Beatriz Becerra Basterrechea - Eres liberal y no lo sabes

BEATRIZ BECERRA BASTERRECHEA (Madrid, 14 de noviembre de 1966) es una escritora y política liberal demócrata española.​ En la actualidad es vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo y está integrada en el Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa.​ Entre 2009 y 2014 formó parte del Consejo de Dirección de Unión Progreso y Democracia como responsable de Comunicación. Fue elegida eurodiputada en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014​ tras concurrir por la lista de UPyD.

Se licenció en Psicología Industrial por la Universidad Complutense de Madrid en 1989. Ha realizado también un MBA Máster en Administración y Dirección de Empresas. Entre 1989 y 2005 trabajó en el sector audiovisual en multinacionales como CBS y Buena Vista International España. Entre 1998 y 2005 trabajó en Sony Pictures Entertainment, en la que llegó a ser Directora de Marketing y Ventas para España y Portugal. También trabajó para la ONG Acción contra el hambre y como consultora para Discovery Networks. Además, ha desarrollado una labor docente en estudios de posgrado entre 1998 y 2014 en el Centro Universitario Villanueva y en ICADE (Universidad Pontificia de Comillas).

Sin pertenencia política previa, en 2008 se afilia a Unión Progreso y Democracia, partido político español de centro fundado en 2007 y cuya líder era por entonces Rosa Díez. En el I Congreso de UPyD celebrado en 2009 resultó elegida para el principal órgano ejecutivo, el Consejo de Dirección, al formar parte de la candidatura encabezada por Díez. Durante los siguientes cuatro años y medio fue la responsable de Comunicación del partido. Concurrió a las Elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo de 2014 en la lista de UPyD.​ Salió elegida al recabar su partido el 6,5% de los votos y lograr cuatro escaños. UPyD se incorporó al Grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), presidido por el belga Guy Verhostadt.

Durante los meses siguientes a las elecciones, UPyD sufrió una serie de crisis internas y electorales que acabaron con la retirada de Rosa Díez y con su partido fuera del Congreso de los Diputados y sin apenas cargos públicos relevantes. El 1 de abril de 2016, Becerra anunció, junto con otros cargos y miembros de UPyD, que abandonaba el partido​ porque «había dejado de ser útil a la sociedad». Continua como eurodiputada independiente dentro del Grupo ALDE.

Ha escrito: Las criadas de Caifás (2008), La reina del Plata (2013), La estirpe de los niños infelices (2014) y Eres liberal y no lo sabes (2018)

Título original: Eres liberal y no lo sabes

Beatriz Becerra Basterrechea, 2018

Editor digital: Titivillus

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Cuando hablo de liberalismo, hablo de aquel sistema político que permite a las sociedades modernizarse, incorporar las demandas de la sociedad, atenuar los conflictos mediante la negociación e incluso convertirlos en un factor de progreso. No renuncia al legítimo uso de la fuerza cuando es necesario, pero establece límites y condiciones para ello. Vive en un equilibrio siempre inestable, permite el debate sobre su propia naturaleza, no persigue a quien lo cuestiona, aunque tampoco se rinde sin más. La Unión Europea simboliza este liberalismo mejor que ningún país por sí mismo.

Europa está preparada para una revolución liberal del siglo XXI, europeísta y aperturista, frente al proteccionismo, el populismo, el nacionalismo y la eurofobia, y al modelo dual agotado de conservadores y socialistas. Millones de europeos no temen a una sociedad abierta y fuerte; en el centro del espectro político y defienden una democracia liberal eficiente, superadora de modelos caducos.

Beatriz Becerra Basterrechea

Un manifiesto europeo por el progreso y la convivencia frente al populismo y al nacionalismo

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Titivillus 03.04.2019

Xavier Bettel es el primer ministro de Luxemburgo desde 2013. Miembro del Partido Democrático desde 1988, sirvió en la Cámara de Diputados y en el Consejo Comunal de la ciudad de Luxemburgo, antes de ser alcalde de dicha ciudad durante los años 2011-2013.

El 25 de marzo de 2017 celebramos el sexagésimo aniversario del Tratado de Roma. Este acontecimiento nos brindó una gran ocasión para reflexionar sobre el estado en que se encuentra la Unión Europea y sobre el rumbo que ha ido tomando desde su constitución. Los sesenta años de existencia de la Unión Europea han estado marcados por un período de paz sin precedentes, así como por la estabilidad y la prosperidad. Trascendiendo el nacionalismo, la Unión Europea fue erigida sobre varias piedras angulares de la integración, como, por ejemplo, la elaboración de un mercado interior con sus «cuatro libertades», el establecimiento de un espacio Schengen o la introducción de una moneda única. Estos logros políticos y económicos no sólo acrecentaron la fuerza de la Unión Europea, sino que además son únicos en la historia moderna. Por sí solos, constituyen unos ejemplos excelentes del éxito que ha tenido la implementación de las ideas liberales.

Sin embargo, pese al éxito generalizado de la integración europea, los tiempos podrían ser mejores para los eurófilos. Hoy, más de siete décadas tras el final de la segunda guerra mundial, los movimientos políticos que apoyan el proteccionismo y el nacionalismo están otra vez en alza. La Unión Europea y sus valores están siendo atacados por los populistas, que pretenden restablecer unos Estados nacionales «fuertes». Al mismo tiempo, el ambiente político de la UE está marcado por un estancamiento persistente, y la UE es incapaz de afrontar los problemas que lleva años padeciendo, como, por ejemplo, el masivo desempleo (juvenil) en algunos Estados miembros o la crisis de los refugiados.

La crisis de los refugiados y una serie de pavorosos atentados terroristas nos han recordado que Europa no es una isla que pueda ser aislada del resto del mundo. La construcción de muros no hizo avanzar a Europa en el pasado, ni tampoco revolverá nuestros problemas en el futuro. Moldear el futuro de Europa requiere hallar soluciones para los conflictos militares, para la pobreza y el hambre de Oriente Medio y África. Como liberales, hemos de ser los primeros en apoyar los movimientos democráticos del mundo árabe; debemos intentar mejorar el nivel de vida de sus países mediante reformas económicas y sociales. Por encima de todo, la Unión Europea es un proyecto de solidaridad.

Quienes hoy planean levantar más muros en Europa son los mismos que mañana conspirarán para destruir la Unión Europea con el fin de restablecer unos Estados nacionales «fuertes». Yo no creo en los muros. Los liberales sabemos que la colaboración es la única manera de dar solución a las dificultades que plantea el siglo XXI. Los problemas supranacionales requieren soluciones europeas. Creer que un país europeo por sí solo será capaz de solucionar problemas como el cambio climático o la pobreza energética es algo completamente ilusorio.

Hoy día no debemos dar por sobrentendidas la paz y la prosperidad. Soy demasiado joven como para recordar los efectos devastadores que causó la segunda guerra mundial en nuestro continente, pero los horrores y la miseria que padecieron en esa época nuestros abuelos y bisabuelos deberían aleccionarnos a las nuevas generaciones para no permitir que eso vuelva a ocurrir. El anhelo de paz tras los horrendos años de la guerra fue un campo abonado para la Unión Europea que conocemos hoy. El espíritu de aquellos primeros días de la construcción europea debería seguir sirviéndonos de inspiración. A semejanza de nuestros predecesores, hemos de reconocer la necesidad de cambio, a fin de superar la actual época de estancamiento.