Daphné B.
maquillada
ENSAYO SOBRE EL MUNDO Y SUS SOMBRAS
traducción: Cecilia Pavón
Índice
Schmoney.
La estrella del pop anarquista ha tenido un bebé con el hijo del multimillonario. Es un fajo gris verdoso de armas y billetes. Es la prueba, para quienes la necesitaban, de que ella realmente no quiso decir lo que decía.
A menudo pienso en el bebé que tuvieron la estrella del pop y el rico heredero.
Pienso en el fajo gris verdoso de dinero y armas, ese color en el que se cruzan la riqueza y la violencia, fibras indisolubles de un mismo tejido. Intento comprender el color, expresar su confusión con palabras. Es un fajo turbio, como el agua sucia. De una opacidad muy práctica que le ayuda a ocultar su banal verdad: no hay billetes sin armas.
Tener un fajo de algo es tener mucho. Pero la opulencia presupone escasez, porque florece sobre la miseria de los demás. De esta relación cercana y esencial nace la violencia. Este bebé está disparando un arma.
El bebé que describe la poeta Anne Boyer no es gris, sino grisáceo. No es verde, sino verdoso. De hecho, su tono desafortunado e inacabado cambia constantemente. De ahí los sufijos áceo y oso. Siempre está tomando otro color y mutando, como un órgano en descomposición. El riñón de un cadáver cambia de marrón a negro. La tráquea, primero blanca, se vuelve roja, luego olivácea. El color traza un movimiento, nos encierra en un ciclo. Y nadie escapa a su danza.
Anne Boyer, “No World But The World” [No hay mundo más que el mundo], en Garments Against Women, Boise, Ahsahta Press, 2015, p. 18.
Daphné B. nació en 1990 en Montreal, Canadá. Es poeta y traductora. Publicó los libros de poemas Bluetiful (2016), Delete (2017) y La pluie des autres (2022). Colabora con diferentes revistas y cofundó la plataforma feminista de difusión de literatura canadiense Filles Missiles. Vive en Montreal.
Daphné B.
Maquillada : ensayo sobre el mundo y sus sombras / Daphné B. - Ciudad de Buenos Aires : Blatt & Ríos, 2022.
Libro digital, EPUB
Traducción de: Cecilia Pavón.
ISBN 978-987-8473-52-9
1. Ensayo. 2. Ensayo Literario. 3. Ensayo Sociológico. I. Pavón, Cecilia, trad. II. Título.
CDD A864
Título original: Maquillée, © 2020, 2022: Marchan de feuilles
© 2020, 2022 Daphné B.
© 2022, por la traducción: Cecilia Pavón
© 2022 Blatt & Ríos
1ª edición: septiembre de 2022
1ª edición digital: septiembre de 2022
Diseño de cubierta: Iñaki Jankowski | www.jij.com.ar
Fotografía de cubierta: Retrato de Daphné B., por Justine Latour
Producción de eBook: Libresque
blatt-rios.com.ar
ISBN: 978-987-8473-52-9
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sin permiso previo del editor y/o autor.
Maquillada, metida en la cama, escucho una canción que habla del dinero, lleno mi carrito de compras de Sephora hasta el borde: dos paletas de sombras de ojos iridiscentes, un lápiz de ojos y una botella de retinol. Con el clic de un mouse, desperdicié el equivalente a un tercio de mi alquiler. Hice que una estrella implotara, aniquilé a una familia de mariposas, arrasé un campo de tréboles. Pronto vendrá un camión y me entregará una pequeña caja.
No estoy haciendo nada para detener el apocalipsis. Estuve pegada durante cuatro horas a la pantalla de mi computadora. La paleta de sombras de ojos Conspiracy, fruto de una colaboración entre los youtubers estadounidenses Jeffree Star y Shane Dawson, acaba de ser lanzada. Sólo dos minutos antes de que saliera al mercado, el aumento de usuarios de internet hizo que colapsara la plataforma de comercio electrónico Shopify. “¡Rompieron!” Jeffree Star se apresura a decirles a sus frustrados fans que intentan sin éxito hacerse con la paleta.
