Bibliografía
Daniel Buren es uno de los más conspicuos representantes de esa estirpe de “artistas-escritores” que, paralelamente a su labor en el ámbito de la práctica, ha desarrollado una prolífica actividad como teórico y pensador tanto de su propia obra como del arte en su acepción más amplia y general. Sus numerosos textos han sido recopilados en los tres volúmenes de: Les Écrits , Bordeaux, capcMusée d’Art Contemporain, 1991. En esta edición –imprescindible para obtener un conocimiento mínimamente consistente de la obra y el pensamiento del artista francés–, es posible diferenciar cinco tipo de escritos: los textos específicos, en los que se ofrecen reflexiones sobre diversos asuntos del arte; las entrevistas, que, por su carácter más directo, aportan mucha de la información más valiosa sobre diversos aspectos de su universo estético-discursivo; una parte más panfletaria, que se corresponde con respuestas dadas por Buren a críticos con los que no está de acuerdo o con la expresión de su opinión sobre situaciones políticas que afectan al ámbito artístico; los manifiestos, que datan de la época en que trabajaba con Mosset, Parmentier y Toroni; y, en última instancia, los textos de naturaleza descriptiva, redactados como acompañamiento a las photo-souvenirs .
Pese a que, en estos tres volúmenes de Les Écrits , se encuentran compilados todos sus textos desde 1965 hasta 1990, para la presente monografía se han empleado, igualmente, por su rica información visual: Buren, D., Ponctuations , Lyon, Le Nouveau Musée, 1980; y Buren, D., Photo-souvenirs , 1965-1988, Villeurbanne, Art Edition, 1988. Con posterioridad a 1990, y, consiguientemente, fuera de la compilación aparecida en Les Écrits , son interesantes destacar: Buren, D., À force de descendre dans la rue, l’art peut-il enfin y monter? , Paris, Sens & Tonka, 1998; y la entrevista de Eckhard Schneider a Daniel Buren en Les Couleurs Traversées , catálogo de la exposición en Bregenz, 27 enero-18 marzo, 2001.
Otra compilación importante y más creativa de sus textos es: Daniel Buren mot à mot , Paris, Centre Georges Pompidou, Éditions Xavier Barral, Éditions de la Martinière, 2002. Esta publicación permite acceder a una notable cantidad de documentos escritos y visuales a través de diferentes palabras clave que facilitan la labor del lector y que ofrecen, en no pocas dimensiones, nuevas perspectivas desde la que analizar su obra.
Dentro, todavía, de este tipo de texto construido en torno a la idea de “palabras clave”, aunque deslizándonos al dominio de las monografías sobre su obra, hay que destacar: Laurent, T., Motsclés pour Daniel Buren , Paris, Éditions Au Même Titre, 2002. Otras monografías imprescindibles son: Francblin, C., Daniel Buren , Paris, Artpress, 1987; y Lelong, G., Daniel Buren , Paris, Flammarion, 2001. Además, sobre Daniel Buren han escrito algunos de los principales representantes del pensamiento crítico contemporáneo, entre los que cabe destacar: Lyotard, J-F., Que peindre? Adami, Arakawa, Buren , Paris, Éditions de la Différence, 1987; y Buchloh, B. H. D., Neo-Avantgarde and Culture Industry. Essays on European and American Art from 1955 to 1975 , Cambridge, London, The MIT Press, 2000.
Para completar esta selección bibliográfica, hace falta anotar aquellos textos que, tratando temas transversales –arte contextual, crisis del estudio y de la noción de obra, micropolítica, etc.–, han sido utilizados, en el transcurso del estudio, para profundizar en el discurso bureniano: Ardenne, P., Un art contextuel. Création artistique en milieu urbain en situation d’intervention de participation , Paris, Flammarion, 2002; Bougnoux, D., “Les lieux de la transparence”, en Charbonneaux, A-M. & Hillaire, N. (dir.), Oeuvre et lieu , Paris, Flammarion, 2002; Buchloh, B. H. D., “Figures of Authority, Ciphers of Regression. Notes on the Return of the Representation in European Painting”, en Wallis, B. (ed.), Art after Modernism: Rethinking Representation , New York, The New Museum of Contemporary Art, 1984; Deleuze, G. & Guattari, F., Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia , Valencia, Pre-Textos, 2002; Lenhardt, J., “La crise de l’art comme crise de l’objet d’art”, Ligeia , Paris, n.° 15-16 (octubre 1994-junio 1995), pp. 87-92; Owens, C., “Back to Studio”, Art in America , New York, enero 1982, pp. 99-107.
