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La Segunda Guerra Mundial y los acontecimientos que la provocaron son objeto aún a día de hoy de infinidad de estudios académicos y publicaciones.
Muchos registros importantes de aquella época no están disponibles, bien porque fueron dañados o completamente destruidos durante la guerra o porque ciertos Estados todavía mantienen una política de secretismo con su documentación militar.
Sin embargo, actualmente la escasez de fuentes ya no puede considerarse un obstáculo serio para realizar una investigación detallada, sino precisamente lo contrario, el enorme volumen de la literatura y la documentación existentes respecto a cualquier detalle.
Soy consciente de que una obra de este tipo no puede aspirar a ser completa en ningún campo concreto ni a llenar muchas lagunas, sino que voy a intentar poner orden en una serie de datos y detalles que espero resulten de interés para los lectores y les animen a indagar y profundizar más en cada tema específico.
Cada uno de los principales países que intervinieron en el conflicto ha producido infinidad de obras, tanto desde la perspectiva aliada: desde los 85 volúmenes de The United States Army in World War II, a la serie de La Historia Británica de la Segunda Guerra Mundial, e incluso la Historia soviética de la Gran Guerra Patria en seis volúmenes o la Historia soviética de la Segunda Guerra Mundial 1939-1945 en doce volúmenes; como la alemana: Deutschland im zweiten Weltkrieg, publicada en seis volúmenes y Germany and the Second World War en 13 volúmenes (en realidad, oficialmente son 10, pero algunos se han publicado por partes).
Queda claro que en una breve historia no vamos a llegar ni a arañar mínimamente la superficie de todo lo que se comenta en estas obras (y ya no digamos en las especializadas en temáticas concretas).
Las investigaciones actuales van desde las tesis de una dictadura personal totalitaria que situaba a Hitler en el centro de todas las decisiones del Tercer Reich , manejando, ordenando y tejiendo sus hilos para incrementar su megalomanía a las que pintan un cuadro mucho más complejo, de evidente caos administrativo y con una serie de sucesos y efectos más o menos accidentales debidos a la evolución política interna de la Alemania de la época, con muchos más apoyando una situación intermedia.
Mientras que, por ejemplo, la guerra en el mar o determinadas operaciones en Europa y otros lugares han sido estudiadas hasta la saciedad, no ha habido tanto interés en detallar o profundizar en otros aspectos bastante importantes del periodo, lo cual repercute claramente a la hora de redactar una obra generalista, como es el caso.
He tratado en todo momento de hacer una obra breve pero completa, intentando incluir un poco de todo y teniendo por lo tanto que limitarme en muchas ocasiones a aportar datos o detalles muy generales, que puede que resulten de escaso interés para los que ya estén versados en la historia de la Segunda Guerra Mundial pero que creo resultarán útiles para todos aquellos que, aprovechando esta publicación, se animen por primera vez a conocer, si bien superficialmente, algunos detalles sobre las fuerzas armadas en la Alemania nazi.
Sin más, espero que la obra que a continuación van a leer les guste y, sobre todo, les incite a querer conocer con más detalle y profundidad la infinidad de elementos, detalles, características organizativas y estructurales, acciones militares y un larguísimo etcétera relativos a la Wehrmacht.
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Tras el armisticio, y la posterior firma negociada del Tratado de Paz de Versalles se cerraban cinco años de guerra entre el Segundo Reich alemán y las Potencias Aliadas.
Los aliados imputaron a Alemania la completa responsabilidad moral y material de haber iniciado la guerra, con la consiguiente obligación de pagar toda una serie de indemnizaciones económicas a los vencedores, además de arrostrar un importante desarme y la imposición a futuro de severas limitaciones militares, además de importantes cesiones territoriales. Y pese a todo, al final nadie quedó realmente satisfecho con el acuerdo, que además incluía una cláusula con la prohibición expresa de cualquier tipo de unión política de la también vencida y fraccionada Austria con Alemania ( Anschluss ).
Así pues, la República de Weimar, surgida tras la abdicación del Kaiser y el hundimiento del «Segundo Reich », tuvo que conformarse con unas fuerzas armadas muy limitadas (el Reichswehr ), ya que, además de las ya comentadas, en el acuerdo destacaban varias cláusulas militares:
- Alemania debía entregar la práctica totalidad de su material militar (artillería, blindados) y la totalidad de su flota de guerra, quedándole prohibido fabricar e importar nuevo material bélico, además de quedarle restringida y limitada la fabricación de armas cortas, fusiles, ametralladoras y munición.
- La ocupación militar temporal de la orilla izquierda del Rin por los vencedores y la desmilitarización de la región renana.
- Reducción de los efectivos del ejército ( Heer ) a 100.000 hombres, con la prohibición expresa de adquirir o bien emplear artillería pesada o unidades blindadas (tanques).
- Tonelaje máximo de 144.000 t de la «nueva» flota de guerra (nueva porque la práctica totalidad de la flota fue hundida poco antes de terminar el conflicto por los propios alemanes, quedando el resto como botín de guerra de los vencedores), con prohibición absoluta de fabricar y utilizar submarinos.
- Prohibición absoluta del empleo de aviones de combate.
- Disolución del Estado Mayor del Ejército ( Oberste Heeresleitung u OHL).
- Supresión del servicio militar obligatorio.
General Hans von Seeckt (1866-1936). Padre del Reichswehr , ocupó el cargo de Jefe del Estado Mayor en la sombra (Comandante en Jefe del Truppenamt ).
Contrariamente a lo que se cree, todos los gobiernos y los principales partidos alemanes que conformaron el Reichstag (Parlamento o Dieta alemana) durante las dos décadas siguientes a la finalización de la Primera Guerra Mundial, trataron de eludir, anular o revertir poco a poco y por todos los medios que encontraron dichas cláusulas. Desde el primer momento, los sucesivos gobiernos alemanes fueron desarrollando e implementando medidas conducentes a contrarrestar, paliar o directamente anular el cumplimiento estricto de estos los acuerdos.
El logro de la conversión del reducido y casi ridículo Reichswehr a la impresionante Wehrmacht sigue sorprendiendo, intrigando y fascinando a la mayoría, al atribuir, erróneamente, tal evolución y desarrollo exclusivamente a la llegada al poder en Alemania del partido nacionalsocialista o «nazi» (NSDAP: Nationalsozialistische Deutsche Arbeiter Partei , Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) y a su líder, Adolf Hitler.