colección sucesos que marcaron el destino
MATA HARI
la espía que murió fusilada
miriam mabel martínez
COLECCIÓN SUCESOS QUE MARCARON EL DESTINO
MATA HARI
LA ESPÍA QUE MURIÓ FUSILADA
Derechos reservados
© 2022 Agencia Promotora de Publicaciones, S. A. de C. V.
Av. Eugenio Garza Sada sur #2245
Col. Roma, Monterrey, N. L., C. P. 64700
Primera edición, 2022
Dirección editorial: Raúl Martínez González
Coordinación general: René Flores Ramírez
Textos e investigación: Miriam Mabel Martínez
Diseño y maquetación: María Luisa Medina Ayala
Fotografía: Library of Congress, hollandfoto.net (Shutterstock)
Fotografía de portada: Shutterstock
Corrección: Rubí J. Paclán Amaya e Israel Morales Saavedra
ISBN de la colección: 978-607-546-349-0
ISBN de este tomo: 978-607-546-426-8
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores y titulares del copyright.
Editado e impreso en México
Printed and made in Mexico
prólogo
G reta Garbo interpretó a Mata Hari tan solo 14 años después del fusilamiento de la sensual doble espía que conmocionó al mundo al final de la Primera Guerra Mundial; el escritor brasileño Paulo Coelho se inspiró en ella para la novela La espía y una banda chilena de soul lleva su nombre.
La imagen de esta bailarina exótica de tez morena que con sus movimientos transformó a la danza moderna y también su participación en la escena pública de principios del siglo XX han dado pie a investigaciones, películas, libros, series, pero sobre todo se ha convertido en una de las leyendas más potentes y en símbolo de la feminidad y la transgresión.
Pareciera que Mata Hari lo tuvo todo: lujos, comodidades, extravagancias, dinero, amantes. Se cree que vivió apasionadamente, que bailó ante las más altas élites europeas, a quienes conquistó. Ciertamente sedujo a quien quiso, pero su vida también está llena de dolor, de ausencias, de muertes. Antes de ser Mata Hari, la infelicidad fue parte de su cotidianidad.
Ella y muchas otras mujeres que marcaron la historia de la humanidad que fueron violentadas, desdichadas, tuvieron la capacidad de transformar ese dolor en transgresión. Porque su secreto está en que nunca se conformó con lo que se supone debía conformarse. Retó a su tiempo y a su sociedad. Enterró a Margaretha Geertruida Zelle y se transformó en Mata Hari.
Ambiciosa, carismática e inteligente supo transformar sus debilidades en fortalezas. Aprovechó sus experiencias de vida para autoproclamarse distinta, para conseguir esos lujos que tanto la obsesionaban. Vanidosa y pretenciosa, sentía una debilidad por los uniformes y esa fue su perdición. En febrero de 1917 fue arrestada y acusada de espionaje. Se le atribuyó provocar, gracias a sus “servicios”, más de 50 mil muertes y de trabajar para el enemigo.
Sin pruebas contundentes fue exhibida como una agente doble y condenada a morir fusilada por el ejército francés. ¿Venganza, misoginia, mala suerte, culpabilidad, trampa, soberbia, ingenuidad?
Quién fue esta mujer holandesa que conquistó los escenarios más importantes de Europa, que con sus danzas de velos impuso un estilo también en el escenario, que sedujo a los hombres más poderosos de su época, conquistó a militares, sometió a banqueros y vendió información a los dos bandos durante la Gran Guerra.
Buscada por los ingleses, perseguida por los alemanes y condenada por los franceses, Mata Hari sigue siendo, a más de un siglo de su muerte, un mito, una leyenda.
La niña de papá
Margaretha Geertruida Zelle fue la niña de los ojos de papá. Y cómo no iba a serlo si fue la primogénita. Él la trataba como una princesa y, por supuesto, a pesar de ser pequeña, no dudó en llenarla de lujos, comodidades y lindos vestidos de colores llamativos, los cuales la hacían resaltar. Al final de cuentas podía hacerlo.
Desde la infancia, Margaretha brilló con luz propia y destacó de entre las demás niñas, sobre todo en la escuela, y no solo por su físico –diferente al común de los holandeses, blancos, rubios, de ojos claros; ella era morena con cabello y ojos profundamente oscuros–, sino también por sus actitudes, aptitudes y por su inteligencia.
Esta hermosura, que más tarde sería conocida como Mata Hari, la espía más famosa y polémica del siglo XX, nació el 7 de agosto de 1876 en la ciudad de Leeuwarden, al norte de Holanda o Países Bajos.
Sus padres fueron Adam Cornelisz Zelle (Leeuwarden, Holanda, 1840-1910) y Antje van der Meulen, de ascendencia javanesa (Franeker, Frisia, Holanda 1842-1891). De su madre sacó la tez y los rasgos; de su padre, la vanidad y el amor por la buena vida.
De acuerdo con el registro civil, archivo 30-12, número de inventario 2015 y con el registro 0032, la pareja, no tan joven, contrajo matrimonio el 4 de junio de 1873, en Franeker. Él tenía 32 años y ella 31, para la época, pleno siglo XIX, ambos ya eran considerados más que maduros.
M’greet –como la llamaron de cariño– fue la primera del matrimonio Zelle van der Meulen, que a pesar de estar en sus 30 decidió gozarse mutuamente antes de ser padres. Dos años más tarde nació su hermano Johannes Henderikus (26 de septiembre, 1878) y finalmente los gemelos Arie Anne y Cornelis Coenraad (9 de agosto de 1881).
Dado el número de hijos y en busca de una vida más cómoda y llena de lujos, la familia se mudó a Leeuwarden, la capital de Frisia, un lugar ganadero y hogar del caballo frisón, de color negro y crines onduladas, conocido por ser la única la raza ciento por ciento holandesa, tan exótica y única como a la pequeña Margaretha.
El inmueble donde los Zelle construyeron su hogar se ubicó en el centro de la ciudad, marcado con el número 28 en Groote Kerlsnaat, que actualmente alberga el Museo Literario de Frisia.
La llegada al mundo de Margaretha se dio cinco años después del inicio de la añorada Belle Époque , con París como epicentro, que va desde aproximadamente el final de la guerra franco-prusiana (1871) hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914), un periodo rico en artes y creatividad.
Curiosamente, dicho periodo y su culminación coincidieron con el principio y fin de Margaretha, Mata Hari. Además, la Ciudad Luz, cuna de esa explosión, estuvo ligada por algún tiempo a la famosa espía.
El sueño de la paz mundial
Si bien la Belle Époque surgió en París, también se extendió hacia otras ciudades europeas como Londres, Múnich, Viena, e inclusive Ámsterdam, entre otras. Y se caracterizó por el desarrollo de las artes y por la tranquilidad ciudadana, fue un periodo de 40 años de esplendor y paz en Europa, que coincidió con la segunda oleada de la Revolución Industrial.
París, luego Londres y más tarde el resto de Europa transitaron por un camino hacia la modernidad. No había vuelta de hoja. En la dorada Belle Époque el nivel de vida y seguridad aumentaron, a diferencia de los años pasados, por lo cual las clases media y alta fueron creciendo y fortaleciéndose; como la familia Zelle. La clase baja no participó en la bonanza ni se benefició como las más privilegiadas.
La entrada de la burguesía y el despegue de una economía de consumo animó la posibilidad del progreso y mejora en el nivel de vida, puesto que las nuevas técnicas en el sector agrícola y el despegue de las actividades industriales, así como comerciales, proveyeron distintos bienes de consumo a la población, incluida la clase trabajadora.