Daniel Buren
Ilustración de sobrecubierta: Daniel Buren, Photo-souvenir: Los dos niveles, Travail in situ , París, 1986
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ISBN: 978-84-15042-68-6
Maquetación: Eurosíntesis Global, S. L.
Introducción
D aniel Buren nació, en 1938, en la localidad francesa de Boulogne-Billancourt, y, en la actualidad, vive y trabaja in situ... De esta manera tan concisa y elusiva, en la que sólo se refleja una fecha y una actitud ante el arte y la vida, expone Buren su biografía, que, como es posible advertir, evita manifiestamente la amenaza de cualquier “contaminación narrativa” que pudiera convertir su trayectoria en una suerte de relato ( récit ), articulado en torno a una serie de líneas de progresión fuertes. Esta maniobra de autoprotección no debe ser recibida como si de una simple y gratuita excentricidad se tratara, ya que, si existe una tendencia –por no llamarla una tentación– contra la que Buren ha estado luchando insistentemente, durante muchos años, ha sido la proclividad de no pocos críticos e historiadores a hacer del análisis de su obra un ejercicio de reducción, orientado al repliegue de ésta a discursos o ideologías nucleares que permitieran su fácil localización. El ejemplo proporcionado por el autor francés es paradigmático de las dificultades a las que se enfrentan disciplinas cerradas y de esquema evolutivo como la historia del arte a la hora de asimilar casos como el suyo, que, a todas luces, desbordan los estrechos conductos por los que suele encauzar los diferentes asuntos por ella tratados. Tal es la heterogeneidad y naturaleza diversa de la documentación generada por Buren a lo largo de sus casi cuarenta años de trabajo que algunos de sus principales estudiosos, en el momento de confeccionar un índice en el que quedara reflejado tanto dicha documentación como las interpretaciones de ella derivadas, no han dudado en recurrir a la ordenación, por orden alfabético, de los múltiples conceptos que la integran y diversifican.
No cabe duda, en este sentido, de que la mayor conveniencia de una fórmula tan en desuso en la “crítica oficial” como la de las “palabrasclave” radica, fundamentalmente, en el hecho de que los índices a los que da lugar no imponen un itinerario analítico único y lineal, sino que, por el contrario, ofrecen diferentes “rutas” posibles que, dependiendo de la manera en que se transiten, revelarán una u otra faceta de la irreductible producción de Buren. Un autor como éste, que ha pretendido cuestionar –hasta su efectiva erosión– algunos de los mitos sobre los que se ha venido fundando, durante los últimos siglos, la experiencia artística –menciónense, a este respecto, ideas tan arraigadas como las de la subjetividad, el autor, el museo o la autonomía de la obra de arte– no podía permitirse caer en la grave contradicción de hacerlo a través de un modelo como el lineal-evolutivo que, entre otros aspectos destacables, se mostraba deudor de aquellos “grandes relatos” denunciados, por vez primera, por Lyotard. Se podría decir, en consecuencia, que Buren ha trabajado siempre desde la evitación de las estructuras narrativas encargadas de orientar el conjunto de su obra en una sola y exclusiva dirección. Y así sucede porque, entre otros motivos reseñables, la impugnación de un modelo de producción como el moderno –profundamente “narrativizado”– pasa, ante todo, por el debilitamiento máximo de todos aquellos elementos de legitimación causales y teleológicos sobre los cuales pivotó el discurso por él alumbrado.