El padre Hurtado murió el 18 de agosto de 1952, a los 51 años.
Medida antigua de superficie que en Castilla equivalía a 537 m aproximadamente, y era el espacio de terreno que se consideraba necesario para sembrar un celemín de trigo (RAE).
Por razones que más adelante podrán apreciarse, el de don Manuel Flores es un nombre supuesto.
Un testimonio no desprovisto de interés, obtenido por el método de encuestas de Le Play, es, por ejemplo, la “Monografía de una familia obrera de Santiago”, elaborada en 1902 por Guillermo Eyzaguirre y Jorge Errázuriz.
La carta terminaba con esta curiosa posdata: “Contéstame luego, largo y acaba con tu infame costumbre de guardar las cartas porque entonces no te voy a poder escribir”. Así, esta carta, igual que la anterior y varias otras de fecha muy posterior, fue devuelta a su autor, quien las conservó todas cuidadosamente ordenadas. Son de las escasas cartas que merecieron ese cuidado.
Rector del Colegio de San Ignacio.
Según recuerdos de Carlos Vergara Bravo, miembro de ese grupo, solían reunirse entonces, además del que hacía de dueño de casa, los señores Pablo Larraín, Guillermo Viviani, Aníbal Aguayo, Salvador Valdés, Hugo Valdés, Luis Nieto, Julio Donoso, Luis Pizarro Espoz, Jorge Arteaga Isaza, Alfredo Cerallo, Eduardo Muñoz Guzmán, Oscar Larson, Emilio Tizzoni y Alejandro de la Noi.
Iniciales de la organización obrera International Workers of the World , que tenía una filial en Chile, y cuyos miembros eran tenidos por peligrosamente subversivos.
Hugo Rahner S.J.: Saint Ignace de Loyola et la genese des Exercises.
De los Ejercicios se han hecho más de 4.500 ediciones, sea del texto solo o acompañado de notas y explicaciones, que han aparecido en 19 idiomas diferentes, incluidos el vasco, el tamul, el malgache y el azteca. A lo menso cuatro millones de ejemplares de la obra han sido lanzados a la circulación. Cada año, millones de personas hacen “ejercicios espirituales”.
El manifiesto del Partido Social Sindicalista, que es, en verdad, un sabroso documento, apareció firmado por los señores Julio Santa María, René Honorato, Armando Fontaine, Antonio Morales, Carlos Arias, Carlos Vergara Bravo, Bartolomé Ramírez, Eduardo Medina, Ignacio Palma Vicuña, Carlos Contreras Sepúlveda, Eduardo Meza, Guillermo Hurtado, Francisco Castillo, Arturo Droguett, Emilio Morales, Antonio Cifuentes, Guillermo Labatut, Eduardo Morales, Clotario Blest, Ignacio Matte, Ramón Pineda, Ismael Canessa Ibarra. Entre ellos había un buen número de médicos o estudiantes de Medicina.
El flamante partido alcanzó a publicar un “boletín de orientaciones e informaciones sociales”, bajo el nombre de Idea Nueva , que tuvo dos ediciones, en agosto y septiembre de 1932, respectivamente. El sabor de sus editoriales no tiene nada que envidiar al del manifiesto. El Partido propugnaba la organización del estado sobre una base corporativa y sostenía que el Congreso Constituyente a que luego convocó el Gobierno de Dávila debía considerar ese principio
Publicado por Editorial del Pacífico, S.A., en 1949 (Nota del editor).
La Revista Universitaria , publicación oficial de la Universidad Católica de Chile, contenía en su número de agosto de 1936 el texto, adaptado ya, de dichas conferencias, el mismo del libro titulado La crisis de la pubertad y la educación de la castidad , que al año siguiente publicó la editorial Splendor, de Santiago, y que posteriormente ha tenido por lo menos dos ediciones más. A él le siguió en 1938, otro que, en cierto modo, continúa al primero: La vida afectiva en la adolescencia , también publicado por Splendor.
No deja de ser interesante, por cierto, la opinión del padre Hurtado sobre las causas que habían determinado la formación de la Falange nacional. En el memorándum citado hablaba de la “acción de un izquierdismo católico”. “Es indudable que el fenómeno mundial de movimientos más extremistas se ha hecho sentir en el campo político conservador chileno. Jóvenes idealistas han querido dar un rumbo más acelerado a la realización del pensamiento pontificio en materia social, no siempre con el acierto y equilibrio que podría desearse. Es un eco de la inquietud mundial ante el desorden económico, ideológico, social. No puede contrarrestarse con meras negativas, ni puede decirse con verdad que se deba predominantemente a la influencia de Maritain, sino más bien a la razón arriba apuntada: es un eco del inconformismo de la nueva generación.
