PRÓLOGO. LA INDISPENSABLE APORTACIÓN DE LAS DIFERENCIAS: TAMBIÉN EN MUJERES Y PSICOSIS
Jorge L. Tizón
Era necesario que nuestra colección 3P (Psicopatología y psicoterapia de las psicosis) abordara un tema que hoy es fundamental en cualquier aproximación a la asistencia en salud y a la salud mental que aspire a alcanzar un carácter integral u holístico. ¿Qué hay más integrador, más propio de una visión de la humanidad como «objeto total», que tener en cuenta a ese 49,5 % de la humanidad que es siempre preterido? Nos referimos a ese porcentaje postergado no solo en la distribución del poder, sino también en la organización social, en la vida cotidiana e incluso en los libros y trabajos científico-técnicos. El libro editado por Marie Brown y Marilyn Charles, que aquí les presentamos, nos ha parecido una brillante introducción multidisciplinaria a esa visión integral u holística de la humanidad en nuestro ámbito concreto de la psicopatología y la psicoterapia de las psicosis.
En efecto, el libro incluye vivencias, aportaciones y revisiones clínicas, análisis teórico-científicos, casos clínicos e historias personales vistas desde la perspectiva del género femenino. Este acercamiento pluridisciplinar e interdisciplinar a la psicosis desde una mirada femenina es hoy totalmente necesario porque incluso las aproximaciones médicas actuales negligen a menudo las diferencias de género; un asunto no baladí si tenemos en cuenta que uno de los elementos definitorios del género, y por supuesto, del sexo, es la biología: la existencia de hombres y mujeres, machos y hembras de la especie humana, es una característica biológica básica y, desde luego, trasciende los usos y concreciones de esas diferencias en las diversas etnias y culturas humanas.
Mujeres y psicosis es uno de los primeros libros que hemos conocido que intenta presentar perspectivas multidisciplinarias para la comprensión de una doble marginación, o, mejor dicho, sobre la interacción de dos identidades marginadas: mujeres y psicosis, las personas consideradas «psicóticas» y las mujeres. Es cierto que, en su marcha hacia una percepción más globalizante de la humanidad, más de «objeto total», como diríamos en psicoanálisis, o más «humanista integral», como podría decirse desde otras perspectivas, la consideración del género es fundamental. En el camino hacia mayores cotas de solidaridad, cooperación y bienestar de la humanidad global, hay grandes brechas marginadoras que dificultan el avance hacia un humanismo globalizado. La primera, milenaria, es la marginación y opresión de género. Otras, las de clase social y etnia o las marginaciones creadas por las migraciones, por enfermedades, por diversos tipos de estigma… Por eso, porque no hay un avance real en la solidaridad, la equidad y la democracia social sin los cambios que el feminismo lleva siglos exigiendo, tener en cuenta la perspectiva de género en todas las actividades y ámbitos hoy en día es perentorio. Pero es que, además, no hay, no puede haber una comprensión real de las psicosis ni una integralidad en sus cuidados si no se puede atender a las diferencias genéricas, a las diferencias probablemente existentes entre hombres y mujeres también en este tema.
Marie Brown cuenta ya en la introducción que decidió «dar comienzo a Mujeres y psicosis con un fragmento de mi propia experiencia» aunque «sería falso afirmar que he experimentado un “brote psicótico”». Eso ha favorecido un aspecto de la estructura del libro: la combinación de datos y estudios científicos o histórico-sociales con aportaciones experienciales y vivenciales, muy en la línea de otros volúmenes de nuestra colección, entre los que siempre hemos deseado que figuraran «narraciones en primera persona» (por ejemplo, con los libros Williams, Jackson y Magagna, Morrison, Volkan, Gauger…). Eso hace que el libro que el lector tiene en sus manos sea también un volumen vivencial, clínico y con numerosas referencias a la narrativa y las novelas «de género»: es decir, un libro experiencial, clínico, vivo…
Sin embargo, en la medida en que se trata de marginaciones y de seres (más o menos) marginados, sabemos aún muy poco acerca de cómo interactúan la marginación y el estigma de las psicosis, tan frecuentes, con esas otras marginaciones fundamentales en la especie: género, clase, etnia, migración… Es cierto que los trabajos académicos e incluso las novelas sobre «mujeres y locura» han sido y son relativamente frecuentes en la literatura. Pero en pocas ocasiones pueden encontrarse aproximaciones «de género» que, además, intenten la convergencia, la puesta en contacto de esas aportaciones culturales con los conocimientos científicos y técnicos sobre el tema y que, por tanto, sean radicalmente pluridisciplinarias e interdisciplinarias, tanto en el contenido como en la forma. Ahí resalta la aportación de Mujeres y psicosis , que incluye cuatro partes bien diferenciadas pero interconectadas: «Las mujeres y la psicosis en el arte y la cultura»; «Las mujeres, la psicosis y el cuerpo»; «Las mujeres, la psicosis y la espiritualidad» y las «Perspectivas psiquiátricas sobre las mujeres y la psicosis».
De ahí también la variedad formal de sus enfoques: algunos de sus capítulos son formalmente más narrativos, otros, más socioculturales e históricos y otros, más científico-técnicos. Casi todos incluyen narrativas, historias y casos demostrativos, pero algunos están escritos directamente en el formato de «comunicaciones en primera persona». Otros capítulos siguen las pautas propias de la «revisión científica». Por último, algunos capítulos se atreven con la perspectiva interdisciplinaria que incluye esos diferentes temas y formatos. Pero la descripción vívida y las historias vividas son indispensables porque, como demuestran varias coautoras en ámbitos diversos, las experiencias de las personas consideradas «locas», en particular las mujeres, han sido colonizadas o explicadas por otros , ya sea por la religión, las artes, o las ciencias y técnicas. Y, casi siempre, esos otros son de género masculino.
P SICOSIS, IDENTIDAD Y CULTURA
Lo dicho hasta aquí señala la importancia de desarrollar estudios médicos y psicopatológicos sobre la relación entre los trastornos mentales, sus vivencias y los efectos de la cuádruple dominación de la que hablábamos: género, clase, raza… y psicosis. Contemplar las rupturas del conocimiento producidas por las tres primeras formas de dominación es fundamental, como también lo es observar las rupturas y la desacreditación de la identidad que (casi) siempre acompañan a la psicosis.