ÍNDICE
A la memoria de don Roberto Gómez Bolaños,
de cuyo legado sigo disfrutando ahora junto a mis hijos.
Quien inventó el futbol debe ser adorado como un dios.
H UGO S ÁNCHEZ
Vivir un Mundial de Futbol es como sacarse el premio gordo de la lotería.
T OMÁS B ALCÁZAR
En México, todos toman el futbol como una religión.
I GNACIO T RELLES
El futbol ha sido para los mexicanos un pretexto para estar juntos; una oportunidad de ceremonia, de convite, de algarabía. Eso que nos congrega es lo más valioso.
J UAN V ILLORO
E XISTE UNA MÁXIMA QUE ASEGURA que “para entender mejor nuestro presente es importante conocer nuestro pasado”, y evidentemente el futbol no es la excepción.
A través de las historias presentadas por Luciano Wernicke, caerán varios mitos que rodean al balompié mexicano. Ya se darán cuenta de que episodios tan vergonzosos como el sucedido en Quito en 2011, previo a la Copa América de Argentina, y en el que ocho futbolistas resultaron suspendidos por armar tremenda fiesta, son tan viejos como la camiseta guinda que durante años fue utilizada por la escuadra nacional.
Aquella frase que afirma que “se juega como se vive” encuentra en este recorrido por 90 años de historia su comprobación ideal. En la selección mexicana poco o nada ha cambiado, por ello el resultado suele ser el mismo. La tonalidad del uniforme es quizá la única modificación real, porque aunque los nombres, los escenarios y algunas situaciones hayan variado, la esencia es la misma.
Desde aquel grupo de valientes que emprendió una maratónica travesía para inaugurar la primera Copa del Mundo, o aquella delegación que se quedó con las ganas de participar en el mundial italiano del 34 y mutó en grupo de turistas, pasando por los interminables viajes en barco que hacían engordar a los futbolistas, o qué decir de la bochornosa eliminación azteca mitificada por un vudú haitiano, sin el olvidar el fatídico 78 con el “empate” entre Pilar Reyes y Pedro Soto, recalando en los “cachirules”, hasta arribar a esas calificaciones que se consiguieron “caminando” made in La Volpe u Osorio, para finalmente hacerle la reverencia a los milagros de Zusi, Cuauhtémoc y Oribe, que nos hicieron vibrar.
A través del texto conoceremos a nuestro goleador peruano de selección y repasaremos cada uno de los iconos futbolísticos nacionales que para bien o para mal han quedado plasmados en los anales no sólo de nuestro juego sino del mundial, obsequiando tintes decorativos exóticos al extremo.
Y justamente es la esencia del futbol mexicano lo que está reflejado en las páginas que usted está por leer, y en ellas descubrirá que, aunque al balón azteca no le abundan primeros puestos en los torneos, sí le sobran hitos en los que fueron los primeros en la historia en hacerlo. Cabe advertirle al lector que estos momentos históricos no necesariamente provocarán que se sienta orgulloso.
Al final el sufrimiento es igualmente proporcional a la fe y la esperanza con la que el aficionado mexicano observa a su selección.
Historias insólitas de la Selección Mexicana de Futbol es una cronología dinámica que con sencillez nos transporta a un anecdotario imperdible digno de colección. Una bocanada refrescante que remueve la memoria de los recalcitrantes fanáticos de la selección mexicana, una lectura ágil que sin duda también funge como un curso intensivo y rápido para aquellas nuevas generaciones que apenas se introducen en el mundillo del balompié tricolor.
Luciano en su texto se adapta a la velocidad con la que vivimos hoy, y sin agotar instancias lingüísticas aborda de manera puntual temas notables relacionados con una de las grandes pasiones nacionales.