”Maritain apenas si ha sido leído. En su integridad, por un grupito reducísimo. Más que influencia política, puede haber tenido Maritain influencia religiosa por su teoría de ‘los medios pobres’, que ha sido entendida por algunos en un sentido de desentenderse de la acción humana, para esperarlo todo de la oración y resignación.
”A esta acción avanzada de los jóvenes responde también otra causa: la formación de una clase media católica, que hasta ahora no existía. De hecho hasta ahora la política católica estaba gobernada por el Partido Conservador, formado en su inmensa mayoría por gente de alta situación social, poseedores de cultura y fortuna. En este ambiente, los jóvenes modestos, en general, se sentían fuera de ambiente. Tolerados, patrocinados, pero no en casa propia, buscaban un hogar más suyo. Eso los llevó a buscar la Falange.
”De la pérdida de las elecciones de 1938 se echa la culpa la Falange. Ciertamente que habrían tenido otro resultado si su colaboración hubiese sido oficial y más entusiasta. Pero ¿Pudo pedírsele esto ante la actitud del candidato señor Ross, que se negó sistemáticamente ha hacer alguna declaración de carácter social, a buscar en alguna forma a los falangistas? ¿Pudo pedírseles esto ante la actitud tan orgullosa y despectiva de los dirigentes de la campaña del señor Ross que hirieron los sentimientos más íntimos de estos jóvenes? A los que tenían más años era más justo pedirles también más prudencia. No la tuvieron porque la creyeron innecesaria, porque juzgaron que con el dinero que tenían en abundancia, y con la ayuda oficial tenían seguro el triunfo y no querían debérselo en forma alguna a estos jovencitos audaces… Fue muy de lamentar esta separación; pero para ser justo hay que ver la culpa en todas las partes donde está. ¡Ahora mismo, a la unión de ambos partidos, unión siquiera electoral, se opone tal vez como el elemento más tenaz la actitud incomprensiva de muchos dirigentes conservadores que no quieren reconocer el hecho consumado y quieren humillar a los jóvenes y los boicotean sin consideración!
”Respecto al pacto (de la Falange) con el Frente Popular, no puede ser este presentado lisa y llanamente como un pacto, sino como un compromiso para legislar sobre ciertos proyectos sociales que estaban dentro del programa de ambas tendencias políticas. Más prudente parece que habría sido no haber firmado dicho compromiso, pero no puede objetarse como una colaboración con el Comunismo”
Con estas ideas, cuya objetividad ha venido a demostrar el tiempo y el apaciguamiento de las pasiones, no era raro que entonces fuera considerado el padre Hurtado como claramente pro falangista. Incidentalmente podía serlo, pero el error estaba en creer que se planteaba las cosas en términos políticos”. Era esta una visión limitada de la que, como sacerdote, no podía participar y a la cual nunca, en verdad, descendió.
La gran mayoría de los dirigentes de la juventud católica eran universitarios: en 1941 era presidente nacional de los jóvenes de Acción Católica, William Thayer y presidente arquidiocesano de Santiago, Lisandro Urrutia, ambos estudiantes de Leyes de la Universidad Católica. Los Consejos —El Nacional y el Arquidiocesano— que eran numerosos, estaban formados por jóvenes de alrededor de veintiún años o poco más.
“Esta impresión” provenía de lo informado por un Padre Visitador de la Compañía que había estado en Chile y a quién un “escolar” jesuita le había comunicado sus escrúpulos, a los cuales era muy dado. Este escolar los había consultado antes con el padre Hurtado, quien le expuso sus ideas, inspiradas en una obra del padre Gagliardi, De plena cognitioni instituti , las mismas sobre las cuales años antes él había conversado con su rector de Lovaina, padre Janssens, y con su maestro de la Tercera Probación, padre Herman. Pero el Visitador se alarmó y quedó con la impresión que el padre Hurtado tenía una mentalidad que no era de la Compañía. Esa impresión no podría prevalecer en Roma, ya que muy poco más tarde fue elegido General el padre Janssens, que sabía muy bien a qué atenerse sobre el espíritu jesuita de su exalumno de Lovaina. Las dudas que pudiera tener fueron después desvanecidas por el vice-Provincial de Chile, padre Lavín, en un viaje que hizo a Roma.