RAINER MARIA
RILKE
El Poeta De La Vida Monástica
Semblanza e interpretaciones de
“Das Buch von Mönchischen Leben”
Dr. Adalberto García de Mendoza
MEXICO
1951
Copyright © 2012 por Dr. Adalberto García de Mendoza.
Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: | 2012910783 |
ISBN: | Tapa Dura | 978-1-4633-3124-5 |
Tapa Blanda | 978-1-4633-3126-9 |
Libro Electrónico | 978-1-4633-3125-2 |
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.
Editora: Lic. Elsa Taylor
Diseño de portada: Lupita Salas
Fotografía Portada: Olga Khoroshunova (123rf.com)
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INDICE
RAINER MARÍA RILKE
I
Actualidad de un gran poeta:
Rainer María Rilke
Nace el poeta en la bella ciudad de Praga el 3 de diciembre de 1875. Su vida se desenvuelve en las principales ciudades de Europa y termina el 29 de diciembre de 1926. Su obra en prosa y en verso es de tal profundidad que puede llevarnos en una breve exposición a verdaderos senderos de belleza, de filosofía moral y de actitudes auténticamente religiosas.
Nuestra tarea no va ser biográfica sino que, tomando los textos en sus originales, vamos a pensar sobre ellos, y por ellos. De esta manera tendremos a la vista las obras de su juventud como “Vida y Canciones”, “Ofrenda a los Lares”, todas en verso. Los dramas que indudablemente están inspirados en Maeterlinck: “La Princesa Blanca”, “La Vida Cotidiana” y “Sin Presente”. Cuentos y Novelas cortas: “Al Hilo de la Vida”, “Dos Historias de Praga”.
Durante este tiempo se le encuentra en Munich y Berlín. Pero entonces va a Italia, especialmente a Florencia, a Rusia, a Moscú y por último a París y a las principales poblaciones de Suecia y Dinamarca y empieza la máxima obra. En versos “El Libro de las Horas”, “El Libro de las Imágenes” y “Elegías de Duino”; en crítica, “Rodín” y en novelística de gran importancia “Los Cuadernos de Malte Lauride Brigge” y las “Historias del Buen Jesús”. Es en este tiempo cuando visita el África del Norte, España y varias ciudades de Suiza y escribe “Los Sonetos a Orfeo” y “Vergers”.
Se dedica a la traducción y vierte al alemán las obras de Valéry, Guérin, Gide, Kierkegaard, Dosteiewsky y Puskhin, Alcoforade y Barret- Browning.
Otros muchos escritos como “Cartas a un Joven Poeta” significan una verdadera aportación al dominio de la belleza y de la verdad.
Leyendo al poeta
Por ahora y siempre las palabras de Rilke van a encausar nuestra investigación. Leemos:
“Kunst-Werke sind von einer unendlichen Einsamkeit und mit nichts so wenig erreichbar als mit Kritik, Nur Liebe kann sie erfassen und halten und kann gerecht sein gegen sie.
Geben Sie jedesmal sich und Ihrem Gefühl recht, jeder solchen Auseinandersetzung, Besprechung oder Einführung gegenüber; sollten Sie doch unrecht haben, so wird das natürliche Wachstum Ihres inneren Leben Sie langsam und mit der Zeit zu anderen Erkenntnissen füren.”
Lassen Sie Ihren Urteilen die eigene stille, ungestörte Entwick lung, die, wie jeder Fortschritt, tief aus innen kommen muss und durch nichts gedrängt oder beschleunigt worden kann.
“Las obras de arte son de una infinita soledad, y por nada tan poco abordables como la crítica. Solamente el amor puede comprenderlas y tratarlas y ser justos con ellas”.
“Dése Ud. siempre, la razón, y désela a sus sentimientos ante cada discusión, nota crítica y prólogo de tal ley, y aún si Ud. no tuviera razón, el crecimiento natural de su vida íntima lo conducirá, despacio y con el tiempo, a otras certezas”.
“Déje que en sus juicios se opere el desarrollo propio, tranquilo, no perturbado que, como todo progreso, tiene que derivar de lo íntimo, sin que pueda ser instado y apremiado por nada”.
