Alicia R. W. de Camilloni
Camilloni, Alicia Leer a Comenio : su tiempo y su didáctica / Alicia Camilloni. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Paidós, 2016. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-950-12-9417-0 1. Educación. 2. Pedagogía . 3. Material Auxiliar para la Enseñanza. I. Título. CDD 370.1 |
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© 2016, Alicia Rosalía Wigdorovitz
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Primera edición en formato digital: mayo de 2016
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ISBN edición digital (ePub): 978-950-12-9417-0
El hombre y su obra
En el prefacio de su gran obra, La gran instauración [ Instauratio Magna ], Francis Bacon describe, en cierto modo poéticamente, su concepción del mundo y del conocimiento:
Porque el edificio del universo es por su estructura una suerte de laberinto para el entendimiento humano que lo contempla; laberinto donde se presentan desde todos lados tantas rutas inciertas, tantas similitudes engañosas de signos y de cosas, tantos nudos, idas y vueltas que se cruzan en todos los sentidos y que se confunden las unas en las otras […]. Nos hace falta un hilo para dirigir la marcha.
A esta marcha colectiva por el laberinto, que se inicia, por cierto, mucho antes del siglo XVII, se suma Juan Amos Comenio, quien desempeña un papel de guía que, como él mismo lo asume intencionalmente, no es pequeño, porque está destinado a orientar a todos los hombres y a todos los pueblos. Comenio confiere al laberinto el gran valor simbólico que le había otorgado Bacon. El plan de su obra y el plan de su vida se confunden en uno. A pesar de las vicisitudes sin fin que debió afrontar, su confianza no desmayó y prosiguió el camino que se había trazado hacia la grandiosa meta que había determinado alcanzar. En su vida y en su obra, la didáctica fue la disciplina que le permitió reunir de manera integral su concepción religiosa, filosófica y científica así como sus ideales sociales. A ella ligó su vasta experiencia como educador, maestro y director de escuela, autor de libros de texto y guía espiritual de su comunidad.
El camino que emprendió era muy gravoso y siempre difícil, pero ante todos los avatares demostró que no era hombre de renunciamientos cuando se trataba de la defensa de sus principios y de sus ideales. En el trayecto de su vida se encontró acompañado, a veces, por amigos y autoridades o gobernantes que lo respaldaron y protegieron; en otras circunstancias, en cambio, se halló en completa soledad y terrible infortunio. Siempre, sin embargo, su principal soporte fue su fe. Escritor asombrosamente prolífico, procuró dirigir su discurso a públicos diversos y se preocupó, entonces, por adaptarlo para hacerlo comprensible a todos.
Enseñar, para un hombre acosado por preocupaciones religiosas, científicas y materiales, no fue una tarea más. Enseñar y producir conocimiento fueron para él una misma labor.
Su influencia en el pensamiento pedagógico ha sido, sin duda, muy importante. Un polémico autor, Nicholas Murray Butler (1862-1947), escribió en el tercer aniversario del nacimiento de Comenio que “su relación con la enseñanza del presente es similar a la que tuvieron Copérnico y Newton con la ciencia moderna y Bacon y Descartes con la filosofía moderna”. por la Unesco, este advertía que no es apropiado realizar una lectura anacrónica del texto comeniano. La Didáctica Magna se presta, ciertamente, a hallar de inmediato el eco que las ideas de Comenio tienen de manera seminal en muchas facetas y temas de la pedagogía, la didáctica y la política educativa actual. Esos ecos existen, pero Comenio es, sin duda, un autor que, como veremos, solo se lo puede comprender en su totalidad encuadrándolo en el marco de las ideas de su tiempo para descubrir cuál es el alcance que el autor se propuso darles, descubrir su consistencia, su alcance y su originalidad.
Entre muchos otros, suele destacarse, por ejemplo, el concepto de educación permanente , un concepto cuya autoría se atribuye a Comenio: “La educación durante toda la vida es un pensamiento íntegramente comeniano”, afirma Dagmar Čapková. Pero, en verdad, aunque encontremos en el texto de Comenio alguna alusión a que deben ser educados jóvenes y ancianos, esa afirmación debiera ser relativizada a la luz de la reiterada afirmación que formula Comenio en diferentes lugares de su texto de que las edades más apropiadas para la educación son la niñez y la juventud.
Otro concepto que se considera muy representativo del pensamiento comeniano es el del valor de la autopsia como primer paso del método, un paso que consiste en examinar y pensar por sí mismo como principio de la construcción del conocimiento, pero Comenio destaca, en la base del aprendizaje, a la imitación y la obediencia. Así pues, como en muchas otras cuestiones, no es acertado analizar el texto en forma fragmentaria. La comprensión de las ideas pedagógicas de Comenio requiere una lectura integral de su libro.
El alcance que Comenio dio a su obra fue sin duda muy grande. Su propósito explícito era cumplir la misión de ayudar a la salvación del género humano. Wojciech A. Kulesza, al analizar la utopía comeniana, dice: “Su proyecto es internacionalista, no solo tiene sentido para los checos sino también para ser asumido por todos los pueblos, de ahí su universalidad, el pan de sus obras”. Es un objetivo notorio que se manifiesta con claridad en la versión latina de la Didáctica Magna . Hacerla accesible a todos es la razón en la que fundamenta el pasaje del idioma materno, el checo, a su segunda escritura en latín.
Las preocupaciones y los escritos de Comenio abarcan cuestiones teológicas, pedagógicas y políticas, que se entrecruzan de modo constante no solo en el texto de esta obra y de otras obras del autor, sino de manera muy significativa durante todo el transcurso de los acontecimientos de su existencia. Su responsabilidad por el destino de la Unidad de Brethren, a la que pertenecía y que llegó a conducir, lo acompañó hasta el final de su vida.
Comenio fue un escritor extraordinariamente fecundo. Aunque solo se ha conservado una parte de su producción escrita, sus obras asombran por su gran número. Fueron escritas en un tiempo en el que se dependía de la breve duración del día en el invierno del norte de Europa y de la escasa iluminación que se podía obtener durante las prolongadas noches, supeditado, por tanto, a las muy pobres condiciones materiales de escritura. Si bien muchos manuscritos se perdieron durante las guerras que se sucedieron en los lugares donde habitaba, las obras que se conservaron y las que se publicaron muestran que debía poseer una voluntad poderosa y una notable disciplina de trabajo que solo se pueden explicar en tanto manifestación consciente de una vigorosa convicción respecto de la importancia de sus ideas y del valor que él asignaba a su comunicación.
- Bacon, Francis, De la dignité et l’accroissement des sciences , París, Librarie Hatier, 1922, p. 16.