Sin embargo, esta falla informática no tiene nada de sorprendente. Juntos, Jeffree Star y Shane Dawson tienen más de treinta y nueve millones de suscriptores en YouTube, una verdadera marea humana. Mientras Shopify trabaja duro para revivir la plataforma de sus cenizas y permitirle al capital que siga su curso, los fanáticos febriles recurren a Twitter. Hay una que publica un video de ella en el hospital. Se la ve empujando su soporte intravenoso hacia la ventana más cercana, teléfono en mano. Está decidida a recibir la señal y mantener su lugar en la cola de espera digital.
“De camino a la ventana tratando de obtener alguna señal para poder comprar la #ShaneDawsonXJeffreeStar #ConspiracyPalette ya que no pude salir del hospital e ir a una tienda Morphe ”.
Todos estamos conmovidos por este acto de devoción, yo también. Shane Dawson está llorando, quiero decir: Shane Dawson está tuiteando emojis de hombrecitos llorando. En la sala de conferencias donde se filma la serie, alguien les grita a los dos acólitos que probablemente tengan más influencia que el presidente estadounidense. Y puede que sea cierto, ya que en este preciso momento están ejerciendo una verdadera fuerza gravitacional sobre millones de cuerpos. Como los astros, Shane y Jeffree están sutilmente desviando mi órbita, la mía y la de tantas personas. Obligan a esta niña enferma a empujar su soporte intravenoso, a caminar hacia la ventana más cercana para refrescar su pantalla. Ahora, más de dos millones y medio de clientes están haciendo cola en línea, ansiosos por finalizar su transacción. Menos de cuatro horas después, antes de que yo misma pueda conseguir la paleta, un millón cien mil unidades han volado y todos los artículos de la colección están agotados. El lanzamiento de Conspiracy Palette deja así una marca en los anales de la industria de la belleza.
Está bien, no estoy en Los Ángeles, no estoy saliendo con el CEO de Tesla, no tengo discografía propia. Aun así, no puedo distanciarme tan fácilmente como me gustaría de la contradictoria estrella del pop, esta chica “que no piensa mucho lo que dice”. Acabo de perder un día de mi vida fantaseando con una paleta de maquillaje, y esta no es la primera vez que pierdo el tiempo así. Soy feminista, poeta y traductora. Intento luchar contra el capitalismo, el sexismo, el racismo y el colonialismo que acechan dentro de mí. Y a pesar de que hablo en voz alta, a pesar de que cuestiono a los hombres demasiado seguros de sí mismos cuando hablo en vivo en la radio estatal, no soy inmune a lo que estoy describiendo. Me da vergüenza consumir y desperdiciar mi vida en sitios que alimentan mis deseos inagotables. Mi libido está disminuyendo, pero todavía tengo ganas de comprar. Comprar. Sin importar qué. Un nuevo color de sombra de ojos, zapatos, vino anaranjado, una salchicha hecha de carne de foca. A veces, no llego a convencerme de que mi inercia es una forma de autocuidado. Contemplo mis privilegios y la sangre sobre mis manos manchadas de pan y manteca. Mi vergüenza no hace que se frene ninguno de mis impulsos.
Cuando vivía en Taipéi, una anciana de mi calle vendía batatas que cocía sobre carbón. Yo, que no vendía batatas, que probablemente nunca en mi vida vaya a vender batatas, me alejaba de su puesto lo más rápido posible cada vez que pasaba por delante. Me escabullía para correr a lo largo de un río contaminado con la sincera esperanza de esculpir mi trasero. En aquellos tiempos, lograba salir de mi letargo para ir a fumar cigarrillos a mi balcón. Encontré mi disfrute en la autodestrucción; la vi como una forma de salvarme. Me gustaba pensar que matándome un poco iba a terminar perdonándome por existir. Y si bien