Palabras estas que escribiera el 25 de abril de 1903 en Viareggio, cerca de Pisa en Italia, cuando está creando los maravillosos poemas “De la pobreza y de la Muerte”, que es la tercera parte del “Libro de las Horas”, bajo el dominio de la angustia.
La Infinita Soledad
Las obras de arte siempre han sido de una infinita soledad. El verso de Dante, la prosa de Dostoiewsky jamás pueden ser comprendidas sino en la soledad del espíritu, en la meditación profunda que cada frase contiene y en la belleza que los propios idiomas proporcionan a quien sabe expresarse con elegancia y dignidad. La obra de arte sólo es posible en la infinita soledad, porque es la manifestación pura y diáfana del espíritu humano, de ese y de esos otros que se llaman Juan Sebastián Bach, Víctor Hugo o Enrique Heine. De ese y de esos otros que fueron Miguel Ángel y Bernini, Tiziano y Rembrandt, Lucca Della Robbia y Durero. Un mundo de seres solitarios y siempre atentos a lo más profundo de su alma.
Solamente el amor puede comprenderlas y tratarlas y ser justos con ellas. Es el sentido que también guarda aquella frase de Landsberg cuando dice “todo amor trae nuevo conocimiento”. Sólo en una actitud amorosa puede llegarse a comprender la pasión desbordante en los dramas y tragedias de Shakespeare, los idilios de Li-Tai-Po, las imaginaciones luminosas de Homero y la vida tormentosa y rebelde en la música beethoveniana.
Sinceridad y Humildad
La sinceridad y el profundo afecto son las condiciones esenciales de todo arte. La soberbia, la mentira, la ambición, el odio, el desprecio jamás darán ningún fruto en el jardín de la belleza. Lo artificioso nace cuando quiere aparecer el hombre con vestidura que no le corresponde pues lo insignificante no lleva esa pasión frenética que siempre señala en primer término toda poesía, toda danza y toda arquitectura.
Por eso mismo el artista debe darse así mismo siempre la razón, y dársela a sus sentimientos. Y si, por una desgracia, no tuviera la razón por que no ha sido suficientemente la voz que brota de lo más profundo de su alma, debe esperar a un crecimiento natural de su vida íntima, lo que conducirá despacio y con el tiempo a certezas y conquistas espirituales. Pero darse la razón sólo cuando se tiene la conciencia completa de que en esa soledad infinita ha hablado el propio corazón y de que se ha sido sincero en el decir y en el obrar, y por último, se ha llegado a una actitud humana de amor, de afecto profundo y sincero para aquello que se ha querido decir y actuar.
¡Cómo recordamos la sentencia agustiniana cuando meditamos semejantes palabras! “Habitat Tacum”, vívete a ti mismo, se tú, di lo que hay en tu interior sin preocupación de nada y de nadie. Nunca te trasformen en otro ni las alabanzas, ni los peligros. Sé como en torrente que, para cumplir tu destino, arroya todo lo que puede ser valla, dique y estorbo. Pero antes que nada, destruye eso que hay en ti mismo y es tu propia vanidad, tu más íntima soberbia, el lujo de creerte más de lo que eres, la despreocupación de tu existencia para tomar modelos de ostentación y de vano orgullo. Sé tú, habitat tacum. Sólo dos palabras y un mundo de vivencias, un océano de peligros y toda una cordillera de incomprensiones. Pero sé tú si quieres llegar a la belleza, si quieres poseer la verdad y si quieres escalar el dominio de la beatitud.
La espera a que el pacto aparezca
Alles ist austragen und dann gebären.
Jeden Einsdruck und jeden Keim eines Gefühls ganz in sich, im Dunkel, im Unsagbaren, Unbewussten, dem sigenen Verstande Unerreichbaren sich vollenden lassen und mit tiefer Demut und Geduld die Stunde der Nierderkunft einer neuen Klarheit abwarten; das allein heisst Künstlerische leben: im Verstchen wie im Schaften.
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