SUPERESTRELLAS DEL FÚTBOL
JAVIER “CHICHARITO” HERNÁNDEZ
¡A LA CUMBRE!
2011 | El 18 de mayo gana el premio Sir Matt Busby, que los aficionados del Manchester otorgan al mejor futbolista del club. |
Copa de Oro de la Concacaf. Javier gana el premio al máximo goleador y jugador más valioso del torneo. |
En octubre se confirma la renovación del contrato con Manchester United por otros cinco años. |
2010 | En abril Javier anuncia su contratación en el club Manchester |
United. |
Mundial de Sudáfrica. Javier es convocado a la selección mexicana. El Chicharito salta a la fama internacional con su gol contra Francia, el 17 de julio. |
El 28 de julio, debuta en el Manchester United y anota su primer gol contra el combinado de la MLS. |
Se despide de las Chivas durante la inauguración del estadio Omnilife, el 30 de junio. Consigue el primer gol en la historia de ese recinto. |
2009 | Javier anota once goles para las Chivas, convirtiéndose en el tercer goleador del Torneo Mexicano de Apertura. |
2008 | Considera el retiro después de una temporada de ser tomado muy poco en cuenta en el Guadalajara. |
2007 | Participa en el Mundial Sub-20 en Canadá, anotando su primer tanto en certámenes internacionales. |
2006 | El Chicharito debuta en la primera división en un partido contra el Necaxa. Anota su primer gol a nivel profesional. |
1996 | Se une a las fuerzas básicas del club Guadalajara a la edad de nueve años. |
1988 | Javier Hernández Balcázar nace en Guadalajara, el 1 de junio. |
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ISBN-13: 978-1-4222-2607-0 (hc) — 978-1-4222-9150-4 (ebook)
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Acerca de los Autores: Gustavo Vázquez Lozano nació en Aguascalientes, México. Es escritor y editor independiente. Ha escrito novela, cuento y ensayo. Colabora en diversos medios impresos de México y Estados Unidos. Autor de La estrella del sur (Ediciones SM, 2003), recientemente publicó Todo acerca de los Beatles (Otras Inquisiciones, 2010).
Federico Vargas Bénard nació en la ciudad de México. Es colaborador asiduo de la sección deportiva en el periódico La Jornada de Aguascalientes.
Créditos de las fotos: EFE/Paul Buck: .
CONTENIDO
Javier "el Chicharito" Hernández es hoy uno de los mejores jóvenes futbolistas de México.
EL MOMENTO NO PODÍA SER MÁS ADECUADO. El 17 de junio de 2010, en su segundo partido de la Copa del Mundo en Sudáfrica, el equipo mexicano necesitaba desesperadamente un héroe. Tras un empate con el equipo anfitrión en el juego inaugural del torneo, obtener el triunfo era cuestión de vida o muerte.
Una derrota mexicana equivalía a volver a casa y esperar otros cuatro años. El reto no era nada fácil. La escuadra verde se iba a medir con el poderoso equipo de Francia, al que nunca habían vencido en la historia de los mundiales. A pesar de la distancia de su país de origen, a los mexicanos no les faltaba motivación. Habían salido a la cancha del estadio Peter Mokaba para encontrarse con una tribuna pintada de verde, el color representativo de la afición mexicana; el himno nacional, al empezar el encuentro, había encontrado eco en todo el recinto. Comenzada la acción, Francia dirigía violentos ataques a la portería, y a pesar de algunos destellos del equipo nacional, México se había ido al descanso sin anotar goles.
Ya bien iniciado el tiempo complementario, el entrenador Javier Aguirre, de México, decidió arriesgar y dar una oportunidad a Javier Hernández, el Chicharito, un joven de 22 años relativamente recién llegado a la selección, que calentaba en la banca. Algunos ya lo consideraban la esperanza de ese Mundial. Al minuto 17 del segundo tiempo el joven se escurrió, con velocidad asombrosa, hasta la meta francesa para escenificar un duelo con el portero Hugo Lloris, de Francia. Un rápido recorte y la pelota estaba en la red. En todo el estadio, y al otro lado del mundo —particularmente en la ciudad de Guadalajara—, el mismo suelo pareció vibrar ante el inicio de lo que sería ya un dominio absoluto por parte de los mexicanos. El Chicharito, Javier Hernández, acababa de anotar el gol fundamental no sólo para el partido, sino de su carrera futbolística.
Con buena estrella
Seguramente lo más fascinante de aquel momento, como si se tratara de un decreto del destino, era que justamente 56 años atrás el abuelo del jugador, Tomás Balcázar, también había anotado un gol para México en las mismas circunstancias: en la copa del Mundo, en un partido contra Francia y a los 22 años. A partir de esa fría noche sudafricana, el nombre de Javier Hernández, que había permanecido exclusivamente dentro de los círculos futbolísticos, traspasaría las fronteras de lo deportivo para convertirse en una obsesión nacional.
¿Quién era este muchacho con cara de boy scout que había concentrado en su figura las esperanzas y el regocijo de todo un país? ¿De dónde había salido y cómo había llegado a ese momento de celebridad que todo futbolista anhela?
Hijo de chícharo, chicharito
Javier Hernández Balcázar vio la primera luz del día en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el 1 de junio de 1988, en el seno de una familia destinada a producir buenos deportistas. Su padre se llama Javier Hernández Gutiérrez y fue jugador de futbol de los Tecos de Guadalajara; también formó parte de la selección que compitió en el Mundial de México 1986. De corta estatura y ojos verdes, su aspecto físico le ganó el mote de “Chícharo”. El jugador, a quien se le recuerda por su habilidad para rematar con ambos pies, solía llevar a su hijo Javier al colegio Abraham Lincoln de Guadalajara, donde se inscribió a los seis años. El Chícharo lo llevaba de la mano hasta el salón de clases y al verlo entrar, los niños —incluso algunos papás— se acercaban para pedirle autógrafos.
Hasta el retiro de su padre como jugador, al pequeño Javier le gustaba acompañarlo al estadio para verlo jugar y disfrutar la compañía de otros futbolistas profesionales. Fue lo más natural que los amigos del Chícharo y el personal del estadio empezaran a llamar “Chicharito” al hijo, quien desde pequeño ya mostraba un interés muy definido por el balompié. Muchos los recuerdan charlando con los jugadores en los vestidores y estudiando el juego de su papá en la cancha, con semblante de admiración.
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