Pablo Gerchunoff - Raúl Alfonsín

Gracias a los enriquecedores diálogos cotidianos con Natalio Botana, Karina Galperín, Santiago Gerchunoff, Roy Hora, José Luis Machinea, Andrés Malamud, Ana María Mustapic, Catalina Smulovitz, Juan Carlos Torre y Javier Zelaznik.

Gracias a un diálogo iluminador –que quizás el no recuerde– con Vicente Palermo en el café Lidoro.

Gracias a Paula Bruno, que me introdujo en los secretos del género biográfico.

Gracias a la enorme generosidad de José Ignacio López. Gracias a Silvia Hansman, que me ayudó a entender los mensajes que transmitía la biblioteca de Alfonsín.

Gracias a Fabián Bosoer.

Gracias a Marcelo Stiletano.

Gracias a Christian Remoli y Juan Baldana.

Gracias a José María Poirier, a Pablo Gianera y a Carlos Galli.

Gracias a Carlos Pagni e Ignacio Zuleta.

Gracias a Armando Caro Figueroa.

Gracias a Luis Barrionuevo.

Gracias a todos los que escribieron sobre Alfonsín antes de que yo me atreviera a hacerlo, especialmente a Oscar Muiño.

Gracias a Ricardo Yofre.

Gracias a Rocío Alconada Alfonsín y a Margarita Ronco. Gracias a la familia Alfonsín.

Gracias a Jesús Rodríguez, que no sólo me enseñó sino que leyó un borrador de este libro. Por las mismas razones, gracias a Sergio Bufano. Los libero a ambos de cualquier ejercicio de piedad si releen estas páginas. Gracias a Raúl Alconada Sempé, a Carlos Becerra, a Leopoldo Moreau, a Enrique Nosiglia, a Elva Roulet, a Facundo Suárez Lastra. Gracias a Marcelo Stubrin, un maestro en el arte del diálogo sutil. Gracias a otro gran conversador, Chrystian Colombo. Gracias a todos los que se prestaron a las entrevistas que les solicité.

Gracias a Ariana Leuzzi, la joven y talentosa historiadora que me ayudó con dedicación y profesionalidad en la tarea de investigación.

Gracias a Fernando Fagnani, Alejandra Bello y Celeste González, de Edhasa, todo profesionalidad y afecto.

Gracias a las instituciones que hicieron posible mis lecturas e investigaciones durante cinco años. A la Universidad Torcuato Di Tella y al querido personal de su biblioteca, a Leandro Giaccobone de la Biblioteca y Archivo Histórico de la UCR, al personal del Archivo General de la Nación, al personal del Archivo Histórico de Chascomús, al personal de la Biblioteca Nacional y de la Biblioteca del Congreso, a Alba Toajas de la Fundación Felipe González.

Gracias a Víctor Bugge, Dani Yako y Quimey Lillo por permitirme el acceso a sus archivos fotográficos, al igual que Valeria Cavallo de Infobae, Osmar Arredondo de Perfil, Sebastián Alonso de Clarín y Fernando Gutiérrez de La Nación.

Finalmente gracias a Susana Lumi, que me acompañó en la conversación diaria sobre Alfonsín, que discutió conmigo el contenido de cada página, la pertinencia de cada fotografía y, sobre todo, el sentido de este libro. Gracias, especialmente, por su prólogo.

Pablo Gerchunoff es Historiador económico. Profesor Emérito de la Universidad Torcuato Di Tella; Profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires; profesor visitante en diversas universidades extranjeras. Investigador Asociado del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares, Miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y becario de la Fundación Guggenheim (2008/2009). Ha recibido el Premio Konex 2016 como personalidad destacada de las Humanidades Argentinas en la categoría “Desarrollo Económico”. Ha escrito extensamente sobre temas de economía política, solo o en colaboración. Entre sus publicaciones más importantes se destacan El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas argentinas (varias ediciones), Entre la equidad y el crecimiento. Ascenso y caída de la economía argentina 1880-2002 (2004), ¿Por qué Argentina no fue Australia? Una hipótesis sobre un cambio de rumbo (2006), Desorden y Progreso. Historia de las crisis económicas argentinas 1875-1905 (Edhasa, 2007), El eslabón perdido (Edhasa, 2017), La caída (2018) y La moneda en el aire. Conversaciones sobre la Argentina y su historia de futuros imprevisibles (2021), junto a Roy Hora.