Rebecca Solnit. San Francisco (EE.UU.), 1961.Escritora colaboradora de la revista Harper, donde escribe regularmente la sección «Easy Chair», Rebecca Solnit ha escrito sobre una amplia variedad de temas, incluyendo el medio ambiente, la política y el arte. Desde la década de 1980 ha trabajado en numerosas campañas de derechos humanos —como el Proyecto de Defensa de Western Shoshone a principios de los 90, que describe en su libro Savage Dreams— y con activistas contra la guerra durante la era Bush.
Entre sus libros más conocidos destaca Un paraíso construido en el infierno (2009), en el que da cuenta de las extraordinarias comunidades que surgen tras ciertos desastres como el del huracán Katrina, un hecho que ya había analizado en su ensayo «Los usos de desastres: notas sobre el mal tiempo y el buen gobierno», publicado por Harper el mismo día que el huracán golpeaba la costa del Golfo. En una conversación con la cineasta Astra Taylor para la revista Bomb, Solnit resumía así el tema de su libro: «Lo que ocurre en los desastres demuestra el triunfo de la sociedad civil y el fracaso de la autoridad institucional». Solnit ha recibido dos becas NEA de Literatura, una beca Guggenheim, una beca Lannan y en 2004 la Wired Rave Award por escribir sobre los efectos de la tecnología en las artes y las humanidades. En 2010 Reader Magazine la nombró como «una de las 25 visionarias que están cambiando el mundo».
Título original: The Mother of All Questions (2018)
© Del libro: Rebecca Solnit
© De la traducción: Lucía Barahona
Edición en ebook: febrero de 2021
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ISBN: 978-84-123241-0-5
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Corrección ortotipográfica: Victoria Parra Ortiz
Composición digital: leerendigital.com
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La madre de todas las preguntas
Solnit nos ofrece un nuevo e indispensable repertorio de ensayos que analizan diferentes cuestiones como por qué la historia del silencio está indisolublemente ligada a la historia de la mujer, o por qué los niños de cinco años prefieren prescindir de los juguetes rosas, y enumera ochenta libros que ninguna mujer debería leer. También escribe sobre hombres que son feministas y hombres que son violadores, rehuyendo cualquier tipo de pensamiento estereotipado. En esta nueva colección de textos, Solnit continúa su exploración de las relaciones de género actuales con su habitual astucia y humor. La madre de todas las preguntas es un libro importante y alentador desde la perspectiva decididamente feminista de la autora de Los hombres me explican cosas, sobre y para todos los que cuestionan las identidades de género y abogan por un mundo más libre. Sus escritos, cargados de inteligencia y fuerza, hablan del derecho a no responder lo que no queremos, del silencio impuesto a las mujeres durante siglos, de las mujeres que se niegan a ser silenciadas, de las violaciones y la violencia misógina, o incluso de los referentes masculinos en el canon literario occidental, desde una perspectiva de género.
Índice
Introducción
E l ensayo más largo y reciente de este libro trata sobre el silencio, y lo empecé pensando que estaba escribiendo sobre las muchas formas en que se silencia a las mujeres. Pronto caí en la cuenta de que las formas en que se silencia a los hombres eran una parte inseparable de mi tema, y de que cada uno de nosotros existe en un compuesto de muchos tipos de silencio, donde están incluidos los silencios recíprocos que llamamos roles de género. Este es un libro feminista, pero no es un libro que trate únicamente de las expe riencias de las mujeres, sino de las de todos los hombres, mujeres, niños y personas que desafían el binarismo y los límites de género.
Este libro trata de los hombres que son ardientes feministas y también de los que son violadores en serie, y está escrito desde el reconocimiento de que todas las categorías son permeables y debemos utilizarlas con carácter provisional. Aborda los rápidos cambios sociales del revitalizado movimiento feminista en Norteamérica y en todo el mundo, que no se limita simplemente a cambiar las leyes, sino que está cambiando nuestra comprensión de qué es el consentimiento, el poder, los derechos, el género, la voz y la representación. Es un movimiento maravilloso y transformador que sobre todo lidera la gente joven en los recintos universitarios, en las redes sociales, en las calles…, y mi admiración por esta nueva generación intrépida, y que no se disculpa por serlo, de feministas y activistas de los derechos humanos es enorme. Igual que lo es mi miedo a las reacciones en contra, que en sí mismas evidencian la amenaza que el feminismo, como parte de un proyecto de liberación más amplio, representa para el patriarcado y el statu quo .
Este libro es un recorrido a través de la masacre, una celebración de la liberación y la solidaridad, la percepción y la empatía, y una investigación de los términos y herramientas con los que podemos explorar todas estas cosas.
La madre de todas
las preguntas
(2015)
H ace unos años di una conferencia sobre Virginia Woolf. Durante el turno de preguntas que siguió a mi intervención, el tema que más parecía interesar a un buen número de personas era el de si Woolf debió haber tenido hijos. Respondí a la pregunta con gran diligencia, señalando que Woolf al parecer habría considerado la posibilidad de tener hijos al principio de su matrimonio, después de ver la alegría que sus sobrinos proporcionaban a su hermana, Vanessa Bell. Sin embargo, con el tiempo Woolf terminó juzgando la reproducción como algo insensato, tal vez debido a su propia inestabilidad psicológica. O quizás, sugerí, quería ser escritora y dedicar su vida al arte, algo que hizo con un éxito extraordinario. En la charla había citado, para satisfacción de los asistentes, su descripción de matar «al ángel de la casa», la voz interior que les dice a las mujeres que se conviertan en abnegadas siervas de la domesticidad y el ego masculino. Me sorprendió que haber abogado por estrangular el espíritu de la feminidad convencional condujera a esta conversación.
Lo que tendría que haber dicho a aquella audiencia era que nuestra indagatoria acerca del estado reproductivo de Woolf era una desviación sin sentido y soporífera de las magníficas cuestiones que su obra plantea. (Creo que en algún momento dije: «¡Al carajo toda esta mierda!», lo que acarreaba el mismo mensaje general, y di por zanjada esta discusión). Al fin y al cabo, muchas personas tienen bebés, pero solo una escribió Al faro y Tres guineas , y lo cierto es que estábamos hablando sobre Woolf por esto último.
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