Historia
de la Comunicación Social del Ecuador:
prensa, radio, televisión y cibermedios (1792-2013)
Vol. I Azuay, Loja y el austro ecuatoriano
Coordinadores:
Antonio Checa Godoy
María Luján González Portela
Ruth Lara Reyes
Autores:
Antonio Checa Godoy
María Luján González Portela
María Patricia Ramos Ordóñez
Patricio Andrés Vega Pinos
Historia de la Comunicación Social del Ecuador: prensa, radio, televisión y cibermedios (1792-2013)
Vol. I Azuay, Loja y el austro ecuatoriano
Coordinadores:
Antonio Checa Godoy
María Luján González Portela
Ruth Lara Reyes
Autores:
Antonio Checa Godoy
María Luján González Portela
María Patricia Ramos Ordóñez
Patricio Andrés Vega Pinos
Editorial DYKINSON, S.L. Meléndez Valdés, – 28015 Madrid, España
e-mail: info@dykinson.com
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Datos para catalogación bibliográfica:
Hisitoria de la Comunicación Social del Ecuador: prensa, televisión y cibermedios (1972-2013), Vol. I Azuay, Loja y el austro ecuatoriano
Checa, Antonio; González, M. Luján; Ramos, M. Patricia; Vega, Patricio.
Dirección Editorial Factoría de Contenidos, Ediloja Cía. Ltda.:
Orlando Fernández Palma
Diseño de portada:
Karen Vivanco Barriga
Composición tipográfica:
Karen Vivanco Barriga
© D.R. 2019 por la Universidad Técnica Particular de Loja
San Cayetano Alto - Loja (Ecuador)
Esta versión digital ha sido acreditada bajo la licencia Creative Commons 4.0, CC BY-NY-SA: Reconocimiento-no comer- cial-compartir igual. Esta permite: copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra, mientras se reconozca la autoría original, no se utilice con fines comercia- les y se permiten obras derivadas, siem- pre que mantenga la misma licencia al ser divulgada. https://creativecommons.org/ licenses/by-nc-sa/4.0/deed.es
ISBN UTPL: 978-9942-25-460-3
ISBN Dykinson: 978-84-9148-825-5
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Contenido
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Historia de la Comunicación Social del Ecuador: prensa, radio, televisión y cibermedios (1792-2013)
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Historia de la Comunicación Social del Ecuador: prensa, radio, televisión y cibermedios (1792-2013)
Prólogo
UNA HISTORIA DEL PERIODISMO ECUATORIANO
Juan Valdano
Aquella memorable iniciativa de Eugenio Espejo de publicar el de enero de 1792, en las postrimerías del régimen colonial, Primicias de la cultura de Quito , el inicio del periodismo en el Ecuador, fue replicada treinta y seis años después en Cuenca, cuando fray Vicente Solano puso a circular El Eco del Asuay (sic), el primer periódico que salió a la luz en nuestra, aún balbuciente, vida republicana. Era el domingo de enero de 1828, días en los que bullían las ambiciones y tambaleaba la Gran Colombia. Se trataba de un impreso en folio de cuatro páginas a dos columnas de edición clara y limpia y en cuya primera página ostentaba un epígrafe tomado de una frase de Rousseau que decía: Ce n´est pas assez de dire aux citoyens: soyez bons; il faut leur apprendre à l´être . (No basta decir a los ciudadanos: sed buenos; es necesario enseñarles a serlo). Era evidente que en la naciente república corrían nuevos aires: los ideales de la Ilustración habían permeado en la mentalidad de los nuevos líderes de la sociedad. El periódico de Solano fue conocido y apreciado por Bolívar y varios de sus artículos reproducidos en Bogotá, Cartagena y Lima.
Uno de sus artículos más comentados fue el titulado ¿Cuál es el gobierno más análogo a la América? en el que Solano proponía la creación de una monarquía como sistema de gobierno para la “nación andesiana” que surgía luego de la Independencia. Es así como Solano imaginó los “Principios fundamentales del Imperio de la América Meridional” cuya capital sería Lima y estaría gobernada por un Emperador. En esos años en los que casi todo estaba por fundarse y definirse nada de extraño tuvo la propuesta del franciscano. Y si el republicanismo según el modelo establecido por las antiguas colonias inglesas de Norteamérica era el camino generalmente aceptado por los libertadores, no faltaron quienes guardaban rezagos monárquicos. No es, entonces, de asombrarse que Solano pensara (al igual que algunos militares y eclesiásticos de alto rango) que había llegado la hora de que en el Nuevo Mundo se fundaran los modernos imperios y, a la par, nacieran las dinastías criollas. Como era de esperarse, Bolívar, un republicano de cepa, rechazó de plano tan descabellado proyecto que suponía un anacrónico retorno al pasado.