Puede sonar extraño que un talentoso y extremadamente reconocido escritor argentino especialista en literatura futbolística como Wernicke, teniendo sobre todo dentro del futbol de su país millones de anécdotas que destilar, quiera adentrarse en el extravagante andar del Tricolor por tierras verdes; prueba fehaciente de la globalización con la que vivimos, de lo nutrido e inagotable que es el planeta de las letras, de la llamativa imagen del cuadro azteca que de a poco rebasa sus propios horizontes y, ¿por qué no?, de la escasa oferta literaria que el deporte nos entrega en nuestro país. Por ello agradezco infinitamente la oportunidad de poseer el privilegio de adentrarme en su nuevo libro e invitarlos a sumergirse también en el mar de sucesos descritos por Luciano, porque más allá del color de nuestra camiseta, el balón y las letras son sinónimos de confraternidad, reunión y regocijo. Adelante entonces, aquí está el pase de gol, ustedes son los protagonistas finales que se llenarán de gloria empujando la pelota.
C HRISTIAN M ARTINOLI
U N SOLO VISTAZO BASTA para comprender el lugar que ocupa la Selección Mexicana de Futbol en el concierto internacional. La tabla estadística histórica de la Copa del Mundo, el certamen más prestigiado y fabuloso del deporte, resalta que la tricolor es la quinta escuadra nacional con mayor cantidad de campeonatos disputados hasta el umbral de Rusia 2018 (15), sólo superada por Brasil (única nación con asistencia perfecta, con 20), Alemania (18), Italia (también 18) y Argentina (16).
México, además, es el octavo país en la lista de partidos mundialistas cumplidos, con 53. Más que el bicampeón Uruguay (51), por ejemplo, o que Holanda (50), un equipo que jamás levantó la copa aunque estuvo presente en tres finales. Alguno podrá minimizar la alcurnia del conjunto azteca al señalar que posee el récord de derrotas, con 25; sin embargo, jugar más implica también ganar, empatar o perder más. Italia, sin ir más lejos, cuatro veces campeón del mundo, guarda en su cofre 21 caídas.
En los Mundiales lo primero es competir, ser protagonista, y México volverá a serlo en Rusia con una misión especial: superar los octavos de final, una instancia que se ha convertido en misión imposible desde hace casi un cuarto de siglo. En los últimos seis campeonatos, desde la edición de Estados Unidos 1994, la representación tricolor ha superado siempre la fase de grupos, pero jamás ha podido atravesar el primer peldaño de la segunda etapa del torneo para pasar al ansiado “quinto partido”.
La escuadra nacional azteca cumple 90 años de sacrificios, alegrías y tristezas; 90 años de muchos pasitos de 90 minutos. Historias insólitas de la Selección Mexicana de Futbol propone recorrer el largo camino transitado desde la primera presencia en un campeonato internacional oficial, los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, hasta la exitosa eliminatoria que alimenta una nueva esperanza en el certamen ruso de 2018. La invitación plantea revivir la presencia del combinado patrio en la máxima cita futbolera, la Copa del Mundo, pero no quedarán fuera hazañas o picantes trapisondas ocurridas en certámenes de menor jerarquía, como la Copa de Oro o la Copa América, ni la conquista olímpica de Londres 2012, el punto más alto alcanzado por el Tri en el contexto global.
El objetivo de esta emocionante peregrinación no es repasar los resultados uno a uno ni tomar puntillosa nota de los goles marcados o las expulsiones sufridas. Para eso no es necesario ningún libro que aliente la aventura: basta con encender la computadora o el teléfono e ingresar en las páginas oficiales de la FIFA , el Comité Olímpico Internacional ( COI) , la propia Federación Mexicana o, si no se teme a las armas de doble filo, navegar por las tempestuosas aguas de Wikipedia. Aquí el planteamiento es muy diferente: acercarse a los deportistas para descubrir sucesos vividos por hombres de carne y hueso; personas comunes con sueños, victorias y fracasos; actores de curiosas anécdotas, algunas enternecedoras y otras no tanto. ¿Qué comían o bebían lejos de casa? ¿En qué invertían su tiempo durante las largas travesías en barco hacia Sudamérica o Europa? ¿Cómo se adaptaban a las más diversas poblaciones donde se entrenaban o concentraban? ¿Cómo se relacionaban con los lugareños? ¿Qué imprevistos debieron afrontar durante los partidos? ¿Y fuera de las canchas?