus cuatro hijos mayores un libro, a cuya lectura hacía seguimiento diario por las noches, cuando regresaba a casa. Sin esa experiencia previa creo que no hubiese sido capaz de leer en ese entonces a Nieto Arteta, como se le llamaba en los círculos intelectuales del momento.
Mientras recuerdo que la primera edición de Economía y cultura en la historia de Colombia fue publicada en 1941 y veo la serie de ediciones sobre la historia económica de Colombia, producida a partir de los años sesenta del siglo XX , confirmo que su autor fue uno de esos estudiosos que supo abrir camino al convertirse en un renovador de la historiografía colombiana. Recuerdo, también, y lo puedo confirmar con las marcas que fui dejando en la edición leída, que me abrió los ojos sobre el hecho de ser Colombia un país de regiones, asunto que sólo hasta la Constitución Nacional de 1991 se plantearía oficialmente.
En buena medida, la primera lectura sirvió para que, una vez terminado el bachillerato, tomara la decisión de ingresar al programa de Economía de la Universidad Nacional para cursar mi pregrado. Obviamente, aquí Nieto Arteta era un referente importante, y tuve la oportunidad de leer por segunda vez, ya con otros ojos, esta magnífica obra.
La imagen que tuve fue la de una historia de Colombia bastante diferente a la narrada en las aulas de la secundaria. Permitía imaginar un país más complejo y comprender esa nación que emergió del proceso de Independencia e intentó configurarse a lo largo del siglo XIX . En las dos lecturas me interesaron mucho los conflictos políticos y económicos que se dieron promediando ese siglo, y los debates sobre el modelo de economía que debía conducirnos a un país moderno. También, por supuesto, supe de ese nuevo liderazgo nacional conformado por personajes de las distintas regiones colombianas que tuvieron entre ellos visiones muchas veces encontradas sobre qué hacer para el joven país. Y, por supuesto, lo que Nieto Arteta llamó la «revolución anticolonial iniciada en el año 1850», así algunos ya señalaran sus inicios dos años atrás; se trataba de esa revolución como son entendidas el conjunto de medidas llamadas a romper los obstáculos coloniales a la expansión de la economía moderna.