Federico Kotlar - Atlanta: Una historia de valientes

Estoy seguro de que el hincha de Aldosivi siente por Aldosivi lo mismo que el hincha de Racing siente por Racing o el hincha de Brown de Adrogué siente por Brown de Adrogué. Podría seguir con la lista entera del fútbol argentino. Estoy seguro de que el hincha de Aldosivi, el hincha de Racing, el hincha de Brown de Adrogué y el hincha de cualquier equipo argentino dice: “Pero lo nuestro es distinto, ser de __________________ (complete usted) es distinto”. Lo decimos sin argumentos: ¿o acaso fuimos hinchas de los demás equipos? ¿O acaso hicimos algún tipo de estudio para tratar de entender qué sienten los hinchas de los demás equipos? En definitiva, lo más probable es que los hinchas sintamos lo mismo y creamos que lo nuestro es distinto a lo de los demás. Yo vengo a decir que ser de Atlanta es distinto, que tengo miles de pruebas para demostrarlo y que quiero arrancar con dos que tengo a mano:

Federico Kotlar y este libro.

Federico Kotlar es una especie de Jesucristo que veo deambular hace años por la tribuna o por la platea de la cancha de Atlanta. Camina lento, como si su pelo largo y su barba le pesaran, como si cargara en su espalda todos los datos y estadísticas que sabe sobre el fútbol y sobre Atlanta, como si llevara consigo frustraciones de pelotas en el palo, goles contrarios en minutos noventa y algunos descensos fatales. Rodeado de un quinteto de discípulos se sienta en su platea y pierde su mirada en el campo de juego. Pareciera concentrado en el partido, pero a veces sospecho que está a la espera de la llegada de un mesías que rescate a Atlanta y lo lleve otra vez a la categoría más alta. No sé cuándo fue, pero de tanto vernos en la cancha, algún día empezamos a hablar con Federico y surgió la relación entre dos tipos insoportables que en toda conversación siempre tienen algo para decir sobre Atlanta. ¿Cómo puede ser? ¿Qué es lo que tienen para decir? ¿No se agota el tema? Alguna vez fuimos más allá, osamos dialogar sobre otras cuestiones, y encontré en Federico un hombre sensible, culto, periodista de raza, educado. Incluso parece un buen padre y un marido aceptable. De lo que estoy seguro es de que es un tipo generoso. A los hinchas de Atlanta nos regala este libro imperdible. Bien escrito, honesto, con historias y testimonios de un club entrañable que tratan de encontrar una respuesta a esta historia de valientes. Pero como en toda buena obra de arte, estas páginas nos van a dejar más preguntas que respuestas y a la vez nos van a hacer sentir acompañados en la locura. ¿Por qué, a pesar de tantos golpes, una persona sigue persiguiendo una causa que no termina de ser clara? ¿Qué lleva a un ser humano a entregar horas de su vida (el tiempo es lo más preciado) a una cuestión que no deja de lastimarlo? Sean bienvenidos todos los hinchas del fútbol argentino a este libro. Pasen, lean y descubran qué es lo que sentimos los hinchas de Atlanta y por qué ser de Atlanta es distinto.

No hay nadie más indicado que Federico Kotlar para escribir esta historia integral, definitiva de Atlanta. Porque hace un recorrido cronológico con todas las anécdotas y los datos que importan, y eso la convierte en el tesoro perfecto para varias generaciones —hijos, padres y abuelos— de corazones bohemios. Porque incluye testimonios que harán tambalear algunos mitos que parecían imbatibles —como el de la polémica final de 1985— y se embarca en el inagotable relato de glorias y desventuras del club. Pero por encima de todo, porque Federico es, además de un gran investigador, un auténtico hincha, uno que aprendió a lo largo de su vida a celebrar y, claro, a sufrir las vicisitudes de un equipo que siempre parece a punto de desaparecer pero que una y otra vez sale adelante con fuerza e instinto de supervivencia. Uno que nunca pierde el humor ni —como los hinchas más fieles— la esperanza de que este sea finalmente el año.

Una historia de valientes

Veo deambular a Federico Kotlar hace años por la tribuna y la platea de la cancha de Atlanta. Un día empezamos a hablar y surgió la relación entre dos tipos insoportables que siempre tienen algo para decir sobre el club. Alguna vez osamos dialogar sobre otras cuestiones, y encontré en Federico un hombre sensible, culto, periodista de raza, educado. Incluso parece un buen padre y un marido aceptable. De lo que estoy seguro es de que es un tipo generoso. A los hinchas de Atlanta nos regala este libro imperdible. Bien escrito, honesto, con relatos y testimonios de un club entrañable que tratan de encontrar una respuesta a esta historia de valientes. Pero como en toda buena obra de arte, estas páginas nos van a dejar más preguntas que respuestas y a la vez nos van a hacer sentir acompañados en la locura. ¿Qué lleva a un ser humano a entregar horas de su vida a una cuestión que no deja de lastimarlo? Sean bienvenidos todos los hinchas del fútbol argentino a este libro. Pasen, lean y descubran qué es lo que sentimos los hinchas de Atlanta y por qué ser de Atlanta es distinto.

Sebastián Wainraich

FEDERICO KOTLAR

Es periodista. En 1996 empezó a trabajar en Clarín, donde es editor desde el año 2000, y a partir de 2008 se desempeña en la sección Deportes. Ha cubierto el Mundial de Sudáfrica 2010, series de Copa Davis en Serbia, República Checa e Italia, los Abiertos de tenis de Estados Unidos y Australia y el Masters de Londres. En 1991 fundó, junto con un grupo de compañeros del Nacional de Buenos Aires, la revista Campo de Juego, que hasta la fecha sigue registrando los campeonatos de fútbol del colegio. En 1995 ganó el premio mayor en el programa de televisión Tiempo de siembra, donde respondió sobre historia de los mundiales. Fue productor periodístico del ciclo radial Siga, siga entre 1999 y 2001. En 2009 recibió el Premio Estímulo al periodismo joven de DeporTEA por su trabajo en medios digitales. Va a la cancha de Atlanta con su familia desde 1978, cuando tenía cuatro años.

Acaso alguna vez te preguntaste por qué hay tanto equipo de nombre Atlanta o similar (Atlante, Atalanta) perdido por el mundo. Es hora de confesar que no todos nos homenajean, aunque estos sí sean los casos, por ejemplo, de Atlanta de Luján o de Atlanta de Young, en Uruguay (que tienen iguales colores y escudos muy similares al nuestro). La explicación primaria se remonta a la mitología griega, lo que permitiría concluir que la historia de nuestro club comenzó hace más de tres mil años. Una situación que nos haría largamente decanos del fútbol argentino.